Capítulo Treinta y Uno

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Will

-Que te jodan -siseo al gilipollas del amigo de Beth.

Siento unas ganas tremendas de salir de la piscina y pegarle un puñetazo para que deje de sonreír con superioridad, pero no sería lo mejor para Beth.

De repente siento sus pequeñas manos en mi cara haciendo que me gire hacia ella y la miro sin poder dejar de fruncir el ceño. Ya me había olvidado de que mi tío me esperaba en la entrada del hotel, pero ahora desearía haberme subido a la habitación con Beth antes de que él llegase y nos jodiese todo. La mirada de Beth es triste y dura a la vez y siento que la estoy volviendo a decepcionar una vez más.

-¿De verdad tienes que irte?

Sus ojos verdes y grandes me observan con nerviosismo y aparto la vista hacia sus labios, fijándome en cómo se muerde el labio inferior a la espera de una buena contestación.

-Will, no tengo todo el día para ver como os dais besitos -dice Stev en voz demasiado alto para que Beth aparte la mirada de mí y le dedique una de sus preciosas pero duras miradas.

-Cállate, si no quieres estar aquí puedes esperar fuera -gruño enfadado.

Stev me hace caso y, maldiciendo en voz baja, se larga hacia las tumbonas que hay cerca de la puerta de entrada al hotel.

-Tengo que ir a ver a Logan, pero no tardaré.

-Pero yo pensaba que podríamos estar juntos y... arreglar las cosas. Te echo de menos -susurra.

Le acaricio la mejilla con dulzura intentando recuperar la tranquilidad y comienzo a avanzar hacia la escalera más alejada de nuestros amigos con ella de la mano para salir de la piscina y hablar con intimidad. Cuando llegamos a la escalera dejo que ella salga primero y me permito el gusto de ver las increíbles vistas de su cuerpo antes de salir tras ella. No se me pasa por alto que ha comenzado a tiritar ligeramente.

-Pequeña, yo también te echo de menos, pero me pediste que dejase este mundo y estoy intentando arreglar las cosas.

Mi noticia hace que se le abran los ojos por la sorpresa y veo como intenta reprimir una sonrisa triunfal, así que acaricio sus labios y su clavícula y la sonrío con complicidad.

-¿Por qué no me habías dicho que tenías pensado hablar hoy con Logan?

-Porque hasta hace unas horas no lo sabía. Me llamó mi tío diciéndome que Logan quería verme y pensé que era un buen momento para zanjar el tema.

La atraigo hacia mi cuerpo para envolverla y hacer que deje de tiritar y cierro los ojos, saboreando cada segundo de este momento. Porque eso es lo que más me gusta de estar con ella, que vivo cada segundo como si fuese el último. Es tan fácil estar con ella que a veces temo que se acabe.

-Siento tener que irme así, te juro que ni siquiera me acordaba de que estaba mi tío esperándome fuera. 

Escucho su risa contra mi pecho y me relajo un poco.

-Está bien, entonces será mejor que te vayas ya para que llegues cuanto antes a la habitación. Te estaré esperando con mis mejores galas.

-¿Eso significa que cuando llegue me recibirás en pijama?

-Y sin maquillar -contesta sin dejar de reír.

-Dios, has vuelto a ponerme cachondo -susurro, consiguiendo justamente lo que quería: hacerla reír de nuevo.

Beth se pone de puntillas para darme un beso en los labios y yo le devuelvo el beso con más intensidad. Cuando comienza a gemir me separo de ella y la sonrío con picardía antes de darme la vuelta hacia mi tío, que ahora está hablando con alguien por teléfono al lado de las tumbonas.

Anhelo IncontrolableWhere stories live. Discover now