Capítulo 2.

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Las clases pasaron rápido, finalmente sonó el timbre avisándonos que ya podíamos irnos a casa. Antes pasé por mi casillero para dejar unas cuantas cosas ahí, luego pasé por la cancha de básquet y visualicé a Marshmello solo frente a un árbol y su mochila. Parecía estar esperando o buscando algo. De pronto escuché unas risas, al girarme un poco vi a tres chicas mirando el celular de la rubia mientras reían burlonamente, luego comprendí. ¡Estaban grabando a Marshmello! ¿Qué rayos les pasa? 

Sin dudarlo fui hacia ellas.

—¿Qué hacen? —pregunté tratando de contener mi enojo.

—Grabamos al malvavisco —contestó una sin dejar de reírse.—Vamos Leah, enséñale el vídeo. 

La tal Leah, que era la rubia, iba a mostrarme pero no la dejé. 

—¿Y por qué lo graban?

—Lo que pasa es que el malvavisco le pidió a Leah que se reunieran en el árbol de allá, pero obviamente lo dejó plantado, y que siga esperando ahí es muy cómico. 

Las tres se atacaron de risa. 

—¡Vamos, chica, ríete! —exclamó la rubia, Leah, dándome una palmada en el hombro. 

Alejé sus manos de mí y me fui de ahí realmente molesta. ¿Cómo pueden ser así esas chicas con Marshmello? Ni siquiera lo conocen, lo tratan horrible. 

Llegué hasta el árbol pero no había rastros de Marshmello. Volteé para allá y para acá, sin embargo no lo encontré. Fui hasta la puerta del colegio y salí. Afortunadamente ahí lo encontré a unos metros más lejos. Corrí hacia él y lo alcancé. 

—¡Hey! —saludé. Él no me respondió.—¿Está todo bien?

—Sólo quiero ir a casa, ________.

—Sólo te estoy preguntando, Marshmello. Me preocupo por ti. 

—Sí, estoy bien —contestó seco.

—Es por Leah, ¿cierto?

Cuando dije aquello él dejó de caminar y me miró. 

—¿Cómo sabes de ella? —interrogó algo molesto. Me intimidó un poco.—Contesta _______ —exigió. 

—Sólo... yo... te vi cuando le mandaste una hoja en clase —respondí, en parte era cierto.—¿Te gusta?

Marshmello comenzó a caminar nuevamente y yo lo seguí. 

—Creo. Pero de lo que estoy seguro es que acabo de perder mi dignidad... por millonésima vez —bufó.—Todo me sale mal, ________, ¡todo! 

—Claro que no, Marsh. Ellos son los que te hacen pensar eso.

Seguimos caminando mientras hablábamos, de verdad me gustó que Marshmello se abriera a mí, me estaba contando sobre cómo se siente con confianza y eso me alegró. De pronto él paró en seco frente a una casa de dos pisos y yo también lo hice. 

—Lo siento —dijo.—Te hice venir a mi casa... 

Solté una risita. 

—No te preocupes, sé muy bien el camino a la mía. Nos vemos mañana en clase, Marsh. 

Pensé en despedirme de él con un beso en la mejilla, pero, ¿cómo? ¿Quitarle la máscara? ¿Dárselo en la máscara? 

Finalmente sólo me despedí con la mano y me giré para irme a mi casa. Volteé hacia atrás para ver si Marshmello ya estaba dentro de la suya, pero me equivoqué, él seguía ahí y mirándome. Me sonrojé y me volteé nuevamente para seguir con mi camino. 

Al llegar saludé a mi familia. Subí los escalones y me encerré en mi habitación para tomar mi celular y llamar a mi mejor amiga, Olivia. Ella fue la que más se entristeció cuando supo que me cambiaría de colegio. 

—¡Hola! —exclamó ella desde el otro lado de la línea.—¿Cómo te fue en tu primer día de clases?

—Súper bien. 

—¡Tenías que responderme "mal, extrañé a mi mejor amiga Olivia"! —reclamó ella haciéndome reír.—Cuéntame, ¿hay chicos guapos?

Por alguna extraña razón pensé en Marshmello. Pero, ¿por qué? Si ni siquiera he visto su rostro real. 

—Pues sí —respondí.—Pero... déjame contarte sobre alguien. 

Comencé a hablarle sobre Marshmello. Olivia me respondía preguntas como: "¿Qué? ¿Cómo crees?"

—A ver, ¿es un chico que se disfraza de malvavisco? —cuestionó Olivia con tono incrédulo.—¡Qué maravilla! Pero a la misma vez qué extraño... pero bueno, te exijo que me mandes una foto con él. 

—Seguro. Mañana trataré. 

Al día siguiente me desperté un poco más temprano antes de que la alarma sonara. Hice mis necesidades, cuando terminé bajé los escalones y ahí ya estaban mis padres junto a Cameron, mi hermano mayor. 

Más tarde, Cameron me dejó en el colegio. Cuando entré la mayoría de los estudiantes tenían sus celulares en mano mientras reían. Confundida caminé hacia un chico que tenía un iPhone. 

—Disculpa —dije.—¿Qué tanto miran todos?

—¿No lo has visto? Es el vídeo del malvavisco patético, ayer invitó a Leah al árbol y...

Lo interrumpí.

—Gracias. 

Corrí hasta el salón de clases en busca de Marshmello, pero no estaba. Lo busqué por todo el colegio hasta que lo encontré saliendo del baño. Él me miró por unos instantes y después se giró, alejándose de mí. Corrí hasta él. 

—¡Marshmello! —lo llamé pero él no volteaba.—¡Marsh!

Cuando me puse detrás de él iba a tocarle el hombro, pero se volteó muy rápido haciéndome retroceder.

—¡¿Por qué no me dijiste?! —gritó. 

—¿No te... no te dije qué? —tartamudeé. 

Quizá con esa máscara de malvavisco feliz se vea adorable, pero cuando está enfadado es realmente intimidante. 

—¡Que Leah me grabó cuando la esperaba! 

—Marshmello...

—¡Marshmello nada! ¡Pudiste haberlo evitado y ahorrarme otra vergüenza!

—¿Qué pude haber hecho? —pregunté. 

—Pedirle que lo borrara —dijo ahora más calmado.—O siquiera haberme dicho, _______. 

—¿Pedirle que lo borrara? —pregunté incrédula.—¿En serio me hubiera obedecido? Pero tienes razón, Marsh, siquiera debí avisar a un profesor...

—No —suspiró.—Los profesores también se burlan de mí.

—¿Qué? ¡Imposible! —exclamé realmente sorprendida.

—Te digo la verdad. Lo siento por haberte gritado, ________. Eres la única que ha demostrado preocupación por mí, no merecías ser tratada así —dijo arrepentido. 

—Tranquilo, está bien. 

Él abrió sus brazos esperando a que lo abrazara. Sonreí y eso hice, lo abracé y él también me abrazó. Pero una voz femenina nos hizo romper el momento. 

—Oh, qué tierno, el malvavisco tiene novia.

Dejamos de abrazarnos. Leah y sus amigas.

—Déjanos en paz, Leah —solté molesta.

—Seguro mañana la chica esta tendrá un casco de malvavisco también —se burló una amiga de la rubia. 

—Sería doble burla, doble diversión —dijo Leah sonriendo maliciosamente.

Maldita.

Alone {Marshmello y tú}Where stories live. Discover now