Capítulo 23.− Final Masquerade

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Bueno, los personajes no me pertenecen, si no a su creador Masashi Kishimoto

Capítulo 23.− Final Masquerade

Trató de concentrarse una vez más, pero simplemente no podía. Se había pasado al presionar así a Sai, y la que había salido lastimada había sido Ino, casi la única amiga que le quedaba. Aunque en su defensa, no pensaba que Sai realmente hubiese estado con esa chiquilla.

– ¿Crees que funcione?

Miro a Tsunade y negó con la cabeza.

– Creo que no importa – Dijo con algo de molestia – Sai lo mandó traer y esa chica pelirroja...

– Lo sé – Dijo Tsunade bastante irritada – No sé qué estaba pensando ese imbécil

Sakura miró los estudios una vez más,

– Se va a quedar ciego – Afirmó Tsunade – No sé si antes de morir o...

– No va a morir – Dijo una voz tras ellas que logró sobresaltarlas

Tsunade miró irritada al hombre tras ellas.

– ¿Lo dice el médico estrella? – Dijo con sarcasmo

Kabuto le sonrío con suficiencia.

– Es un presentimiento, ¿Ya escucharon las buenas nuevas?

Tsunade lo miró con suspicacia, sabiendo que esa posiblemente solo era una trampa.

– ¿Qué? – Espetó

Kabuto sonrió aún más.

– La nueva pareja de la aldea – Dijo viendo a Sakura – Uchiha Sasuke y Uzumaki Hinata

Tsunade abrió la boca mientras Sakura se agarraba a reír.

– Por favor – Dijo con burla – No encuentras una mejor forma de fastidiar

Kabuto se encogió de hombros.

– Puedes preguntarle a cualquier persona de la aldea – Dijo viéndola fijamente – Sasuke–Kun lo ha declarado abiertamente – Se burló

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La puerta de la casa estaba entreabierta, empujo con una mano y no distinguió mucho en medio de la oscuridad. Dio un paso más adentro y apoyo la espalda en la puerta hasta que se cerró.

Él estaba allí, y no lo sabía solo porque podía sentirlo y por qué le habían dicho lo que había sucedido, si no por el fuerte olor a alcohol que le quemaba la nariz. Se quedó quieta apoyada en la puerta, dejando que su ojo azul se acostumbrara a la oscuridad. Intentando percibir algún movimiento. Quizás la esperaba en la habitación.

El donde no era importante, porque estaba ahí para decir adiós para siempre.

Había sido débil, se permitió tener esperanza a pesar de saber que no era posible su relación, pensando que podrían escapar de su destino, el enfrentamiento de esa noche le había demostrado que debía ser fuerte, no por ella, si no por aquellos que amaba y aunque no lo entendiera y se resintiera, también debía hacerlo por él.

Dio un pasos hacia adelante y el sonido de vidrios rotos bajo sus pies la detuvo en seco y le helo la sangre.

− ¿Lo mate?

La vos distorsionada por el alcohol le llego de frente y no necesito usar su imaginación. En medio de la oscuridad, lo vio al borde del sillón, con los ojos inyectados de sangre, producto del sake que había consumido.

Tonos de fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora