Capitulo 3

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-¿Y bien?- Hablo la madre del chico.

-Lo siento tanto Stormie.- Dijo Laura.- Yo... Yo no pensaba arruinar la boda, solo quería convencerme que el era feliz, y ella se ve buena chica. Estaba por irme, iba a renunciar a el...- Las palabras lastimaron al chico, pues, aunque sabia de esto. Oírlo era difícil.- Pero no pude. Mi amor me volvió egoísta.- El estiró su mano y la tomo dándole apoyo.

-¿Y crees que no lo se?.- Pregunto la señora Lynch.- Chicos, lo entiendo, su amor es enorme y siempre lo fue... No es algo nuevo. El problema aquí es que ya no son niños. Los problemas no se solucionan de ese modo, siempre hay una mejor opción. Quiero recordarles que una chica salio muy lastimada el día de hoy.

Ambos adultos bajaron la cabeza con vergüenza.

Por un lado, la menor de los Marano se dio cuenta que esto se hubiera evitado si hubiera decidido hablar con ambos chicos antes de esto, evitando así la humillación de la que, a su pesar, era la prometida del chico a su lado.

Por otro lado, el cuarto hijo de los Lynch se sentía culpable por aceptar el compromiso. El sabia que aun no terminaba de olvidar a Laura y aun asi decidió casarse. Eso era inaceptable, estuvo a punto de jurar amor eterno a una persona de la cual no estaba enamorado, al menos no completamente.

-Lo siento.- La voz de la pareja salio en un susurro apenas audible.

-No es a mi quien deben decir eso.- Dicho esto, la rubia mayor se levanto y se retiro, no sin antes agregar.- Los quiero chicos, y amo que estén juntos, pero a veces las cosas deben planearse, no dejarse llevar por el primer impulso que salga.- Cerro la puerta tras de ella.

-Tiene razón.- Comento la ojicafe después de un silencio algo extendido.

-Se que la tiene.- Respondió el no tan concentrado en la conversación.

Repaso lo que Courtney le había dicho en la llamada, sin embargo, eso no era lo que le preocupaba.

Ella se oía destrozada. Temia que se lastimara.

-Hablaremos con ella. Es lo mínimo que se merece.- Dijo el al fin. Seguido de esto salio de la habitación.

Laura se quedo en su lugar, sin moverse ni un centímetro. Los celos se apoderaron de ella, Ross estaba así por ella. El la quería, aunque le costara admitirlo. Tal vez, el amor que el sentía por ella era solo el recuerdo de lo maravilloso que fue. Solo que sus memorias no lo dejaban pensar con claridad.

Debía salir de ahí.

No quería que la vieran salir, por lo que hizo la cosa más estúpida que se le ocurrió: salir por la ventana. Su buena suerte es que Estaba en el primer piso, la mala es que no fue para nada discreta.

Al salir se dirigió a su auto y lo encendió. Comenzó a manejar y la opresión en su pecho simplemente no la dejaba. Al llegar a su casa (o la de sus padres, que ahora que ellos se habían mudado a Italia pertenecía a su hermana). Subió a su habitación y cerro la puerta con llave.

¿y si lo perdí? Preguntaba a ella misma. La sensación era increiblemente dolorosa.

Por otro lado, en la casa Lynch un rubio regresaba a la habitación para encontrarse con la sorpresa que su amada no se encontraba más ahí.

Salio en busca de ella, pero a todos los que le preguntaba la respuesta era la misma. La ultima vez que la vi estaba contigo.

Salió al patio. El carro de Laura no estaba ahí.

Marco su teléfono. Nadie respondió.

Deje su mensaje después del tono...

-Laura, ¿Donde estas? Contesta el teléfono por favor. Me estas preocupando.- Entro a su casa para ir por las llaves de su moto.

Checo su teléfono por ultima vez. Nada. Absolutamente nada.

El aire frío corría por su cara, pero no hacia diferencia. Estaba preocupado, así que decidió ir a su casa, tal vez se sintió mal y se vino a casa de sus padres.

Al llegar toco y la hermana de Laura abrió.

-Hola Ross.- Comento Vanessa algo diferente.

-Hola. ¿Laura esta aquí?- Sonó grosero pero estaba realmente preocupado.

-Vi su auto en la entrada, así que supongo que si. Pero no la he visto.- La mayor de los Marano se veía nerviosa. Por lo que el supo que le mentía. Ella si la había visto. Pero por alguna razón no quería decirle.

-¿Te importa si paso?

-N-no adelante.- Cerro la puerta después de que el entrara.- Ahora que recuerdo, debo irme. Adiós.- Sin más salio de la casa.

-¿Laura?- Hablo en voz alta esperando que lo escuchara.

No hubo respuesta.

Subió escaleras arriba a la que recordó, era la habitación de ella. Las memorias de todas las citas que tuvieron en su casa regresaron. Jamás hicieron nada inapropiado para su edad. Pero una buena noche de peliculas, abrazos y besos les bastaba. Incluso había ocasiones en las que el se quedaba a dormir ahí... Por accidente, claro.

Llego a la puerta y con suaves golpes la hizo sonar.

-¿Laura? ¿Estas ahí?- Nadie respondió.

Giro la perilla para abrirla. Al entrar vio a la chica de sus sueños dormida, sin embargo,sus ojos estaban rojos en las orillasp y tenía su cabello desordenado.

Había llorado.

Camino lentamente hacia ella y beso su frente.

-Laura, cariño ¿que te paso?- Pregunto más para el que para ella.

La tomo en brazos para poder acomodarla, pero el leve movimiento levanto a la castaña.

-¿Ross? ¿Que haces aquí?- Comenzó a tallar sus ojos.

-Te fuiste de mi casa así sin mas. ¿Que crees que hago aquí?- Sonrió de lado.

El vacío de su estomago se llenó. Devolvió la sonrisa y se alzó para juntar sus labios.

Después de que el oxigeno hiciera acto de presencia ambos se separaron.

-¿Quieres hacer un maratón? Ya sabes, como en los viejos tiempos.- El asintió y la recosto en su cama.

Camino a la televisión y la encendió. Cerro la puerta. Hecho esto se lanzo en la cama junto con ella y la rodeo con sus brazos.

Era como hace nueve años, cuando recién comenzaban a salir.

Sin decir nada, ella se giro y comenzó a besarlo. El siguió el beso, pero ya no eran niños, y el hecho de estar solos no era una buena idea. Ella desabrocho los botones de su camisa y entonces perdieron el control.

¡Yo me opongo! (YMO #1) #FanFicAwards2017Where stories live. Discover now