El timbre de salida suena después de siete horas de clase. Afortunadamente era viernes y el último día de clases, antes de vacaciones. Todo el alumnado bien lo sabía, ya que inmediatamente, todos salieron del aula en una estampida, todos menos ellas.
— ¿Vamos?
La contraria asiente y salen, con toda la calma del mundo, del aula.
Al salir finalmente del edifico, son pocos los alumnos que apenas se están marchando a sus hogares. Por suerte ambos de sus hogares estaban cerca, nada más tenían que esperar por cinco paradas del bus y estarían en su destino.
La parada más cercana estaba a unos cinco minutos de la escuela, así que ambas se sonrieron y echaron a correr hacia esta. Súbitamente una gota de agua cayo a el pavimento y tras esta la fuerte lluvia cae sin más. Sin importarles, siguen corriendo.
— ¡Gané!
— No es verdad Heejin, yo llegue primero
—No-oh, fui yo —le contesta a Hyunjin. La contraria se queja una vez más, para terminar riendo.
— Ven.
Hyunjin se sienta a un lado de Heejin para cubrirse de la lluvia y esperar. Probablemente el bus se retrasaba a causa de la lluvia pero no importaba.
La cabina de espera en la que estaban era de madera. La humedad era aún mayor por la lluvia y ellas lo sentían más tras correr.
— Me moje mucho —Heejin ve por el rabillo de su ojo a Hyunjin. La ropa se le pegaba a el cuerpo y alcanzaba a notar las pequeñas gotas que caían por el rostro de esta hasta llegar a su cuello.
Se la formó un nudo en la garganta. No pasaba desapercibida ante Heejin lo bonita que era Hyunjin.
Mira una vez más, pero esta vez es descubierta. Hyunjin le sonríe pícaramente. Heejin se sonroja.
— Tu también te mojaste mucho — le dice a Heejin tomándole un mechón de pelo ¿En que momento se acercaron tanto?
Se gira a verla. Sus rostros a pocos centímetros, sus alientos chocan y la tensión crece. Hyunjin cierra los ojos y Heejin se acerca.
Sus labios se rozan y Heejin sonríe en el beso. Toma a Hyunjin del cuello y profundiza el beso. Su lengua se interna en la boca de Hyunjin. está acepta el contacto e imita a la castaña.
El aire es insuficiente y se tienen que separar. Al hacerlo un hilo de saliva las conecta, ambas se miran e inmediatamente se sonrojan. Su respiración es rápida y el calor las inunda a las dos.
Hyunjin coloca la mano sobre el pecho de Heejin y la recuesta sobre la banca de madera. El cabello de la castaña se extendía por la banca y sus labios rosados suspiraban.
Hyunjin se sienta sobre el pelvis de la castaña y decide deshacerse de la camisa del colegio, para a continuación arrojarla al suelo. Heejin se sonroja aún más ante la vista. — ¿p-porque no llevas..?
— Hacia calor —sonríe ladina. —Vamos tú también Heejin. Toma el borde de la camisa de la castaña y lo tira hacia arriba, deshaciéndose de esta en el proceso. La pelinegra iba a continuar cuando la contraria la interrumpe.
— Y-Yo lo hago —dice nerviosa Heejin.
— E-está bien.
Lleva sus brazos a su espalda, desengancha los broches y se retira el sostén.
Hyunjin suspira sonrojada. Heejin también. Hyunjin se levanta de su posición y Heejin se acomoda, con una pierna a cada lado de la banca. La pelinegra hace lo mismo.
Ambas se admiran y deciden compartir un abrazo por unos instantes. Se observan los rostros y una vez más conectan sus labios. Heejin lleva su mano a la espalda desnuda de la pelinegra. La contraria mete su mano por debajo de la falda de la castaña.
— E-espera— Heejin la detiene — Me da vergüenza.
— Tu t-también lo puedes hacer.
Heejin asiente y se acerca al oído de la pelinegra.
— Te quiero Hyunjin.
— Yo más Heejin.
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