🌸. dos

9.7K 1.2K 755
                                    

La primera semana de convivencia fue un poco incómoda desde mi punto de vista. Ninguno de los dos estaba acostumbrado a tener compañía de alguien que no sea nuestros padres o hermanos, ni dormir en la misma cama por el frío.

Pasado el mes de convivencia, éramos más libres en el departamento. Ya sin pena podía levantarme a mitad de la noche por algún antojo o despertarlo para que compre algún aperitivo como frutas exóticas a las seis y media de la madrugada. Sin embargo, Yoongi no se quejó ni una sola vez.

Tan rápido como voló un mes, cuatro más se sumaron a ese. Independientemente de la pequeña cosita que se aproximaba a nuestras vidas, ambos comenzamos una relación que tiene tres meses apenas. Aún recuerdo como si fuera ayer todas las dudas que tenía; mi inseguridad y las hormonas casi provocan que mi chico pelinegro me deje por mi bien.

«Pero... Estoy embarazado» solté sin pensar entre el llanto causado por una pequeña discusión que tuvimos. No quería que me dejara y se fuera con otro.

Aunque tampoco quería que se arruinara la vida cuidando de un bebé que no es suyo, haciéndose cargo de más gastos de los necesarios, aguantando los llantos de madrugada y cuidando de un niño.

A causa de eso recibí una gran carcajada de su parte y un beso que me dejó sin aliento, mientras aclaraba que el ADN no le importaba porque él lo criaría junto a mí a pesar de cualquier queja que pusiera. Me dijo que no me dejaría solo en esto y que se haría cargo de aquel bebé que crecerá con el apellido Min con orgullo.

—Ojalá salgas muy parecido a tu mami, sino es que igual. —Nos encontrábamos en el sofá de la sala viendo –pero sin prestar atención realmente– una película. De un momento a otro, Yoongi destapó mi vientre ya bastante grande y empezó a hablarle como varias veces lo hace—. ¿Verdad, Min Sumin?

—Te encanta llamarlo así —alego rodando los ojos. Él besa mi abdomen con cuidado y baja mi playera para verme con una sonrisa cínica—. No, Min, no estoy celoso de mi hijo, ya deja eso de lado, agh.

—Pero no te enfades, lindo —pide tomando mis mejillas con sus manos, acercando mi cara a la suya y depositando un beso en mi nariz, luego en mis párpados y más tarde en mis labios. Suspiro en medio del beso rodeando su cuello con mis brazos. Nos separamos con una sonrisa en el rostro—. Yo sé que le pondrás así, ¡es perfecto para él! Suga más Jimin da el nombre de nuestro hermoso niño. ¡Min Sumin! Ah~, me siento orgulloso de solo escucharlo. Y piensa esto. —Se acomoda en el asiento de manera cómoda haciendo que nuestras miradas queden de frente—. Min Yoongi, Min Jimin y Min Sumin. ¿Qué dices, bebé?

Abro mis ojos con sorpresa... Él me está pidiendo matrimonio, ¿no es así? ¿O sólo estoy imaginándome las cosas, exagerándolas como alguna vez lo hice con Jungkook?

—Yoon...

—Sí, Park, te estoy pidiendo matrimonio. —Ay, por Dios. Mi mente se nubla unos segundos por la felicidad que me llena en estos momentos y sólo alcanzo a asentir mientras escondo mi cabeza en el hueco que hay entre su cuello y su hombro.

No me importa que llevemos pocos meses saliendo, ni que en realidad esto se apure para darle su apellido a nuestro hijo (sí, nuestro) legalmente, porque siento que es lo correcto, que pertenezco a su lado.

—Arreglaré todo para que nos casemos antes de mi viaje, ¿está bien? —Ahora que lo recuerdo, Yoongi además de ser un mesero es un compositor que poco a poco va adquiriendo fama. La semana pasada le llamaron solicitando su presencia en una disquera de Nueva York para vender una pista para un reconocido artista. Eso nos puso felices a ambos, su carrera está despegando.

Beso su cuello en forma de aceptación y cierro mis ojos dejándome llevar por el sueño que su calidez me brinda. Él acaricia mi espalda con suavidad y se levanta del sofá conmigo encima, cargándome como un koala tirando a ballena para ir a nuestra habitación y dejarme allí, en la cama.

Sin más me duermo.

✧*。✽̩͙・*:。✩

El día llegó, sólo estaban nuestros amigos y nosotros, nadie más nos acompañaba. Mientras Jin y Namjoon lloraban –el último forzado por el pelirrosa– recordando cuando ellos lo hicieron, Tae y Hobi sostenían los abrigos de todos ya que el invierno se acercaba y el frío abundaba.

No es hasta después que firmé los papeles que me sentí completo, ya nada me faltaba en mi vida. Seré feliz, lo tengo muy en claro. Junto a Yoongi y Sumin (porque sí, le pondré así), en un departamento céntrico sobrellevando nuestras vidas con la mayor felicidad posible.

—Ya es hora de irme, esposo —dice mi chico acercándose a mí con su boleto en mano. Los demás ya se han despedido y sólo falto yo. Yoongi se agacha y besa mi vientre con unas caricias. Sube de nuevo y encaja sus labios con los míos, entonces al separarse toma mi mano haciendo círculos en ella y junta nuestras frentes—. Te amo... Los amo. Por favor, bebito, trata de aguantar hasta que papi vuelva de su viaje porque quiere verte nacer.

—Lo hará, y también te amamos —aseguro sonriendo. Nos volvemos a besar y ahí sí se va. Veo cómo entrega su boleto y es guiado a un pasillo para abordar al correspondiente avión. Un par de lágrimas corren por mis mejillas pero las limpio rápidamente.

Sé que va a volver.

✧*。✽̩͙・*:。✩

—¿Q-qué haces aquí? —Enojo. Lo único que siento en este momento es enojo al verlo frente a la puerta de mi vivienda. No tiene derecho de aparecerse frente a nosotros después de todo lo que hizo ese malnacido.

—Vengo a verlos... Jimin... —Quiero cerrar la puerta en su cara, decirle que se vaya lejos de nuestras vidas, que ya no tiene derecho a venir como si nada a tocar a mi puerta, como si no hubiese pasado nada.

—Vete, no quiero verte —logro pronunciar empujando la madera hasta cerrar el paso a mi departamento, pero él no hace caso y pone un pie antes de que logre trabarla—. Jungkook, es en serio, no.

Con fuerza tomo mi celular y lo escondo tras mi espalda a la vez que intento llevar al castaño fuera de mi casa. Él forcejea con la puerta hasta que logra empujarme lejos y entra. El olor a alcohol se hace presente y no puedo evitar ponerme nervioso ante su presencia.

—Escuché que vas a tener mi hijo con otro bastardo, que incluso te casaste con él y le pondrá su apellido.

Desbloqueo sin que lo note la pantalla de mi móvil, dirigiéndome hacia el ícono de llamadas y presionando cualquier número de marcación rápida. El teléfono vibra cuando me atienden la llamada.

—¡Eres una zorra! ¿A que te has dado cuenta, puta barata? ¡Te vas con el primero que encuentras! —Una risa sarcástica sale de su boca mientras toma mis cabellos con fuerza y me lleva hacia él—. ¿Por qué no vienes a mi casa, Jimin? ¿Eres una zorra resentida?

—J-Jungkook... Ya b-basta —sollozo peleando por librarme de su agarre. Él solo afianza este sobre mis cabellos y empieza a arrastrarme a una pared. Mi celular cae en el trayecto—. ¡Ayuda, por favor! ¡Ayu-!

—Shh, deja de gritar, putita. —Una bofetada directo a mi mejilla derecha es lo que recibo, pero al menos estoy seguro que a quien sea que llamé se dio cuenta de mi situación y acudirá en mi ayuda—. Ese maldito feto dentro tuyo me ha traído demasiados problemas, así que tendré que deshacerme de este problema.

Puedo escuchar un ligero «¡Aguanta, Jimin!» proveniente de mi celular antes de que un golpe fuera directo a mi vientre. Como puedo me protejo agachándome, causando así que todos los golpes caigan sobre mí pero que no lo hagan sobre mi abdomen.

Pasan unos segundos hasta que empieza a jalonear mis cabellos nuevamente hasta sacarnos del departamento, acercándonos peligrosamente a las escaleras.

Y nos importa cuánto me resistí, terminé rodando por ellas golpeándome fuertemente en todos lados.

Al llegar a un descanso vi la cantidad de sangre que me rodeaba y un dolor muy fuerte invadió mi vientre. E incluso aunque quise mantenerme consciente, no pude.

✧*。✽̩͙・*:。✩

but... i'm pregnant ㅡ ymWhere stories live. Discover now