V E I N T I C I N C O

1.5K 127 42
                                    

— Vive en una piña y tiene una estrella de amigo.

— ¿Patricio?

—¡No!—chilló riendo.— Patricio es su amigo.

— ¿Calamargo?

— Estás rompiendo mi corazón, es Bob Esponja y es Calamardo.

— La última vez que vi televisión fue hace cuatro meses, prefiero los libros.

—Mañana tu y yo tendremos una maratón de Bob Esponja.

—Mañana tenemos clases.

—Eso no es un problema, quiero ver Bob Esponja contigo.

Solté una carcajada y  y me apegué más a su cuerpo.

— Primero tendré que preguntarle a mi padre.

— Estoy seguro que dirá que si.

Levanté mi cabeza y presioné mis labios sobre los de Jimin.

— Eso espero.


Jimin me llevó a casa antes de que oscureciera. Todo el día nos las habíamos pasado riendo.

— Fue muy divertido.

— Opino lo mismo.

Me acerqué a sus rostro y le di un pequeño beso.

— Nos vemos mañana.

— Sin falta.

Solté una carcajada y asentí con la cabeza. Entré a la casa y me saqué los zapatos.

— ¡Ya llegué!

— Ya era hora.

Solté un gritó al oír su voz.

— ¿¡Qu—qué haces aqui!? —dije tartamudeando.

— Estuviste fuera de casa por más de 7 horas.—

— Eso no te incumbe.

Min me estampó contra la puerta y llevó sus manos a mi cuello.

— No me hables así. No quiero que estés mucho tiempo lejos de mi, no quiero que pases mucho tiempo con Jimin, no quiero que lo besas, no quiero que hables con él ni con nadie.

《Yoongi está mal》

Las palabras de Jimin resonaron en mi cabeza y me obligue a tranquilizarme y no soltar nada indebido.

— Está  bien.—dije con la voz entrecortada.

— Si vas a salir con Jimin tienes que avisarme.

— ¿Dónde están mis padres?— ignoré su advertencia.

— Yo que sé, no soy adivina.—soltó mi cuello y acercó su rostro al mío.— Voy a besarte.

Sus labios se presionaron con fuerza sobre los míos, apenas podía seguirle el ritmo. Mordió mi labio inferior con fuerza y gemí de dolor. Coloqué mis manos en su pecho para separarlo pero volvió a presionar con fuerza sus dientes sobre mi labio.

— ¡Basta!— supliqué.

Soltó mi labio y presionó su cuerpo sobre el mío, sus labios dejaron los míos para ir directo a mi cuello.

— Mío, mío. —gruñó.

Coloqué mis manos sobre sus hombros tratando de empujarlo pero fue en vano, sus labios chocaron contra mi piel y comenzó a absorber. Mi cuerpo tembló ante su toque.

BienquerenciaWhere stories live. Discover now