Capítulo 4 "Descubrimiento"

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Feliz año a todas!!

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Al percatarse en que su novia estaba en peligro, Paul inmediatamente se levantó y se puso frente a ella, extendía sus brazos para defenderla y miraba a los tres policías con determinación.

—Un momento, no le hagan nada a ella—dijo valiente.

—Oh, vaya, vaya... es el prófugo Paul McCartney—el policía seguía apuntándole, tenía un tono que iba entre lo sarcástico y mal intencionado—. ¿Sabes que todos te están buscando cierto?

—Tendremos que arrestarte—dijo el guardia que estaba a su lado izquierdo.

—. ¿Bajo qué cargos?—Paul no podía creer que fuera penado por no asistir a una boda.

—Por robarte mi corazón, "papú".

Diciendo estas palabras, los tres guardias se quitaron la gorra y los trajes policiales. Así quedó al descubierto que eran nada más ni nada menos que John Lennon (el que dijo la última frase), George Harrison y Ringo Starr, amigos y ex compañeros de banda.

—Eres un tarado—dijo Paul, fingiendo molestia, pero a la vez estaba feliz.

—Ese es tu único crimen, además de la demanda que te han metido los Eastman por fraude—dijo Ringo.

—No entiendo—intervino Jane preocupada—, ¿Cómo demonios se pudieron disfrazar de policías?

—No nos disfrazamos, los sujetos estaban en la casa de Ringo, se cruzaron con nuestros palos y les quitamos la ropa—dijo George—, era importante encontrarlos, necesitábamos ver que estuvieran bien.

—Gracias chicos—sonrió Paul.

—Dime, señor inteligente McCartney—dijo John con sarcasmo—, ¿Qué planes tiene?

—Este pueblo es perfecto para quedarse... pero no tengo dinero, y no es como para estar mucho tiempo en él.

—La gente no se dio cuenta que somos Jane Asher y Paul McCartney—dijo Jane—, pero no dudo que pronto lo hagan.

—Yo tampoco, la policía en serio te está buscando por cielo, mar y tierra—especificó George.

—Será mejor que se refugien un tiempo...

Paul tomó la mano de Jane con astucia, dijo palabras que sonaban miedosas, pero con aire cabal.

—No me importa lo que pase, no me separaré de Jane.

—P-pero Paul... se nos está acabando el dinero.

—Miren, robamos está patrulla...

—No, no Ringo—John no lo dejó terminar su oración—, no la robamos... la pedimos prestada.

—. ¿Ah sí? ¿Y por qué esos sujetos no querían dárnosla?

—Porque... sus cabezas se cruzaron con nuestros palos.

—Lo que sea—interrumpió George—, el punto es... ¡Que tienen que escapar de aquí!

—O acaso no me digan que quieren vivir en los maizales para siempre.

Paul y Jane se miraron, el problema de actuar compulsivamente es que nunca tenían planes o algo elaborado, eso debía pensarse desde hace tiempo.

—No, no queremos—aseveraron ambos.

—Hay una casita a dos kilómetros—dijo John—, lo suficientemente lejana de Londres y lo cerca de esta ciudad para comprar las cosas que necesiten.

Si Jane hubiera dicho "Sí" Where stories live. Discover now