La secadora

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Ya lo sabía, mi horario para dormir se ha estropeado por levantarme ayer de madrugada y luego volver a dormir, simplemente he dormido demasiado y ahora no logro hacerlo, me pongo a navegar por internet para encontrar una secadora en oferta en alguna parte, veo que hay venta nocturna en una tienda departamental cercana y voy a buscar alguna secadora, no me gusta secar las cosas al sol, pierden su color después de un tiempo. 

Camino por pasillos llenos de gente y le pido a un empleado que me atienda, me muestra varios modelos y escojo una más pequeña que la anterior, de todas maneras solo soy yo.

Cuando mi tarjeta no pasa me enojo demasiado, estaba segura de tener el dinero necesario en esa tarjeta, me faltan justo $600 pero quieren que pague todo junto, que estrés, voy al cajero muy de mala gana y retiro el efectivo para tener mi secadora.

Me dicen que si quiero que me la lleven tardará de tres a cinco semanas, lo que me faltaba, mejor me la llevo a mi auto.

-¡Por que pesa tanto! 

Pateo la caja, intento meterla a la cajuela pero no puedo cargarla, voy al asiento de atrás y empujo, me voy a desgarrar.

-Te vas a desgarrar.

Una voz varonil muy burlona suena detrás de mi.

-Yo puedo ocuparme de mis propios desgarres.

-Así como puedes ocuparte de meter eso en el auto. 

Estoy furiosa, si viene a ayudar más vale que lo haga y se largue por que esta no es mi noche, vuelvo a tirar de la caja pero apenas la levanto.

-Que terca eres, déjame ayudar.

Me hago a un lado y la sube a mi asiento trasero con facilidad, le pone el cinturón de seguridad y le da una palmadita, eso me da gracia.

-Pero que linda sonrisa, muestrala  mas seguido.-Me guiña un ojo

-Soy Dan 

-Clara, mucho gusto.- 

-Creo que esta batalla la ganó la secadora señorita, ¿Cómo va a instalar eso?  

-Bueno, no lo haré, guardare mi auto en mi cochera y mañana el técnico se hará cargo.

-Que plan tan lindo para un fin de semana, no se me ocurre algo mejor, vigilar a un técnico instalador de secadoras.

-Oye, no te burles la necesito funcional.

-Yo la puedo instalar y no voy a cobrarte.

-No te ofendas pero no acostumbro subir extraños a mi auto, de noche y estando sola.

-Entonces ¿De día si?

-Sí, de día sí.- Me resulta divertida su actitud hasta que me quita el celular de las manos.

-¡Oye!-Me enojo hasta que veo que marca un número y una canción suena en su bolsillo. 

-Llámame cuando te agraden los extraños, ¿te parece?.- me vuele a guiñar el ojo y se va, es divertida su actitud, en verdad hizo que olvidara lo enojada que estaba esa noche.

Me despierto de madrugada por un ruido, muy lastimero, creo que son gritos, me asusto y enciendo la luz de mi lampara, un gato está en mi ventana, maullando desesperadamente a la puerta de mi baño, los animales me gustan así que lo abrazo.

-Si tienes pulgas los dos nos bañaremos con jabón especial a primera hora del día, lavaremos las sabanas y las almohadas también, entra a la cama.

El gato parece entender y se acurruca junto a mi debajo de la sabana.

La puerta del baño se cierra fuertemente y el gato sale y vuelve a bufarle.

-Es el viento, por la... ¿La ventana abierta? 

¿Realmente Sola?Kde žijí příběhy. Začni objevovat