Capítulo 43

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Esas simples palabras hicieron que su estado de ánimo cambie por completo, su cara cambió de felicidad a enojó. Se dió la vuelta y miró los oscuros ojos de Jason. Un suspiro salió de sus fosas nasales. Supo que se le venía ahora y se rascó la nuca en forma de pensamiento.

— Debo irme preciosa.— Soltó Jason. Ella negó y se mordió el labio.

— No quiero que te vayas.— Esas palabras hicieron que él se diera cuenta que le importa, la abrazó y le acarició el largo cabello. Scar se apoyó en su pecho.

— Ya se que no quieres que me vaya, pero debo irme.— Se formó un silencio.— Nena, ahora eres humana, no eres como nosotros. Corres más riesgo si estás conmigo. Debo irme y lo sabes.

— Prométeme que volverás.— Una lágrima resbaló por su mejilla.

Jason besó su frente y le sobo la espalda. Pensaba en qué decirle para que ella no se sintiera sola, pero tampoco iba a mentirle.

— Quizás vuelva esta noche o mañana en la mañana. Pero te aseguro que nos veremos.

— No me mientas Jason, por favor.

— Adiós Preciosa.— Se apartó de ella y empezó a caminar hacia la puerta.

Hechó un vistazo a las sábanas y la frazada que estaban tiradas en el suelo junto a la chimenea. Eso le sacó una sonrisa al recordar lo que hicieron anoche. Sin embargo, antes de abrir la puerta la voz de su debilidad lo detuvo.

— Jason.— Se dio la vuelta y la miró.— Te Amo.

Una amplia sonrisa decoró su rostro y su corazón latía con rapidez por aquellas palabras que salieron de la boca de su amada.

— Te Amo preciosa.

Scar corrió a sus brazos, enredó sus piernas en su cadera y abrazó el cuello de Jason. Se unieron en un beso apasionado y lujurioso. Se separaron por falta de aire y unieron frentes.

— Volveré.— Ella asintió con los ojos cerrados y se bajó de su agarre.

Jason abrió la puerta y se fue, dejándola sola.

La casa de Scar estaba quedando mejor, ya había armado los muebles, limpiado y desembalado algunas cosas. Se encontraba en la cocina ordenando platos y la canción She Wolf de David Guetta se escuchaba de fondo. Amaba esa canción porque en algunas partes se sentía identificada. La ventana de la cocina tenía vista al patio trasero, vió su columpio de madera y un recuerdo le vino a la mente.

Su padre la estaba empujando, llevaba su traje militar, su cabello era negro y sus ojos eran verdes. Llevaba una sonrisa en el rostro mientras ella se amacaba en aquel columpio. Su vestido blanco estaba un poco manchado y sus zapatitos negros volaban al elevarse hacia arriba. Las hojas del árbol estaban verdes ya que estaban a la mitad de la primavera y el pasto brillaba por el rocío que llevaban.

Scarlett salió afuera y se sentó en el columpio. Comenzó abalanzarse hacia adelante y hacia atrás. La música no se escuchaba así que solo existía el silencio.

Varios pensamientos de su vida empezaron hacerse presentes. Fue como volver a recordar todo y desde ese instante, supo lo que tenía que hacer.

Se puso un abrigo y se atyo el cabello en un rodete, agarró su celular y las llaves del auto, apagó la música y cerró la casa.

Caminó hasta la patrulla y empezó a conducir hacia la casa de William.

Una sonrisa le apareció al recordar cuando Chase la iba a buscar y la llevaba a la casa de la manada. Posó su mano derecha en su vientre y suspiró. <<Tranquilo Chase, él está contigo.>>

My WeaknessWhere stories live. Discover now