Capítulo 16: La Brenca.

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Galen me a quitado las cadenas y me a traído ropa. El se a ido sin decir ni una sola palabra. No se que le pasa, aquí la que tiene que estar enfadada soy yo, el me a secuestrado. Por un lado ya no estoy muy enfadada, después de hablar con Naida, creo que no debería por que estar enfadad, solo por de la manera en la que me trajeron.
Me cuesta comprenderlo, mi vida era muy normal, nunca paso algo fuera de lo normal. Sin contar cuando desapareció ese microondas, sigo creyendo que lo robaron o algo pero Hali tenía razón en lo que dijo; ¿por qué robarse solo el microondas? Hali... ¡Oh, Hali! ¡Debe estar muy preocupada por mi! ¡Y mi madre! ¡Y posiblemente Dani! Me fui sin decir nada y deben pensar que me han secuestrado y partido en pedacitos. Bueno, aunque lo primero es verdad. Necesito encontrar una manera de comunicarme con mi madre... Oh, espera, ya no es mi madre. Pero me crió como una y porque sea solo hija biológica de una ninfa, no quiere decir que ella dejara de ser mi madre. Ella es mi madre, ella me crió y me cuido como si fuera su propia hija. Necesito encontrar la manera con mi madre o con Hali, con quien sea, para poder decirles que estoy bien y a salvo.
La ropa que me a dado Galen, es un vestido no muy largo de color verde limón y unas medias de color blancas. Voy hacia la puerta a asegurarme de que esta bien cerrada. Genial... No hay para ponerle seguro. Tiene que haber algo... ¡La silla! Cojo la silla y la pongo debajo de la manija. Vuelvo hacia la cama y me pongo el vestido lo más rápido que puedo. Como no me han dejado zapatos, supongo que me pondré mis tacones. Cuando termino de cambiarme por completa, veo que llaman a la puerta. Me incorporo al instante y voy a quitar la silla. Al abrir la puerta, veo a Galen, quien parece que se a dado un baño. Lleva el cabello húmedo y despeinado, unos tejanos sueltos grises y una camiseta negra.
«Vaya, que milagro»
El me queda mirando. Sus ojos se han vuelto más oscuros. Sacude la cabeza rápidamente.
— Tienes que conocer la ciudad de donde vienes — anuncia ya señala, de una manera teatral, a las afueras.
— ¿Iremos a dar un tour o algo así? — se ríe ante mi comentario. Sigo mirando al suelo ¿será porque sus ojos han cambiado?
— Si, algo así. Te enseñare la ciudad, bueno, solo una parte.
Salimos de la habitación. Galen esta caminando delante mío y yo lo estoy siguiendo. Estamos pasando como por un pasadizo. Hay varias puertas, la de la habitación de Galen es la ultima. Todo estaría oscuro, si no fuera por la luz que viene desde al fondo del pasadizo. Las puertas de las habitaciones se ven gastadas y antiguas.
Cuando llegamos a la luz, Galen se detiene y yo hago propio.
— Esto es La Brenca — dirige su mirada hacia el frente y yo lo sigo.
Diferentes tipos de personas pasaban a mi alrededor. Todos parecían humanos, no como Naida. El cielo estaba gris y nublado, parecía que en cualquier momento se desataría una lluvia. Las casas se veían gastadas y viejas. Un carruaje pasaba frente mío y lo dirigía un caballo. Parecía una ciudad normal, de humanos. Es como si estuviera viendo una de las películas antiguas que solía hacernos ver el padre de Hali.
— ¿Son humanos?
— No... Pero no son ninfas.
—¿Entonces que son? — Galen me regala una mirada curiosa frunciendo el ceño. Espera...
— ¿Ellos son íncubos? ¿De los que me hablo Naida? ¿Todos ellos tiene forma de humano? ¿Por...?
— Ven. Hay que caminar un poco y empezamos con las preguntas.
Galen señala con la cabeza a su lado izquierdo y empiezo a caminar detrás de el, como siempre.
Caminos en dirección a la espalda del lugar donde estaba antes. Íncubos pasan a mi alrededor y se quedan mirándome. Murmuran entre si, sin apartar la vista de su punto fijo, yo.
— ¿Por qué me miran tanto? — no es que me incomode, bueno, no tanto.
— Saben que has llegado.
Fijo mi mirada en Galen mientras seguimos caminando. A cambiado... Algo a cambiado en el. No físicamente, sino el como era antes conmigo. Siempre paraba sonriendo, haciendo unos comentarios tontos. Aunque sólo lo haya conocido por una semana... Se que este no es él. Desde que llegamos lo único que hace es ponerse incomodo y nervioso. Es como si este lugar lo cambiara, lo intimidará.
Mientras vamos caminando, veo como unos colores verdes saltan a la vista. Estamos caminando hacia un bosque. Los recuerdo de la noche anterior en el uso que cruzan por mi cabeza.
— Galen... ¿Otra vez en el bosque? — pregunto. Creo que tiene una obsesión con los bosques.
— Es uno de mis lugares preferidos. Se que me dijeron que te muestre la ciudad, pero... Siento que tendrás demasiado tiempo para verla, quería venir a hablar contigo.
Galen patea una hojas secas y se detiene. Se sienta en una piedra y baja la mirada.
— Perdona — dice en voz tan baja que tengo que esforzarme para oírla. Espera, ¿se esta disculpando? ¿Por haberme secuestrado? —, yo no quería hacerte daño... Solo hice lo que Naida me ordeno; secuestrare y traerte acá. Pedí otras opciones, pensaba que no era necesario tener que secuestrarte y hacerte daño. Pude haber luego una poción en tu bebida para que te duermas... O algo así, pero no estaba de acuerdo con secuestrarte de esa manera tan... Horrible.
No se que decir, nunca pensé que se disculparía por esto. No me lo esperaba. Su voz sonaba triste, cansada, cuando estaba hablando. El no quería hacerme daño, solo seguía ordenes.
— Lo lamento, en serio, Alysa... No quería hacerte daño — levanta la mirada del suelo h me mira fijamente. Su mirada me da escalofríos.
Me siento frente la roca en la que esta sentada.
— Yo... Esta bien, Galen. Se que tu no tienes la culpa... Es más, no estoy enfadada contigo ni con nadie. Solo que... Bueno, es un poco chocante que te lleven de un lugar a otro completamente diferente y luego decirte que la mujer que estuvo toda la vida contigo desde que eras una bebe.... No es tu madre...
La voz se me corta. Sabia que acabaría llorando, he tenido un largo día y sabia que en un momento a otro me pondría a llorar. Mis sollozos asustan a Galen, se a levantado de golpe. Es como si nunca hubiera escuchado a nadie llorar. Tapo mi cara con mis manos para cubrir lo desastrosa que debí verme. No puedo dejarme expuesta así, no con Galen, ni con nadie.
— Alysa... Esta todo bien, todo pasara — Galen se a acercado hacia mi rápidamente y me a en olvido con sus brazos. Es el abrazo más confortable que he recibido en mi vida... ¿Será porque en serio necesitaba un abrazo?
Inhalo fuerte y puedo percibir un aroma... El olor de Galen. Huele a ojos secas y jabón, su olor me parece reconfortante.
— No te preocupes, no afrontarás esto sola; yo estaré contigo — pasa su mano por mi cabello haciéndome sentir como si me estuviera derritiendo ahora mismo en sus brazos. Esto tiene que parar. Alejo suavemente mi cabeza de su pecho y lo miro a los ojos. Su mirada a cambiado... Ya no tiene la mirada incomoda de hace unos minutos, ahora se ve cómodo. Me regala una de sus sonrisas. Son las de siempre, eso no a cambiado, sigue teniendo esa sonrisa tan linda de siempre. Se ve tan feliz que no dudo en devolverle la sonrisa.

Ya esta apunto de oscurecer. El sol se va ocultado poco a poco. He pasado toda la tarde con Galen divirtiéndonos. Me contó un poco  más sobre mis padres y sobre sus poderes. No quizo contarme mucho sobre que era lo especial en mi, pero no insistí. Caminamos por el bosque y jugamos con la solas secas. Creo que no me había divertido tanto desde hace tiempo.
— Desde que he llegado a este lugar, me he estado comiendo la cabeza con una pregunta — en realidad con dos. ¿Que son los íncubos y que es Galen? Pero, poco a poco. Es una de las frases que más usa Galen. El asiente en aprobación —. ¿Que haces aquí? Quiero decir ¿eres también un ser mitológico o algo así? Por que te digo la verdad, parece muy humanos. Igual que los íncubos...
Un momento... ¿Galen es un íncubo? Y si es así... ¿Qué demonios es un íncubo?
— Bueno... Sabia que esta pregunta llegaría — siempre llegan —. Soy un íncubo, los íncubos no tienen una forma diferente que la de los humanos como las ninfas. Eso hace que nuestro trabajo sea... Fácil.
— ¿Trabajo? ¿Qué trabajo?
Galen se detiene. Me mira a los ojos y sonríe sin ganas.
— Alysa, los íncubos son conocidos como los demonios del sexo.
Me lanza una mirada incomoda y me planteo si me atraparía si salgo corriendo ahora mismo.

*
Vaya, vaya... Con qué demonios del sexo😂😂😂🌚 Próximo capítulo el sábado❤️

ALYSAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant