"Here comes a Thought"

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Edd no podía  creer lo que estaba pasando, sus labios temblaban levemente mientras miraba a Tord, las lágrimas corrían por sus mejillas como ríos bajar por las montañas.

Todo esto,  lo hermoso,  lo tierno, el intento de conquista... Todo tenía un motivo..  Horrible motivo detestable en estos momentos.

La noche era fresca como la herida de la pierna de Tord,  ¿el motivo? , Edd lo había empujado mientras reían y Tord solo... Se callo, ahora tenia raspones y un poco de sangre, Edd estaba demasiado preocupado, pero Tord insistía en que no era nada fuera de lo común, algo que no podía aguantar.

Cuanta mentira había en unas simples palabras.

El corazón de Edd vibró cuando la mano del Noruego acarició su cabello, buscando aprobación en su mirada.

Pero el solo estaba atónito, ¿Como pudo confiar tan firmemente en alguien como él?, un suspiro tembloroso salió de sus labios y negó suavemente bajando su mirada.

—Mentir es de cobardes— murmuró Edd, Ringo algo confundido maullaba buscando atención de ambos chicos.

La luna estaba en el punto más alto del cielo, brillando con fuerza.

Las olas golpeaban fuertemente contra las rocas.

La arena estaba fría, Edd sentía el frío.

— Era mentirte o que te enterarás y te sintieras mal, solo quería pasar contigo mis últimos momentos, porque te amo,  ¿es tan difícil de entender? —Tord hablo desesperado, Edd comprendió.

Tord Larsson, Noruego, soldado, estaba frente a él con sus ojos llorosos, casí rogándole que lo perdonará, él realmente estaba enamorado.

— ¿Cuanto es el tiempo que te queda? —susurró Edd pasando una mano por su cabello, frustrado.

— Sin contar está noche... Dos días — Larsson murmuró bajando su mirada.

Y Edd solo pudo hacer lo mismo, pensando un momento.

— Supongo que... Quizas en otra vida, tú y yo podamos estar juntos hasta el final... ¿Verdad? —Edd alzo su mirada con una sonrisa,  sus ojos se cerraron reprimiendo las ganas de llorar.

— En otra vida... Tú y yo seremos inseparables — susurro acariciando el cabello castaño de Edd.

— Entonces vamos a disfrutar nuestros dos días... ¿te parece? —Edd susurra mirándolo.

— Vamos por helado— Tord murmuró tomando entre sus brazos al pequeño Ringo, quien maullo.

Y así ambos chicos se fueron, tomados de la mano, en dirección al último puesto de helados que Tord Larsson probaría.

Edd pensó que el helado de menta sabía mejor ese día, mientras Tord comía su helado de chocolate amargo... Tan amargo como esos dos días al lado de Edd.

¿Qué es lo que podría pasar?



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tengo excusas;; debía irme por un momento ya que me entro eso de "crísis del escritor" ideas nulas, espero hayan disfrutado aquel capítulo, corto... Aún faltan dos, para el final.

¿Qué creen que pasará?

Te detesto, Tord.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora