Enamorada de un Mujeriego | Christopher Vélez

Capítulo 78

{Narras Tú}

—¿Qué sucede bombón? – me preguntó Christopher cuando me vió sentada en la cama.

"Vamos, dile. Se enojará al fin y al cabo, pero es su madre".

—Nada – dije aún perdida en mis pensamientos.

—No mientas – me sonrió con dulzura y acarició mi brazo – ¿Te encuentras bien?

"¿Cómo puedes ser tan perfecto y yo tener que mentirte?" 

—Vamos dulzura, puedes confiar absolutamente en mí – me incitó Christopher.

Tres, dos, uno. Vete a la mierda autocontrol.

—¡Visité a tu madre! – chillé tapándome los ojos para no ver su rostro enojado ni para que él vea el mío avergonzado.

Mantuve las manos sobre mi vista unos segundos y luego hice un espacio entre mi dedo medio y anular para espiar su reacción.

Él simplemente se había recostado a mi lado y miraba al techo con expresión vacía.

—Sé que no es prudente que me entrometa, pero Christopher, es tu madre.

Otra vez, silencio.

—¿Christopher?

Más silencio.

—¡Ya dime algo! – grité frustrada y con el corazón en la boca.

Presentía y sabía que se iba a enojar.

Ya sentía esa pizca de culpabilidad y dolor que sientes en el estómago cuando sabes que has hecho algo malo.

—¿Y qué te dijo? – preguntó Christopher con voz sorprendentemente tranquila.

Mordí mi labio con nerviosismo.

—Yo... – empecé titubeando – Fui a verla porque ella te dejó un mensaje.

Y allí fue cuando caí en la cuenta. El había escuchado el mensaje.

—¡Tú lo sabías! – dije con voz acusadora.

Él me miró con una sonrisa fácil.

—Espera, sí lo sabias, ¿Eso quiere decir que no estás enojado?

—No, estaba seguro de que irías con ella – afirmó como victorioso por haberlo adivinado – Ya dime, ¿Qué te dijo? – me sentó sobre su regazo.

{Narra Joel}

—¡Gané! ¡He ganado! ¡Gané, gané, gané! – alardeó Zabdi totalmente entusiasmado.

—Fue porque estaba distraído – me quejé con voz seca.

—¿Alguna otra excusa, perdedor? – lo fulminé con la mirada y me lancé encima de él haciendo que lo golpeara.

—¡Quita tu enorme trasero de mi cara, Joel! – gritó Zabdiel.

Empecé a reírme mientras lo despeinaba.

—Ya, Zabdi, por cierto, ¿_____ y Christopher?

—Aquí – dijo mi primo bajando tomado de la mano con su hermosa novia.