PRÓLOGO

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Recostado en la cama atendiendo una llamada de sus padres, Sebastian había dormido a los niños hace un par de horas.

Sus padres llamaban todos los días para saber cómo se encontraban los gemelos.

Todo estaba en perfectas condiciones, después de darle una nueva dirección a su vida, Sebastian estaba feliz.

Tenía un nuevo trabajo acompañado de nuevos proyectos y esperanzas.

Después de terminar la llamada con sus padres y de agradecer mil veces las felicitaciones de parte de ellos al enterarse de su nuevo trabajo, guardo el celular en el bolsillo de su pantalón, se levantó de la cama y camino hasta la cocina.

No podía ignorar el hambre, así que decidió preparar algo para comer, abrió el refrigerador y comenzó a buscar algo para saciar su apetito.

Una suave música lo saco de sus pensamientos, el celular dentro de su bolsillo comenzó a vibrar, dejo lo que estaba haciendo y tomo el móvil, al revisar la pantalla vio un número no registrado, usualmente no atendía llamadas de números desconocidos, esa vez no fue la excepción, espero a que la llamada terminara y dejo su celular en la isla de la cocina, tomo el sándwich que preparo y lo llevo consigo hasta el sillón.

El celular sonó dos veces más sin ser atendido, la tercera vez, decidió atender la llamada, pensó que debía ser algo urgente y el sonido lo estaba volviendo loco. Se levantó del sofá y tomo el celular con el número desconocido marcado en la pantalla.

¿Sí?, ¿Quién habla?- Dejo de hablar para escuchar la respuesta –Sí, soy Sebastian- Prestaba atención a las palabras de la persona que estaba del otro lado de la llamada –Si, entiendo-

La llamada termino, un silencio infernal inundo por completo la casa, el único sonido que se logró escuchar fue el celular cayó al suelo. Sebastian estaba mareado, un zumbido comenzó a hacerse presente, su vista se nublo, sus piernas no podían sostenerlo, no tuvo más remedio que dejarse caer al suelo.

Esperaba que todo fuese un sueño, o una broma de mal gusto, pero, no lo era, esa noticia era tan real como el dolor que sentía.

Padres SolterosWhere stories live. Discover now