Capítulo 8 "Decisión final"

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Jane se levantó a altas horas de la mañana, se miró al espejo y examinó sus ojeras con total franqueza y desesperación. Tuvo un insomnio terrible, sentía que su cabeza iba a estallar y sus ojos se caerían. Se amarró su cabello en una coleta y usó ropa casual, se fue y procuró no despertar a Cynthia ni a Julian, tomó unos lentes negros y se dirigió a su destino. Mientras conducía en el auto de Cynthia, no dejaba de pensar o deducir si su decisión final era la correcta.

Concentró su vista al volante y no pudo pensar en otra cosa. Finalmente, llegó a su destino y detuvo el automóvil con motricidad, estaba frente a la comisaría. Dio un gran suspiro y afrontó todo lo que tenía que hacer.

—Quiero ver a Paul McCartney—le dijo al guardia.

—En seguida—asintió—, ha llegado a tiempo, justo en unos momentos, será remitido a una correccional.

Jane sintió un nudo en su garganta que intentó cubrir con seriedad, observaba su reloj con detenimiento y no sabía que hacer o pensar. Quería que el tiempo pasara lentamente, se miró el rostro unos momentos, hasta que el guardia le dijo:

—Ya puede pasar.

Jane caminó valientemente hasta la sala de visitas, lo que haría no sería fácil, pero tenía que callar sus verdaderos sentimientos, ella era actriz y eso mismo tenía que hacer: ¡Actuar!

Entró al cuarto de siempre y ya la esperaba Paul, portaba un traje gris, como el guardia le había dicho a Jane, que él ya sería remitido a un penal para empezar a cumplir una condena por una injusticia que él estaba permitiendo.

—Jane, mi amor, que bueno que estás aquí—dijo Paul emocionado, ocultando su miedo real.

—Escucha, no es fácil lo que te tengo que decir, y probablemente, me eveas como una superficial, pero es la verdad, es lo que quiero y deseo.

—Te escucho—asintió Paul inseguro.

—Paul, comprende que...—suspiró largamente— Te amo, te amo como nunca, pero... no me quiero casar con un preso, no quiero vestirme de blanco y vivir un evento "feliz" en una maldita cárcel.

—P-pero... tú dijiste...

—Piensa por ti y para ti, en verdad no quieres estar en una cárcel, aunque digas lo contrario.

—Lo haría por ti Jane, por nuestro amor.

—No, no, mejor toma la propuesta de los Eastman.

—Jane... ¿Quieres que me case con Linda?

Jane se mantenía seria y distante, en realidad, no quería eso, no se imaginaba a su gran amor con otra persona, ni mucho menos con esa mujer, así que permitió que sus lágrimas salieran, aunque no hizo evidente su tristeza, aunque se viera a kilómetros de distancia.

—No, pero tienes que hacerlo... por tu libertad.

—No, no... ¿Cuál sería la diferencia de casarme con ella y estar preso por tres años?—Paul se desesperaba, pero no quería acceder—, seré un preso... pero ¿Tendré libertad a lado de ella? ¡No! Solo soy un capricho para los burgueses, al igual que John lo es para los Ono, ¿Crees que ella me ama? ¡Por favor! Ya habíamos discutido de eso cientos de veces.

—No, no, ¡De acuerdo!—Jane, al ver que expresar sus deseos reales no lograría nada, opto por mentir, era lo mejor para los dos— No me quiero casar contigo.

— ¿Por qué no?

— ¡Arruiné y difamé la reputación de mi familia! No debí decirte "Sí", no debí estar contigo clandestinamente, digo, Paul... ¡Mírate! Eres horrible para mí, ¡No podemos estar nada!

Si Jane hubiera dicho "Sí" Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt