Capítulo 9: Asustada.

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— ¿Y tu madre no se dio cuenta de que habías salido? ¡Pero si eso es imposible — exclama Hali sorprendida.
— Es verdad. Cuando yo llegue fui a buscarla y la encontré durmiendo en su cama. Y en la mañana no me dijo nada sospecho ni nada. Ella esta normal. — repito por enésima vez, creo. Y es que tampoco yo me lo creo. Mi madre nunca me pierde de vista y menos aún cuando estoy castigada. Me sorprendí mucho al encontrarla durmiendo como si nada.
— Vaya. Eso quiere decir que puedes escaparte para ir este sábado a la discoteca conmigo sin que tu madre se entere — fantasea Hali. Ja, como si eso ocurriera.
— Ya hemos hablado del tema. — le susurro a Hali. Había olvidado de que estábamos en clase de ESL.
— ¡Por favor tienes que ir! Yo quiero ir pero no iré sin mi amiga ¡Por favor! — chilla Hali.
— Señorita Young ¿me puede decir que es lo que dije? — interrumpe la profesora. Oh no.
Hali voltea hacia la profesora y la mira desorientada. Todas las miradas del salón se dirigen hacia Hali y ella busca en la pizarra algo de información sobre el tema.
— Uhm... Usted dijo... Que... — balbucea Hali.
— Eso creí ¿podría prestar más atención a la clase? La escucho hablar otra ves y la mando a detención. Eso va para usted también, señorita Soiledis. — anuncia la profesora Goya y se voltea hacia la pizarra.
— Esto no se queda así. Hablamos después. — susurra Hali con tono de advertencia.

Para la hora de salida, me reúno con Hali en la puerta principal.
— ¿Ya aceptaras o tengo que seguir insistiendo? — pregunta Hali con voz de cansancio.
— Ya te dije que no. Además voy a salir con Dani el sábado ¿lo recuerdas?
— Si, pero eso será en la tarde. La fiesta es en la noche ¡Por favor! ¡Toda la escuela ira! Dicen que darán alcohol sin pedir identificación. — Ah no. De eso nada.
— No voy a ir a la fiesta ni mucho menos a beber siendo menor de edad. Al igual que tu. — replico y Hali hace pucheros.
— Por favor... ¡Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por, favor, por favor, por...! — me rindo.
— ¡Esta bien! Solo te informo que estoy castigada y hay posibilidades de que no pueda ir, Así que no hay nada confirmado — bufo y Hali da palmadas de emoción.
— Con eso me conformo — dice y yo pongo los ojos en blanco — Oye ¿has visto a Galen? Creo que no a venido hoy a clases. — me informa Hali. Sabía que sacaría este tema en cualquier momento.
— No... En clase de historia tampoco estaba — anunció y Hali frunce el ceño.
— Tal vez lo dejaste muy embobado ayer que prefirió quedarse en su cama a soñar contigo y, tal ves, imágenes tuyas estaban...
— ¡Dios! ¡Pero que cosas dices, Hali! — la interrumpo antes de que pueda terminar esa frase. Ella se ríe y siento como toda la sangre va directo a mis mejillas y se me calienta la cara.
— Bueno, ya, ya. Vamos a casa que mi madre pensara que me han secuestrado y me han partido en pedacitos — bromea Hali, aunque se que es verdad.
— ¿Así son todas las madres americanas? — bromeo y Hali se ríe.
— No. También la tuya y ella no es americana — confiesa y las dos nos echamos a reír.

Llego a casa y Hali a venido conmigo. Tenemos un plan: Convencer a mi madre que me de permiso para ir a dormir a casa de Hali y así poder ir a la cita con Dani y a la "gran fiesta" con Hali.
— ¿A qué hora llega tu madre a casa? — dice Hali tirando su mochila en el suelo y hundiéndose en el sillón.
— A las ocho. Baja los pies del sillón y recoge tu mochila, se buena niña — regaño a Hali quien arruga la nariz y saca la lengua como una niñita. Se echa a reír y recoge la mochila y la cuelga en el perchero.
— ¿A qué hora es la cita? — pregunta y Hali tirando se de nuevo en el sillón. Yo voy hacia la cocina a sacar una botella de agua.
— A las cuatro ¿A qué hora es la fiesta? — grito desde la cocina. Escucho que Hali prende la televisión así que hago palomitas. No responde así que vuelvo a hacer la misma pregunta pero, esta ves,  grito mas alto.
— ¿Hali? ¿Que estas haciendo? Te estoy preguntando a que hora es la fiesta. —vuelvo a decir pero esta ves salgo de la cocina para ir a la sala.
Cuando llego a la sala me llevo la gran sorpresa que no esta. Su mochila sigue en el mismo lugar así que debe seguir aquí. Subo al segundo piso y empiezo a buscarla.
— ¡Hali! ¡Sal donde estés! — empiezo a gritar. De ves en cuando deja salir a esa pequeña Hali de su interior que le gusta jugar a las escondidas.
Voy hacia mi habitación y cuando voy hacia ella, la puerta de esta se abre. Te encontré.
— ¡Se que estas... Aquí! — grito empujando la puerta de mi habitación. Ella no esta aquí. Me pongo a buscar en todos lados de mi habitación pero ella no esta aquí. Si ella no esta aquí ¿cómo se abrió la puerta?
Bajo las escaleras y las luces empiezan a parpadear. Siento que la respiración se me acelera y me tiembla la mandíbula.
— ¡Hali, sal ya! ¡Esto no es chistoso! — grito casi en un sollozo. Me esta asustando. Ella sabe que le temo a la oscuridad ¿por qué esta haciéndome esto?
Y de pronto las luces dejan de parpadear y se apagan. Pego un grito y voy corriendo hacia el interruptor mas cerca que tengo y lo empiezo apretar. Nada. Ninguna luz se prende. Entonces, una única luz se enciende en el centro de la sala frente la tele. Bajo cuidadosamente por las escaleras y siento que mis mejillas se van mojando con cada paso que doy.
— ¡Hali! ¡Ya no da risa! — sollozo y llego al primer piso.
Empiezo a caminar muy despacio hasta llegar hasta el centro de la sala, donde la luz refleja.
Con cada paso que doy, veo unas manchas de sangre. Me entra el pánico y grito con todas mis fuerzas. Quiero regresarme, quiero retroceder y no ver de donde proviene la sangre. Pero debo ver. Necesito ver que hay ahí.
Camino cada ves mas lento y puedo escuchar mi corazón apunto de salirse. Estoy llorando y temblando. Me acerco y veo de donde proviene la mancha de sangre: Es Hali. Tirada en el suelo con un corte grande en el cuello y, al final del corte, una aguja incrustada. Tiene la boca abierta, al igual que los ojos llenos de horror. La sangre sigue saliendo aunque ella ya no se mueve.
Mi amiga... Mi mejor amiga... ¡Oh Dios mío!
Grito con todas las fuerzas que tengo y me arrodillo junto a ella sollozando.
— ¡Hali! ¡Hali! ¡Nooo! — grito y le arranco la aguja que tiene en la garganta. Toco su pulso y no siento nada. No. Esto no esta pasando. No a ella. Hali no ¡Hali no!
— Hali... Por favor... — levanto la vista y veo por la ventana un hombre vestido de negro con las manos llenas de sangre, se agacha en medio de la pista y decido ir por el. Ese hombre...
— ¡Hey! ¡Hey! ¡Vuelve acá! — grito lo mas que puedo mientras abro la puerta de la casa. Cuando he salido ya es demasiado tarde. Se ha ido.
— ¡Noo! ¡Vuelve! ¡Vuelve...! —empiezo a gritar. Me tiro en el suelo llorando y me hago una bolita. Empiezo a mecerme para poder tranquilizarme.
Hali. Ella era tan bella y joven...
— Alysa... — empieza a susurrarme alguien.
— No... ¡No! ¡Déjame sola, por favor!
— Alysa... Alysa...
— ¡Alysa! — grita alguien. Parpadeo un par de veces para ver de quien se trata pero las lagrimas me lo impiden. Cuando logro ver con claridad tengo a Hali delante mío con los ojos llenos de preocupación moviéndome los hombros. Parpadeo un par de veces y me doy cuenta que estoy en la cocina.
— ¡Alysa! ¿Te encuentras bien? ¡Dios mío! ¡Me has dado un susto de muerte! — exclama Hali jadeando. No entiendo lo que ha pasado. Hali estaba muerta.... Veo su cuello y no hay ningún rasguño. Corro hacia el centro de la sala y no hay ninguna mancha de sangre. Todas las luces están encendidas y todo esta como si no hubiera pasado nada ¿que esta pasando?
— Alysa ¿que tienes? Estas llorando y pálida — pregunta Hali preocupada. Corre hacia mi y me abraza y yo le devuelvo el abrazo y empiezo a sollozar en su hombro.
— Oh... Hali... Tu estabas muerta, te habían cortado el cuello con una aguja grande  y... ¡Ese hombre... Te había matado! — grito con una loca. Hali me aparta de su hombro con delicadeza y me mira como si me hubieran salido dos cabezas.
— ¿De qué estás hablando, Alysa? — pregunta Hali con toda la confusión del mundo.
— Yo... Estaba soñando despierta. Mas bien era una pesadilla. No se como paso. Fue peor que las pesadillas. Esta ves todo parecía real y no eran solo susurros o personas borrosas. Todo era real. — digo con la voz rota. Se que debo parecer una loca, pero es que me siento muy asustada.
— Descuida, Aly. Yo estoy bien y nadie me a cortado el cuello. No a pasado nada. Todo esta bien. — me consola Hali como lo hace mi madre cuando tengo pesadillas.
— Gracias por todo Hali — le digo y ella me abraza. El abrazo me resulta tan reconfortante que cierro los ojos. Cuando los abro, veo al hombre volteado viendo la calle limpiándose las manos de sangre. Sacudo la cabeza y parpadeo un par de veces y la imagen del hombre desaparece.

*

¡Hola! Miércoles de capítulo nuevo ¡yay!🌚 espero que les te gustando mucha la serie ¡no olviden de votar y comentar! Los quiero❤️

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