veintidós.

118 27 74
                                    

Escuchar música triste para fomentar la tristeza era una de las cosas más estúpidas que hacía Alan. Pero, allí estaba: recostado en la cama con la mirada fija en el techo mientras que la melodía y la letra de I Miss You de Blink-182 llegaban a sus oídos.

— Lo extraño —le dijo a su amigo.

Shawn había ido a visitarlo con la esperanza de que mejorara, pero no había nada que pudiera hacer sentir mejor al pelirrojo. Estaba sumergido en la tristeza.

— Lo sé —respondió y froto sus manos contra su rostro en signo de frustración—. Pero no puedes seguir así, Alan.

— ¿Y qué quieres que haga? Me siento mal —el pelirrojo volvió a hundirse en las mantas. Le apenaba que lo viera así pero, ¿qué más da?

— Anda, levántate así vamos a la casa de Frank. Los chicos están allí y te aseguro que te hará bien estar con ellos —le quitó las mantas y tomó su mano para hacer que se levante. Alan se negaba—. Ellos también son tus amigos y están preocupados por ti. No seas malo.

— La última vez que salí de casa no me hizo bien —renegó, recordando su encuentro con aquél tipo—. No quiero, déjame ser emo en paz.

ᅝᅝᅝ

— ¿Cómo es que eres mi mejor amigo? —preguntó mientras caminaban hacia la casa de Iero—. ¡Los mejores amigos no amenazan con romper tus varitas o con quemar tus libros favoritos! Eres malvado, eres como Voldemort...

— Ya cállate —rió ante las acusaciones del pelirrojo—. No entiendo nada de lo que me dices.

— ¡Te he dicho que veas, como mínimo, las películas! —exclamó indignado—. Maldito muggle.

— Ajá, lo que digas.

Cuando llegaron a la casa de Frank, ya estaban todos allí y Alan se sintió un poco raro. Hace tiempo que no hablaba con ellos pero sus amigos lo recibieron como siempre y, agradecido de que no le preguntaran nada, tuvo que darle la razón a Shawn.

Sus amigos eran los mejores.

— ¿Qué haremos ahora? —preguntó Kellin antes de abalanzarse hacia las personas que estaban sentadas en el sofá.

— Agh, Kellin, estás pesado —se quejó Ben e intentó empujarlo.

— Cállate que así me amas —habló con tono agudo e hizo una pose diva antes de que lo lanzaran al suelo—. Envidiosos.

Los minutos pasaban volando y ya estaba anocheciendo cuando Frank tuvo la maravillosa idea de jugar a verdad o reto.

— Venga —le dijo a todos los presentes—, hagamos una ronda en el suelo.

Todos hicieron caso y Kellin tomó las frituras antes de seguirle a sus amigos y sentarse al lado de Aaron. Al lado de éste estaba Alan, luego le seguía Shawn, Tino, Phil, Frank, Ben y nuevamente Kellin.

Frank tomó una botella vacía y la puso en el medio de la ronda antes de girarla. Le tocó a Kellin.

— ¿Verdad o reto? —le preguntó con una gran sonrisa al pelinegro.

— Verdad.

— Marica —se burló antes de proseguir—. En fin, ¿es cierto que le tienes ganas al chico nuevo?

— ¿Cuál? —preguntó aunque sabía bien de quién hablaba.

— Victor Fuentes.

Todos soltaron una risa al ver la cara de Kellin pero Alan no entendía una mierda.

— ¿Chicos nuevos? —preguntó a Shawn—. ¿Cuándo fue eso?

— Cuando andabas de emo ingresaron nuevos al colegio, lo cual era raro teniendo en cuenta de que estábamos a nada de terminar —le explicó mientras que Kellin confensaba la verdad—. Los nuevos se llaman Victor Fuentes, que es más enano que Frank, ¿puedes creerlo? También está un tal Worsnop, Bob Bryar y una parejita; creo que se llamaban Alex y Jake o Jack, ni idea.

— ¿Y son buena onda? —preguntó el pelirrojo.

— Sí, hemos hablado con ellos y son geniales —se metió Aaron en la conversación.

— ¡Le toca a Ben, amigos! —gritó Frank. La malicia se le veía de lejos—. ¿Verdad o reto?

— Reto —respondió seguro.

— Que valiente, Bruce —le dijo Phil con una pequeña risa.

— Te reto a ir a la casa de Worsnop y besarlo —el rostro de Ben era un poema y el de Frank, bueno, era el mismo diablo— con lengua. Ve, que te estoy haciendo un favor.

Al parecer aquél tipo del que hablaban vivía en frente de la casa de Frank, así que todos acompañaron a Ben antes de esconderse en diferentes partes para ver con atención si cumplía el reto o no.

— ¡Es para hoy! —le gritó Iero.

Alan veía al escena con atención, sintiendo un poco de pena por Ben pero a la vez divertido.

Ben golpeó la puerta de la casa con los nudillos y esperó, intranquilo, hasta que un chico de cabello oscuro y algo largo abrió. Alan notó que el chico era más lindo de lo que imaginó y sonrió cuando Ben, sin más, lo tomó de las mejillas y lo besó.

Todos miraron bien lo que ocurría y cuando el beso finalizó, el castaño corrió hacia la casa de Frank y todos le siguieron, dejando al chico confundido.

— ¡Nuestro chico tiene agallas! —exclamó Shawn, riendo al ver a su amigo algo rojo.

— Y parece que le gustó demasiado —agregó Tino, moviendo sus cejas hacia arriba y hacia abajo varias veces.

— ¡Sigamos! —gritó Iero y cuando todos vuelven a sus lugares, el adolescente gira la botella hasta que ésta señala a Alan—. Zanahoria de mi corazón, dime, ¿verdad o reto?

Alan lo pensó y, con la mirada que le dedicaba su amigo, claramente quería largarse como todo un cobarde.

— Reto —murmuró, pero se arrepintió enseguida.

Frank daba miedo.

— ¡Otro valiente! —sonrió el chico—. Vale, lo haremos rápido... besa a Shawn.

— ¿Qué?

— Es eso, a menos que quieras sufrir —dijo tranquilamente, como si fuera cosa de día a día.

— ¿Algo como qué? —preguntó dudoso. Tenía nervios.

— ¿En serio quieres saberlo? —y mostró nuevamente aquella sonrisa.

«Mierda», pensó.

Sin darle vueltas al asunto, Alan volteó y tomó Shawn por la parte trasera de su cabeza antes de unir sus labios. Y, aunque no quisiera admitirlo, aquél beso le estaba gustando.

Pero le faltaba algo. Y ese algo solo lo producía una persona.


merry christmas, kISS MY AAAAS.

acá está su otro regalo. de nada, amiguis ♡

xofrnz.

our beautiful tragedy [cashby]Where stories live. Discover now