Capitulo 4: Primera hora, ¿primer encuentro?

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¡Hola! A partir de este capítulo los hechos serán narrados por diferentes Elegidos, así que hay que prestar atención. La excepción son los capítulos en el Olimpo, donde los sucesos se narran en tercera persona.

¡Disfruten, anchoas!

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Minnesota, Estados Unidos.

Narra Sophie:

Creo que el encuentro con mis compañeros fue exitoso, todos parecen ser gente agradable. Espero que se desempeñen bien en combate, puesto que no podemos ser débiles.

Acabo de llegar a mi hogar y como siempre, todo es un desorden. La ropa está amontonada en un rincón de mi dormitorio y los platos están sin lavar. Además no volveré por mucho tiempo aquí, así que no me quiero imaginar lo que sucederá en este departamento. Me apresuré a tomar lo indispensable para viajar hasta España donde podré hacer el primer rastreo de los Asesinos, ya que es un punto interesante y muy turístico que puede ser objetivo de mis enemigos. El boleto de avión ya estaba preparado en mi pequeñísima mochila, junto a todo lo que necesitaba.

Estoy a punto de adentrarme en la aventura más importante y riesgosa de toda mi vida y la humanidad. El FBI no es nada comparado con esto. Sí, deben estar preguntándose como una mujercita rubia y debilucha es parte del FBI. Pero así son las cosas.

Ya nada será como antes. Si muero al igual que mis compañeros, los humanos dejaran de existir. Y no podemos darnos ese lujo. No después de lo que nuestra especie atravesó.

Ya falta poco para que salga mi vuelo, será mejor que pida un taxi y parta hacia el aeropuerto.

—Son quince dólares —me dijo el taxista sin mucho esmero. Qué lástima que no puedo enseñarle a quién está llevando en su auto. Le di el dinero y salí rápidamente de su coche con olor a humedad, vaya sensación tan asquerosa.

El aeropuerto estaba bastante tranquilo, mi vuelo despegaba a las 12:15 de la madrugada, horario en el que no muchas personas suelen viajar. Realicé todos los trámites como cualquier persona y me senté hasta que nos dejaran embarcar.

Qué aburrida es la espera. Y que aburrido es no tener un poder genial para divertirse. Es cierto que tácticamente mi poderío nos puede dar una ventaja, pero a la hora de vivir la vida común y corriente no sirve para absolutamente nada.

Lo único que me emocionaba al pasar los minutos era que faltaba solamente una hora para el comienzo de la Batalla, y seguramente esté en el avión para ese entonces. Mientras vagaba en mis pensamientos una mujer mayor se sentó a mi lado. Tenía la cara arrugada y una valija enorme en proporción de lo que puede llevar una mujer de su edad.

—Buenas noches mi querida. ¿Le molesta si me siento al lado suyo? —preguntó.

—Para nada, y por favor, tutéame—le dije con sinceridad. No me gusta cuando me hablan tan formal.

—Sabes que hace mucho no visito España, mis hermanas viven allí.

—Qué interesante —contesté sin mucho interés.

—¿Tienes familia allá? —interrogó. La señora comenzaba a hartarme.

—Solamente estoy conociendo el mundo. Ya sabes, como hacen los jóvenes últimamente —respondí intentando parecer normal.

—El vuelo 2184 con destino a Madrid anuncia su embarque por la puerta número catorce. Los pasajeros con boleto entre las filas veintidós a treinta y seis ya pueden embarcar—anunció la azafata de tierra por el megáfono. Mi asiento se encontraba en la fila veinticinco, por lo que podría librarme de la anciana y sus preguntas.

—Fue un placer, pero debo irme —dije con una amplia sonrisa.

—Un gusto, señorita.

Algo había raro en esa señora...Sentía que me daba malas vibras. Es por ello que decidí llamar a Angelo de inmediato.

—Angelo, una abuelita muy extraña está aquí por subir al avión conmigo. Por las dudas estaría bien que vengas a apoyarme, ya que en solo treinta minutos comienza la batalla —dije contándole la situación.

Sin ni siquiera contestar, Angelo se apareció al lado mío. Para nuestra buena suerte, yo estaba caminando por la manga sola, por lo que nadie pudo ver lo que sucedió.


—Cuéntame los detalles —requirió mi compañero, el Elegido de Hermes.

—No hay mucho más que contar, simplemente que siento una sensación muy extraña con esa señora cerca. Cómo sí también fuera un Elegido —comenté.

—¿Me hiciste venir hasta aquí por una corazonada? —preguntó en broma.

—Necesito que confíes en mí. Quizás el poder de este condenado sea cambiar de identidad.

—Sí así piensas que es, entonces deberías activar tu poder. De esa forma podríamos ver si realmente es un Elegido —dijo Angelo dando una gran idea. Llegamos hasta el final de la manga y una azafata esperaba en la entrada del avión. Saludó amablemente y nos deseó buenas noches. Angelo caminó sin hablar hasta el asiento que estaba al lado mío, que por suerte no estaba ocupado.

—Esperemos que el avión despegue para hacerlo. Aún faltan veinte minutos.

Permanecimos en silencio mientras el avión se seguía llenando, y vimos como la anciana se sentaba en la fila número doce. ¿Estaré en lo cierto y tengo a un Asesino a unos simples pasos?

Las turbinas del motor empezaron a sonar con fuerza y el piloto recibió la autorización para el despegue: la Batalla de los Elegidos acaba de comenzar.

—Ya estoy mirando a la señora. Es hora de que actives tu poder —me dijo serio. Dudé por un segundo pero luego le di mi orden al cerebro de activar el poder.

Maldición, tenemos uno de los seis Asesinos en el avión.

Elegidos: Batalla por la humanidadWhere stories live. Discover now