Prisionera

1.6K 70 10
                                    

Antes de comenzar, quiero decir que esta historia más larga que he hecho y la más apasionada, en verdad espero que la disfruten al igual que yo cuando la hice.
.

.

.

A pasado mucho tiempo que he perdido la cuenta de los días estando aquí atrapada, sin embargo, es inolvidable la razón por la que estoy así.

~.~.~.~.~.~
Recuerdo que estaba en casa de uno de mis amigos al ser invitada a comer, mientras esperaba observe los alrededores del comedor; las paredes estaban repletas de reconocimientos, medallas y trofeos -que de seguro ganó en el campo de batalla-, la mesa fue hecha de caoba -al sólo verla se notaba- se encontraba cubierta de un mantel Turquesa y sobre ella se hallaban los cubiertos junto a otras cosas necesarias.
-¿Quieres que te ayude? - le pregunté a mi amigo cuando me sirvió la sopa.
-No es necesario - sonrió y se sentó a mi lado viendo cada una mis acciones provocando que me pusiera nerviosa. -Espero y te guste - Por un segundo note un destello dorado en sus ojos, pero puede que esté alucinando por el hambre ¿No?.
Probé un poco tratando de no temblar -Delicioso - respondí al terminar el sorbo, pero algo andaba mal.
De pronto me sentía mareada y la vista comenzaba a ser borrosa, caí al suelo, e intentar pararme, aunque antes de desmayarme lo ví sonreír con los colmillos de fuera, mientras susurraba -Eres mía - casi inaudible.
~.~.~.~.~.~
El sonido de la puerta al abrirse, sólo me avisaba que "él" vendría, aún que me mantenía cautiva jamás hubo tortura o un daño hacía mí y eso me parecía extraño, ya que él siempre dañaba sin piedad a sus víctimas. Todo lo que hacía era traerme y darme de comer, observarme por algún tiempo e irse, y en estos momentos no sería diferente o eso creía.
-Siempre te he observado - dijó al sentarse frente a mí, -y más desde que me enamoré de tí - sus ojos miraban cada parte de mi cuerpo con demasiada excitación. -aunque era molesto que tus amigos te tuvieran cada vez que te veía y en especial él imbécil de Flippy - paso una de sus enormes manos sobre mi cabello bajando suavemente hasta mi mejilla mientras me miraba con una extraña locura, y a pesar de que esto era inofensivo yo no dejaba de temblar, de pronto su expresión cambio y me lastimó la muñeca con su otra mano, se había enojado. -¡¡¡MALDITA SEA!!! - Gritó y se apartó bruscamente de mí para golpear una pared. -¡¿Por que no entiendes?!, ¡¿Por que no dejas de verme como un puto monstruo?! - me miró de nuevo, pero ahora sus ojos tenían una mezcla de enojo y decepción. -¿Por qué?, ¿Por qué simplemente no me amas igual que a ÉL? - Eso fue lo último que dijo antes de marcharse y dejarme sóla e impactada, ¿Cómo demonios sabía que amaba a Flippy?
~.~.~.~.~.~
Después de  abrir los ojos -aunque no sabía cuándo me había dormido-, me llené de sorpresa  al ver a Fliqpy acostado sobre mi estómago abrazándome, y a pesar de ser un asesino sádico, la expresión que tenía en estos momentos era la de un tierno y dulce ángel. No pasó mucho para que él se despertara. -Tarde o temprano me amarás, me encargaré de que lo hagas - dijó abrazándome más fuerte.
-Es inútil que fuerces a una persona a hacer algo así - mi voz estaba débil, quebrada.
Rió al escucharme -Tienes razón - se levantó para estar a la misma altura y agarró mi barbilla -pero te conozco como la palma de mi mano pequeño roedor, caerás rendida a mis pies - de repente me beso con brusquedad, metiendo su lengua en mi boca y tomando posesión de ella sin piedad, al final lo que nos separó fue la falta de aire, pero esto aún no acabaría.
Él volvió a besarme, pero en vez de ser en la boca fue en el cuello -No . . . Fli-Ahhh!! - cada vez que sus labios me tocaban causaba que gimiera de placer, esa zona resultaba sensible, descendió más mientras marcaba un camino de besos hasta llegar a mi pecho, me miró por un segundo antes de romper mi playera y brasier, sentí su respiración caliente en mi piel mientras me lamía uno de mis senos jugando un poco con el con su lengua, al mismo tiempo que un par de gemidos salían de mi boca, y sin darme cuenta una de sus manos había descendido a mi intimidad, escabulléndose entre mis ropas para lograr entrar en mi con dos de sus dedos intentando llegar lo más lejos posible, pero en vez de sentir placer fue un dolor inaguantable -p-para - de todo el acto, este hizo que las lágrimas brotaran de mis ojos. Él se detuvo ante mi petición y cuando saco sus dedos se fue sin decirme nada, saboreando de mi sangre Virgen.
En cambio, yo me avergoncé por lo que ocurrió y miré mi cuerpo semi-desnudo, ésto sería un tiempo largo y frío.
~.~.~.~.~.~
Al levantar mis párpados, me encontraba en un lugar diferente, más cálido y cómodo; había unos  muebles para no verse tan solitario, las paredes tenían un color rosa pastel -no era algo adecuado viniendo de un veterano de guerra-, unas suaves sábanas tapaban mi pequeño cuerpo sobre una cama matrimonial y en ambos lados se veían unos peluches de animalitos.
-Al fin despiertas - su voz me sorprendió un poco, él estaba recargado en el marco de la puerta observándome fijamente, mientras sostenía la comida con sus manos.
-¿Por qué? - le pregunté en un tono bajo, mirando sus penetrantes ojos dorados.
-El sótano no era un lugar adecuado, está habitación la hice para tí -
-Es. . . Linda - respondí con un leve sonrojo y desvíe mi mirada a otra cosa, de verdad conocía mis gustos.
Fliqpy sonrió, entró y se sentó a un lado de la cama, acomodando todo para que ambos comiéramos. El platillo consistía en una pasta italiana con camarones y acompañada de vino para beber.
-N-no debiste -
Él no respondió y empezó a comer, sin embargo, yo observaba la comida, ya que me producía un recuerdo nostálgico, eran esas veces en las que convivía con Flippy, quien siempre se mostraba con amabilidad y cariño, ante los buenos, cómo los malos momentos de mi vida. Sin darme cuenta unas lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, era desgarrador el dolor de no poder volver a verlo y eso me dejaba un vacío en el interior, de pronto sentí como dos brazos me rodeaban y el cuerpo de fliqpy cubría el mío, eso ya no me sorprendía. Seguí llorando por un poco más de tiempo mientras él en un par de veces pegaba nuestros cuerpos intentando consolarme, al final toda sensación desagradable se esfumó de mi cuerpo y me sentí mejor gracias a fliqpy. -Gra-gracias - susurré, Él comenzó ha apartarse lentamente deshaciendo el abrazo, pero lo volví ha abrazar. -¡N-no! . . ¡No me dejes!- Me daba vergüenza verlo, pero sabía que estaría feliz o al menos tendría una sonrisa.

Derrame CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora