Capítulo 30

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Jason levantó todo, apagó la chimenea y se fue a dormir. Se quitó la remera, las zapatillas, las medias y el pantalón. Scarlett estaba en un camisón blanco que le daba forma a su cuerpo pero no era incómodo. Se acostumbró a dormir así.

Jason se acostó a su lado y Scar no sacaba la vista del techo.

—¿Te molesta si te abrazó?— Le preguntó matando el silencio.

—No. No me molesta.— Hizo una sonrisa forzada y sintió los brazos musculosos de Jason abrazarla. La pegó a él y se miraban a los ojos.

—¿Sabes porqué siempre discutía contigo y te molestaba?

— No, ¿por qué?— Él sonrió y supo que Scarlett lo golpearía si le decía. Pero era divertido y se veía tierna enojada.

—Porque quería llamar tu atención.—Scar negó y le pegó con el puño en el hombro.

— Idiota, sabes bien que toda mi atención es tuya. — Lo regañó y Jason soltó carcajadas. Scarlett no entendía el porqué de su risa entonces se enojó más.

—¿De qué te ríes estúpido? Te estoy hablando enserio.

—Es que te ves tierna enojada y supuse que reaccionarias así.— Sonrió y ella besó sus labios fugazmente.

— Tonto, no lo hagas, enserio me enojé. Ahora me ofendí, chau.—Scarlett agarró las sábanas y se escondió debajo de ellas.

Jason río y la miraba con una sonrisa. Tenía que sacarle una risa a la niña interior de Scar para que saliera de ahí. Le comenzó hacer cosquillas y ella reía.

—Vamos Scar, sal de ahí.

—Nop. Sé que cuando salga no voy a poder verte el rostro porque me enojare.—Jason río y se escondió debajo de la sábanas para verla.

Se acercó y atrapó sus labios, sus labios estaban unidos y sus lenguas luchaban por meterse en la boca del otro, él se subió encima de ella y Scar enredó sus piernas en las caderas del joven y clavó las uñas en su espalda, algo que se moría por hacer hace tiempo. Jason comenzó a subir y las sábanas dejaron de cubrirlos.

—No te enojes.— Dijo Jason entre besos, Scarlett sonrió a la mitad del beso y se separó de él.

— Deberíamos dormir, es muy tarde. Mañana será un día largo y tú tienes que descansar.— Le dió un fugaz beso y lo miró a los ojos. Jason no salía de encima suyo y tampoco quería. Scar se dió la vuelta en señal de ignorancia y Jason se acostó a su lado, ella lo abrazó por detrás y el silencio invadió el lugar.

—¿Me cantas una canción?— Su voz de niño la hizo sonreír y besar su espalda.

—Okey.— Respondió algo tímida. Comenzó a pensar y se acordó de su niñera Abigail, quien la cuidaba cuando su madre iba a trabajar. Ella le cantaba las canciones que alguna vez se las quiso cantar a su hijo que falleció al nacer.

Comenzó a buscar en su memoria y encontró su favorita, recordaba hasta el ritmo de la canción y las letras las pronunciaba bien.

— 'Ríe chinito se ríe y yo lloró porque chino ríe sin mi.'—Le cantaba despacio al lado del oído y Jason no había sentido sensación más placentera que esa.— 'Ríe la noche y achina los ojos morochos más lindos que vi...'

Al cantar, aquellas palabras extrañas que Jason no entendía hicieron que se vaya quedando dormido, abrazado por Scarlett y sostenido por los brazos de Morfeo.

Jason abrió los ojos por los rayos del sol que acariciaron sus párpados. Se dió la vuelta y vio a Scarlett durmiendo, su cabeza estaba hacia el otro lado y lo único que se observaba era su cuello, su cabello color petróleo y su cuerpo respirar. Su pecho subía y bajaba con exageración al tomar y expulsar aire.

Jason le giró la cabeza con delicadeza para verla mejor y observar todas sus facciones. Acarició su piel suave y esponjosa, bajó su mano hasta deslizar los dedos por los poros de su cuello y volvió a subir las caricias al rostro de la jóven. Se acercó y besó su frente con delicadeza, se apartó y comenzó a vestirse mientras Scar seguía durmiendo. Al terminar le acarició el cabello y bajó las escaleras despacio. Su Manada estaba desayunando en silencio y al verlo bajar todos fijaron su atención en el Alfa.

—Hola Jefe, ¿cómo va todo?— Preguntó Ángel mientras le alcanzaba una taza de café.

— Hasta ahora bien muchachos, ¿qué hay de ustedes?— La sonrisa de Jason no podría ser más grande. Se iba a prender un cigarrillo antes de desayunar como de costumbre, pero luego recordó la voz de Scarlett pidiendole que dejara de fumar. Agarró la cajetilla y la tiró a la basura, tomó el primer tragó para ahogar las ganas de tener aquél humo en sus pulmones pero se quemó la lengua aunque no le importó.

— Nada nuevo Jefe, lo de siempre. Cada vez más muertos, la policía buscando a Scar y la gente como loca. Hablando de Scar, ¿Qué sucedió?— Preguntó Logan ignorando la acción que realizó Jason.

— Bueno pues, hablamos... Mucho.— Se tomó otro tragó de café y buscaba otro tema de conversación

—Wow...Los tuvimos que haber dejado solos hace rato.— Se burló Scott haciendo que todos rieran. Jason levantó las cejas y soltó una carcajada, era cierto. Si lo hubieran hecho antes quizás estaría más tiempo junto a Scar.

—Me sorprende que no hayan roto nada.— Dijo Henry con una sonrisa.

—Callate, todavía no vimos la habitación.— Las palabras de Ángel hicieron que todos explotarán de risa.

Se escucharon unos pasas bajar por la escalera y se callaron para poder ver a Scarlett con un Jean negro y una camisa color salmón de tela delicada. Llevaba su cabello atado en un rodete y su olor volvió a atrapar el olfato de Jason.

—Hola.— Dijo algo decepcionada por si misma. Les debía una explicación a todos.— Gracias por curarme ayer Scott.

— No es nada Scar.

La muchacha se sentó frente al Alfa y cruzaron miradas. Ángel le dió la taza de café y le mostró una sonrisa, ella se la devolvió y un silencio entró en el comedor. Todos la miraron y era muy incómodo.

— Se que les debo una explicación a todos, no les dije nada porque pensé que me lastimarian o me matarían.— Lo único que se escuchaba era la aguja del reloj moverse.— Mmmm...Bueno pues, les pido una disculpa por mi atrevimiento ayer, enserio lo lamento. Creo que estoy siendo un estorbo y quizás deba irme porque no quiero generar más problemas.

—No te puedes ir, esa herida tiene un 13% de probabilidad que se abra y vuelva a sangrar.— La interrumpió Scott. Ella sólo suspiró.

—Si pero debo irme, tengo un caso que resolver y...— Henry la interrumpió.

—Tu no te irás. Eres una Licántropo maravillosa y la última de Alaska, eres muy valiosa. Además eres amable y eres una persona especial. No me importa lo que diga el Jefe, pero yo no dejaré que te vayas.

—Yo tampoco.— Le dijo Sam mientras se agarraban de las manos.

—Yo no te dejaré Scar.— Le sonrió Scott.

—Ni pienses que te dejaré cruzar esa puerta.— Agregó Logan.

— Ni muerto te dejaré.— Continúo Ángel.

— No dejaré que te pasé algo, no te dejaré ir a ningún lado y si te pasa algo me muero y el Alfa también. Así que jamás te dejaré. Además, esta noche tenemos que inspeccionar y siete buscan mejor que seis.— Le guiñó un ojo y Scar se ruborizó.

Desde entonces entendió que ella siempre había sido aceptada ahí, no importa como sea.

My WeaknessWhere stories live. Discover now