Capítulo Catorce: Sacar la basura

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Capítulo catorce: Sacar la basura.

1 de agosto, 2015.

Trato de mantener mi sonrisa mientras el lascivo oficial no hace más que ver mis pechos en el pequeño escote. Él alterna la vista de mi escote a los papeles que indican que he pagado la multa de Hope.

—Es usted increíblemente una belleza de mujer en persona.

—Gracias.

—Siempre que puedo veo el programa.

—Eso es bueno de saber— siento que mis mejillas se acalambran por mantener tanto tiempo una sonrisa que no siento.

—En seguida traeremos a su hermana— estira su mano y toca la mía, la retiro sutilmente.

—Gracias, esperaré justo allá con mi acompañante. Un placer conocerlo.

Antes de que pueda decir cualquier otra cosa, me giro y camino hasta el otro extremo donde con el ceño fruncido Matthew nos observaba. Este hombre es otra cosa con la que debo lidiar, pero por ahora, mejor no enfocarme ahora en cuánto me enloquece.

Un problema a la vez.

Me siento en una de las bancas y él me imita. Suspiro pasando una mano por mi cabello. Me siento agotada. Son las 4 de la madrugada y deseo tanto acostarme a dormir.

—Puedes irte a casa, Matthew, gracias por traerme.

—Si me voy, entonces ¿Quién se encargará de que llegues a salvo a tu casa?

—Quizás el oficial que parecía encantado con mi presencia.

—Sí, eso no me convence ni un poco. Alguien tendría que sacarle los ojos.

— ¿Tú?

—No soy agresivo, pero si tengo que sacrificarme, supongo que lo haría.

Eso me hace sonreír y en respuesta él me devuelve la sonrisa. Retira un mechón oscuro de cabello de mi rostro y contengo un tonto suspiro.

—En serio, quizás esto tarde un poco más, puedes irte a casa. No tienes por qué acompañarme.

— ¿Por qué quieres que me vaya?

— ¿La verdad?

—No soy fanático de las mentiras.

—Muy bien. Mi hermana es una pequeña perra malvada que seguramente saldrá propagando su veneno y tú has sido lo suficiente amable como para merecer que te muerda esa víbora.

— ¿Estás bromeando?

—Lamento decirte que estoy hablando muy en serio. Estoy cansada, pero puedo lidiar con su mala actitud, solo trato que tu buena voluntad no se vea apagada por su hostilidad.

—He lidiado con víboras. Una más, una menos. Da igual. Además, no tienes auto para volver.

—Adivino ¿Mattheo no hubiese dejado sola a Eloise?

—Mattheo hubiese callado con un beso a Eloise para simplemente cerrar el tema.

Veo al frente y lo escucho reír, lucho contra mi sonrisa mientras me acomodo sobre la incómoda banca. Intento llamar a Edgar, pero me envía a buzón de mensaje una vez más. Tengo que morderme fuerte la lengua para no dejarle un mensaje insultándolo.

Permanezco en silencio la siguiente hora y Matthew no dice ninguna palabra. Es mi acompañante silencioso. Cuando siento un peso sobre mi hombro me sobresalto, pero descubro sus ojos cerrados.

Algo más que palabras (#2 Saga InfoNews)Where stories live. Discover now