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Después de recibir aquella carta, el pelinegro se sintió fatal, tanto así que decidió saltarse la primera hora de clase.

No tenía nada que hacer...sólo caminaba por los pasillos sigilosamente hasta que visualizó a una chica, era la misma muchacha con la que él había hablado antes. Caminó en paso apresurado hacia ella, cuanto más se acercaba podía ir apreciando algo en manos de la chica.

–Hola! –saludó el muchacho, haciendo que la joven pegue un brinco y voltee rápidamente.

–Qué haces aquí? -la azabache estaba totalmente confundida y paralizada por la presencia tan repentina de aquel chico-.

–Bueno... Estaba caminando hasta que te vi -manifestó desviando la mirada, él sentía claramente como sus mejillas le ardían-.

–Te... Saltaste clases? -la azabache no evitaba sentirse algo nerviosa hablando con él-.

–Sí... -afirmó el muchacho, agachando su cabeza, recordando aquellas palabras escritas en aquella carta-.

–No quiero... Meterme en tus asuntos pero, por qué te saltaste? -preguntó un poco más calmada -.

–Creo que... sería algo inapropiado contárselo a alguien...-respondió levantando su vista, intercambiando miradas con la azabache, la cual se encontraba con las mejillas muy coloradas-.

–Claro...-Ayano reaccionó al darse cuenta de aquél objeto que aún traía en manos, inmediatamente lo guardó en su falda. Para su suerte, el chico no se había dado cuenta de el cuchillo que tenía a la vista hace unos momentos-.

Ambos adolescentes empezaron a caminar, a la azabache le costaba creer que todo esto no era parte de un sueño, que en realidad estaba pasando, que tiene una muy grande probabilidad de estar con su chico, su amado.

–Bueno, hay una chica...-comenzó el pelinegro- ella... -hizo pausa, no sabía como describirla-.

–Ella qué? -preguntó la azabache frunciendo el ceño curiosa. Era más que obvio saber de quien se trataba, solo quería confirmar la parte más importante para ella-.

–No sé, solo... Me gusta, estoy perdidamente enamorado de ella -confesó él, con un sonrojo muy notorio. Ayano quería gritar, saltar, llorar, reír, quería besarlo y decirle una vez por todas quien era esa chica- lo malo es que... Hoy es el último día de clases y... Ella no me dirá su identidad-.

–No sabes su nombre? -se le notaba feliz, sus ojos negros brillaban, tenían luz-.

–No...-.

–Ayano, Ayano Aishi -murmuró la azabache deteniendo el paso y mirando al chico, el cual se encontraba muy confundido- Y... tú?-.

–T-Taro, Taro Yamada -respondió. La campana había sonado, una gran ola de alumnos se aproximaba, ella sin más se fue, dejando al chico solo- ella...es muy rara-.

[…]

-“Te revelará su identidad hoy, en el cerezo detrás de la escuela, a las 11:50 pm. No faltes.” -aquél mensaje que recibió el pelinegro, por alguna extraña razón lo hizo feliz-.

–Es como si me escucharas, Anónima...-dijo para si mismo en un tono muy bajo-.

Por otro lado, en los barandales de la azotea se encontraban dos chicas apreciando a aquel muchacho sentado en la fuente.

–Creo que haces bien decirle -murmuró la pelirroja apoyando sus brazos en el barandal-.

–Él tiene razón de todas formas, ya es fin de año. Sería egoísta de mi parte dejarlo con la angustia, además, creo que hay probabilidad que él se cambie de Instituto o no sé -dijo sin quitarle un ojo al muchacho-.

–Bueno, -la pelirroja empezó a estirar sus brazos, acto seguido soltó un bostezo- nuestro trabajo aquí ya fue hecho. -la azabache volteó a mirarla confusa- Felíz año, Ayano. Quizás nos veamos en un futuro -sin dejar responder, la pelirroja de lentes ya se había ido-.

–Recuerdo como si fuese ayer cuando te conocí...-pensó la chica volviendo su vista al pelinegro-.

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weeeeee!!!

El otro cap, es la ultima carta y luego el final y pos ya!

Ay que triste :'v

Ahora si...

Bye bye BBS 7u7

anónima. © [TERMINADA]Where stories live. Discover now