Capítulo Cuarenta y Uno: Más que un espectador.

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Capítulo cuarenta y uno: Más que un espectador.

Matthew.



26 de noviembre, 2015.

Hay algunas cosas en mi vida que pensé que no haría alguna vez. Estar en una cafetería esperando por Abby, es una de esas cosas.

No es que ella insistiera demasiado, en cierta forma ella me ha respetado en cuanto a espacio y tras apenas un par de correos hace unas semanas, decidí que más que hacer esto por ella, lo hago por mí. Porque soy fuerte y puedo enfrentar mi pasado sin derrumbarme, y quiero un cierre.

Quiero un cierre que me permita avanzar hacia un futuro.

Observo mi mano. Ya no está vendada y he comenzado mis terapias de rehabilitación. Tres de mis dedos casi no duelen ya al moverlos, pero son mi índice y pulgar en los que el progreso parece tan mínimo que apenas si puedo moverlos y duele al hacerlo, no me miento y el doctor tampoco lo hace, yo sé que esos dos dedos no volverán a funcionar de manera correcta, viviré con ello y no me detendré.

Tomo mi café y doy un leve sorbo, está amargo, pero los sobres de azúcar parecen no encontrar su camino a mi mesa y honestamente tengo este leve caso en el que no quieres moverte y solo te quedas con la vista en un punto indefinido pensando en todo y a la vez en nada.

—Lamento llegar tarde, Matthew.

Alzo mi vista encontrándome con Abigail. Ella saca su bufanda y toma asiento frente a mí. Sus mejillas están sonrojadas y todos esos rasgos juveniles solo se acentuaron para hacerla una mujer hermosa, sin embargo, yo en ella aún puedo vislumbrar a quien consideré mi Abby.

Aclaro mi garganta y asiento con la cabeza, ella me da una leve sonrisa.

—No te preocupes, yo llegué demasiado temprano—digo—. Estoy algo acelerado sobre terminar con esto.

—Lo entiendo y quiero pedirte disculpas de antemano, pero él quería venir.

— ¿Quién? — pero aun así yo intuyo saber de quién se trata.

Y lo confirmo cuando ella escribe algo en su celular y segundos después Craig entra. Su hermano. Quien fue mi verdugo, quien incluso se rió la primera vez que intenté suicidarme diciendo que los gordos ni siquiera eso podían hacer bien.

Mi cuerpo se tensa e instintivamente mis manos quieren cerrarse en puños, razón por la que una de mis manos siente un dolor terrible que me recuerda que esta no es una pesadilla recreando al adolescente de mis perdido y con demasiado dolor para soportar. Es real.

Lo veo acercarse a paso lento y me sorprende tanto descubrir que ahora que somos adultos de hecho yo luzco más alto que él, incluso cuando él es más fornido. Me asombra no temer, solo está la chispa de impotencia de saber que años atrás ésta persona me torturó hasta romperme.

— ¿Puedo sentarme?

—Ahora eres cortés—no puedo evitar dejar escapar la ironía en mis palabras—. Puedes.

Si voy a cerrar el pasado, entonces lo haré totalmente.

Él toma asiento y se hace un largo silencio incómodo en el que ocupo los segundos dando un sorbo a mi café que ya parece estar enfriándose con rapidez. Veo de Abigail a Craig, es un poco chocante estar reunidos con ellos luego de tantos años.

Y es un tanto chocante que estudié en el mismo lugar que Craig por años y es la primera vez que no escucho insultos o recibo maltratos de su parte al estar en el mismo lugar.

Algo más que palabras (#2 Saga InfoNews)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora