Capítulo 6

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-¿Qué? ¿Qué acaba de decir, majestad?

-Somos tan parecidos que no creo que se note la diferencia.

-Pero, majestad, es una locura.

-Escucha, tengo una sospecha de algo. Mi padre prohibió que yo visitara el pueblo de Egipto por alguna razón y debo de averiguar qué sucedió. Es extraño que haya dejado a gente a cargo del pueblo cuando yo soy el verdadero gobernante.

-Pero nos pueden descubrir

-Lo dudo, somos muy parecidos así que dudo mucho que nos descubran solo debemos hacer la actuación correctamente

-Faraón, no me da confianza hacer esto

-No sucederá nada. Además quiero ir al pueblo, hace años que no voy

-No le gustara.

-Esa es la idea, que vea lo que ha sucedido con la gente ahora que mi padre dejó a esos hombres.

Yugi lo pensó mucho, no estaba seguro pero no le quedaba de otra más que obedecer al rey.

-De acuerdo, acepto el cambio

-¡Genial!

Atem agarró a Yugi y lo llevó a buscar lo más profundo de su cuarto donde se desvistieron y se cambiaron de ropas, Yugi se vistió como faraón mientras que Atem se puso la ropa de mendigo.

-Majestad, honestamente no creo que sea buena idea

-Yugi, es necesario. Necesito averiguar qué pasa y quiero ver el pueblo nuevamente. Extraño ir a visitarlo como cuando era niño

-Pero hay unos detalles, ni usted ni yo sabemos nada de la vida del otro. No se cómo se debe comportar un faraón y usted tampoco sabe lo mismo de un mendigo

-No es difícil ser un faraón, solo te pondrán a estudiar todo el tiempo.

-¿Seguro?

-Sí, ¿y tú? ¿Cómo es tu vida?

-Pues vivo en un edificio con mi amiga Mana

-wow, wow, wow, espera ¿vives con una mujer? ¿Estas casado?

-No, pero hemos crecido juntos toda la vida así que vivimos en el mismo hogar. Solo nos tenemos a nosotros mismos.

-mmm, ya veo.-Atem reflexionó sobre lo que decía el mendigo

-Y si me piden que dé una orden ¿qué haré?

-No lo harán, al faraón nunca le piden nada. Te lo aseguro.

-Bueno, entonces hagamos esto antes de que me arrepienta.

-No te preocupes, todo saldrá bien. Cuando llegue el momento adecuado volveremos a nuestras vidas normales.

Atem y Yugi se dirigieron con mucha cautela hacia el túnel, al llegar Atem sintió nostalgia recordando sus aventuras con Teana.

-Aún sigo sin poder creer que todavía exista este túnel.

-Pues ya lo ve. Existe como usted y como yo.

-Muy bien. Ahora yo me iré y tú te quedarás aquí

-Majestad, reconsidere todo esto

-Ya lo pensé detenidamente y no cambiaré de opinión. Solo actúa natural y nadie notara la diferencia

-Eso espero.

-Bueno, me retiro antes de que alguien nos descubra

Atem se adentró por el túnel con sus ropas de mendigo mientras Yugi, vestido como faraón, comenzó a sentir que su miedo aumentaba al ver como el faraón se alejaba haciendo más pequeño hasta que desapareció.

-Suerte, majestad-dijo Yugi

El Faraón y El MendigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora