Capítulo 141

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{Narras }

Creí que aguantaría más, pero una vez que la camilla comenzó a moverse por la rampa de la entrada, me desvanecí.

Podía sentir el cómodo colchón debajo de mí, y las finas sábanas cubriéndome. No obstante, aún el olor a desinfectante seguía allí.

Me removí sobre la camilla y volví a abrir los ojos, por segunda vez.

Lo que ví, me llenó el corazón y le devolvió el sentido a todo.

Christopher se encontraba con la cabeza apoyada contra la camilla, justo al lado de mi mano, que justamente se encontraba entrelazada a la de él.

Lo observé con una sonrisa. ¿Era real? ¿Había sobrevivido a toda esa tragedia?

Con una mano y débilmente acaricié su cabello.

"Oh ... que es real".

Mi mano vagó por todo lugar al que alcanzó. Desde su cabello hasta sus hombros. Su rostro, su piel.

Sus ojos cafés me observaron cuando abrió los ojos. Parpadeó confundido y luego pareció caer en la realidad.

—Demonios – dijo con voz ronca mientras me abrazaba hundiendo su rostro en mi cuello – Temí tanto por ti – sollozó.

Yo sonreí con tristeza y me apreté a él, lo que me provocó un gemido ahogado, ya que los brazos me dolían horrores.

—Gracias – murmuré inundando mis sentidos de su dulce aroma.

Él besó mi cuello, mis párpados y luego se detuvo a la altura justa de mis labios.

—Te amo.

Me besó con dulzura pero percibida necesidad. Le correspondí acariciando su rostro. Él me tomó las manos, sin dejar de besarme, y entrelazó nuestros dedos.

—¿Has recuperado tu dinero? – susurré cuando nos soltamos, para poder respirar.

Él asintió con tranquilidad.

—No debes preocuparte por eso – dijo con voz ronca.

—Gracias – repetí – Siempre has estado ahí para mí, te amo Christopher.

Él sonrió y dejó un beso corto en mis labios para luego fundirnos en un abrazo.

Cualquier sentimiento de dolor, tristeza o angustia se había desvanecido. Estaba en los brazos de la única persona de la que estaba enamorada.

Sin dudas, ni temores, ni confusión, volví a besarlo.

—Quiero estar contigo – murmuré sobre sus labios y él sonrió – Para siempre.

Quizás hubiera sido un hecho egoísta pensar únicamente en mí, y en lo que sentía en ese momento. Pero, ¿Por qué diablos debía estar con alguien que no amaba?

Allí tenía al hombre de mi vida, me arriesgaría por milésima vez, ya no tenía nada que perder.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezWhere stories live. Discover now