Capítulo Treinta y Cuatro: Corazones rotos

203K 27.2K 14.7K
                                    



Capítulo Treinta y Cuatro: Corazones rotos.

28 de septiembre, 2015.

Puedo ver lo asustada que Karla está. En mi interior estoy furiosa pero en el exterior supongo que me veo serena mientras mis ojos están cubiertos por unas gafas de sol. Esta es la primera vez en mucho tiempo en la que mantengo unas ojeras notables, ojos irritados y expresión seria. Hace mucho tiempo no sentía que la vida me pasaba por encima.

—Debes saber muy bien por qué estamos reunidas—comienzo echando un sobre de azúcar a mi café— ¿Puedes explicarme qué se supone qué pasó? Porque no tengo trabajo, mi novio no quiere verme y algunos fanáticos apasionados se sienten decepcionados de algo que yo no hice, entonces ¿Qué mierda sucedió?

—Elise, yo lo siento tanto. Me ha costado entender todo lo que ha sucedido. El último par de semanas creí estar recibiendo correos tuyos, de hecho los recibí, tengo la prueba en mi propio correo.

—Te he escrito respondiendo los que tú me has enviado con respecto a mi agenda y contratos.

—Pero también estuve recibiendo correos de ti sobre acuerdos con una revista que querías pautar, sobre haber tenido una gran conversación con Kennedy, te lo mencioné en algunos correos y quizá lo pasaste de largo, luego me responderías diciendo que solo me encargara de ello.

—No lo entiendo. Yo no hice nada con Kennedy y solo recibí una carta de esa revista agradeciéndome.

Ella une sus manos sobre la mesa y me da una mirada de pesar, sacude su cabeza y luego me entrega su celular.

—Ahí, no borré ninguno de tus correos. Puedes encontrar todo lo que estuve recibiendo.

Incrédula observo los correos que nunca escribí. Es mi correo, es mi cuenta electrónica incluso firmo muy parecido a mí, con mis tonterías y locuras. Pero yo no escribí absolutamente nada de eso.

Chequeo las fechas y encuentro ciertas irregularidades en la hora en las que fueron enviados.

—Estos correos son de tempranas horas de la mañana, desde la cinco de la mañana—saco mi propio celular y reviso mi buzón de entrada y los mensajes enviados—. No los tengo en mi correo.

— ¿Alguien más tiene acceso a tu cuenta?

— ¡No! Ni siquiera tú tenías acceso—llevo las manos a mi cabello, toda esta situación es estresante—. Estoy llegando a una conclusión que no me gusta ni un poco.

—Alguien ha estado teniendo acceso a tu cuenta, pensaría en Matthew debido a que es tu novio y has estado pasando las últimas semanas con él, pero teniendo en cuenta que él es el perjudicado, es totalmente absurdo.

No puedo evitar hacer una mueca con mis labios, me duele la mención de Matthew junto a la palabra «novio» porque se siente como que ya no lo es. No hemos hablado, no sé de él, solo tengo esa respuesta de mi mensaje en la que me dijo que estaba bien y ni siquiera sonaba firme.

Tengo que admitir que siento que necesito verlo, deseo hacerlo; todo este desastre sería más fácil si estuviéramos juntos, este desastre no me importaría tanto si no le hubiese hecho tanto daño a él. Lo lastimé, no directamente, pero alguien lo hizo en mi nombre.

—Alguien ha estado usando mi cuenta de una manera muy eficaz. Borrando cualquier maldita evidencia de las cosas que hacía en mí nombre desde mí cuenta—trato de hablar con una calma que no poseo.

—Me temo que eso ha ocurrido.

Veo fijamente mi café que seguramente ya se encuentra totalmente frío; vuelvo mi atención una vez más al intercambio de correos que se supone tuve con Karla. Es increíble como casi suena 100% como yo excepto algunos detalles que podrían delatar a esta persona si mi agente me conociera lo suficientemente bien.

Algo más que palabras (#2 Saga InfoNews)Where stories live. Discover now