Capítulo 38

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Scar estaba lavando los platos, mientras que la manada había ido a dar un recorrido al campo por si encontraban algo.

La muchacha les preparó cupcakes para que llegaran directo a comer.

Al terminar de lavar se puso a secar todo y a guardar. Su sexto sentido le advertía de algo. Transformó su rostro en una cabeza de licántropo para poder afirmar bien.

Había olor a colonia varonil, luego olía a perfume de mujer mezclado con olor a sexo. Estornudó. Esos aromas no eran normales en la casa.

Salió porque el olor a chocolate desapareció por completo y lo primero que pensó fue en Jason.

Al salir vio que estaba la manada parada en la entrada de la chacra, donde estaba Tony y Daphne parados con una sonrisa.

El cabello rubio de Daphne brillaba por el mantenimiento que le daba, sus ojos rojos eran preciosos y su piel blanca teta, necesitaba un bronceado para darle más belleza. Tony llevaba su cabello castaño oscuro con su barba rasposa y sus ojos mieles se fijaron en Scarlett.

Jason miraba a Daphne con asco, detestaba pensar que estuvo dentro de ella varias veces y le llegó las ganas de vomitar.

Scar se paró al lado de Jason con enojo y no escuchó lo que la rubia le gritaba.

—...Y tú. Me las pagaras maldita perra. Mataste a Tate y a Mazon, desgraciada.— La voz de Daphne sonaba a furia y a tristeza. Avanzó tres pasos y Tony la detuvo con su brazo derecha. Sabía las intenciones de la ojos rojos.

—Solo vinimos a buscar los cuerpos de nuestros colegas y advertirles que si se siguen metiendo con nosotros, seguiremos matando a sus seres queridos.— La sonrisa de Tony le daba rabia, enojo y fue entonces cuando Scar abrió la boca.

—Fuiste tú quién mató a Chase.— Se paró delante de Jason.— Tú, maldito perro.— Se abalanzó para golpearlo pero Jason la agarró de los brazos para detenerla.— ¡Mataste a Chase, tú lo mataste!

Daphne río y miró a Jason.

—¿Me cambiaste por esta perra mal olienta?— Río.— Tony no mató a Chase, yo le di la orden a algunos callejeros para que hagan el trabajo. Recuerdo todo, Chase andaba como loco buscandote y tu revolcandote con mi hombre. Aproveché y los callejeros lo atacaron, fue hermoso ver como algunos le desgarraban la piel. Pero le tuve compasión y le clavé una estaca en el corazón para que no sufriera, los animales no tienen que sufrir.— Río al final. Jason pegó a Scar a su cuerpo para que esta dejara de hacer fuerza. Tony comenzó a reírse a carcajadas.

— Me encanta, me encanta. Hagamos algo.— Sonrió.— Ya que las dos quieren golpearse, ¿por qué no jugamos?

A Tony le encantaban los juegos violentos, a veces perdía el poco dinero que tenía con las apuestas de las peleas o de los juegos que vayan a la muerte.

— Está noche a las 22:00 en el gimnasio abandonado, lo reservaré y podrán pelear.— Miró a Scar.—¿Qué dices Scar? Ella fue la que mató a Chase, ella fue la que se revolcó con Jason. Fue Daphne quién se vengó.

Scar lo pensó por un momento. Jason la miró y cruzaron miradas, él pudo ver fuego en sus ojos y supo la respuesta.

—Peleare.— Esa simple palabra le sacó una sonrisa a Tony mostrando sus blancos dientes.

—¿Qué me dices de ti Daphne?

—No le vendría mal unos golpes a esta cachorrita concha abierta.

—Excelente. Ya está arreglado. Si no aparecen, despidanse de William Foster. Gracias.

Ambos se dieron la vuelta y comenzaron a caminar hacia la salida de la chacra. Jason soltó a Scarlett y ella se fue enseguida a la casa. La manada se fue a hacer lo suyo, mientras que Jason entró para hablar con su compañera.

—Scar.— Ella no se detuvo.— Scarlett escúchame.

La muchacha siguió lavando, necesitaba distraerse para pensar.

— Scarlett, no pelees contra Daphne es muy buena y te matará. Si algo te pasa muero contigo, ¿cuantas veces te lo e dicho? Además, alguien tarde o temprano le dará una paliza por lo de Chase y vas a ver qué le dolerá tanto que no podrá ni sentarse. Pero tú no...— Su testamento fue interrumpido por las palabras de su compañera.

—No pedí tu opinión, ni tu consejo. No te pedí nada.— Se secó las manos y se paró frente a él.— No necesito de ti. Además, que yo sepa, anoche te pedí algo y tu te negaste, no necesito pedirte nada más. Es decisión mía, no tuya, yo la quiero golpear y si me mata que lo haga, si total te buscas a unos ojos rojos igualita a ella y te la montas hasta que no haya un mañana.

Jason le plantó un beso en los labios, salvajemente. Scarlett se lo siguió con brusquedad, él la levantó y enredo sus piernas en la cintura del Alfa, él la sentó en la mesada y ella jaló su cabello oscuro levemente. Jason mordió su labio inferior, saboreando un poco de su carne. Scar soltó un gemido algo silencioso que despertó al animal de Jason.

Comenzó a bajar por su cuello dejando chupones y mordidas. Su licántropo interior estaba muriendose por unirse a su pareja.

Mientras iba dejando un camino de besos, fue desabrochando su camisa, dejándola sólo en un brasier negro, con sus dedos fue corriendo la cinta del corpiño, mientras que besaba su cuello con salvajismo.

—No.— Scarlett lo detuvo y lo apartó de ella. La muchacha se acomodó el sostén y comenzó a unir la camisa.— No estoy lista, lo lamento.— Sonrió.

Jason supo que se estaba vengando de lo de anoche. Entonces río, se acercó a ella y le robó un pico.

La entrada del gimnasio abandonado eran dos chapas oxidadas. La noche estaba cruda y la calle no tenía mucha iluminación.

La manada entró con Scar porque ya era hora.

Un olor a viejo invadió las fosas nasales de Scar, estaban cruzando por un pasillo y al final había un ring como los de MMA. Habían bolsas por todos lados, bancas donde habían muchos callejeros y ojos rojos juntos, cosa no muy normal.

—Que bueno que llegaron.— Comentó Emmanuel. Le dió unas vendas a Scarlett y le sonrió.— Tienes diez minutos.

La manada se fue a sentar en una parte donde se podía observar bien la pelea. Jason y Scar se fueron a los vestidores. Ella se sacó la remera, quedando en corpiño deportivo y en un short negro. Jason intentó ignorar su cuerpo y se fijó en sus ojos mar.

— Bueno, dentro de diez minutos pelearas contra Daphne, una mujer que siempre tiene lo que quiere cuando quiere. Ahora, ella es muy rápida y tramposa, ten cuidado.— Scar asintió. Se puso la venda de la mano derecha y luego la de la mano izquierda.— Su debilidad son los golpes en el rostro, tiene muy sensible la cara y le molesta que se le arruine.

—Bien.

Ya habían pasado diez minutos y ambos salieron hacía el ring.

— Ah y Scar.— Ella lo miró.— Cuidate.— Besó sus labios y se separaron.

Ambas subieron al ring y cruzaron miradas. La rubia llevaba un corpiño deportivo, unos shorts rosas y unas trenzas cosidas. Jason se sentó en la banca junto a Logan, quien le palmeo la espalda en forma de que se calme, aunque él sabía que no iba a estar calmado.

My WeaknessWhere stories live. Discover now