HADAS: Cristales rotos

PRÓLOGO

No esperes que te de mis buenos días, mis modales se los comió mi perro, no espero que te interese mi vida y mucho menos que te interese yo, pero tu elegiste seguir leyendo...

No paraba de sonar el teléfono.

Una llamada tras otra que me hacen irritarme hasta tal punto de querer arrancarme la cabeza y tirarle el movil a mi madre a la suya, y aquí me tienes de nuevo, por 2 vez empaquetando mis mierdas porque nos volvemos a mudar y a comenzar una "nueva vida" o eso se supone.

¿Mi nombre? No interesa pero igualmente lo diré. Me llamo Isabelle, y mi vida es un completo desastre. Por donde empezar...
Tengo 17 años y este sábado cumpliré la mayoría de edad. Soy morena con los ojos verdes. Soy la peor estudiante del instituto, mi media de notas desde que recuerdo ha sido un 5, y solo gracias a copiar en los exámenes. Mi madre Anna es la mejor escritora y periodista de Sidney y la peor madre del mundo, su papel en mi vida solo ha sido la de acogerme en su útero durante 8 meses; su vida consiste en contestar al teléfono y mantenerse en su despacho todo el dia, menos por la noche. Sobre las 10:00 mi madre desaparece de mi casa y no vuelve hasta el día siguiente después del instituto.

Por lo visto mi padre murió en un accidente de coche cuando yo tenía meses y por alguna casualidad, mi madre se deshizo de todo lo que tenía que ver con él.

No cabe decir que no soy sociable, soy un bicho raro para todo el mundo y tan solo tengo un amigo, Eric, el ha sido mi apoyo desde que llegué a Sidney y no sé cómo voy a vivir separada de él.

Y luego está Sam, es el mejor amigo de mi madre, él se ocupa de mí cuando mi madre no puede, es decir, es mi madre y mi padre las 24 horas del día, y siempre he pensado que está enamorado de mi madre, si no es así, sigo sin comprender por qué razón la aguanta sin motivo...

Unos golpes en la puerta me hacen despertar de mis pensamientos.

-¿Si?

-¿Sigues viva o ya te has caído colocando las cajas?-dice Sam entrando en mi habitación de repente.

Sam es el hombre más guapo que he visto en mi vida, a pesar de sacarme unos 20 años. Ojos azules, pelo negro, y cuerpo mas escultural que el de el David de Miguel Ángel y aún no sé cómo mi madre no se ha rendido a sus pies en todo este tiempo.

-¿Y tu eres tan imbécil porque si o mi madre ya te ha cansado?

-Creo que lo segundo- dijo sentándose en mi cama

-¿Sabes la razón de la nueva mudanza?

-¿Sé yo algo sobre las neuras que le dan a tu madre alguna vez?

-Si yo fuera tú, ya me habría largado hace tiempo.

-No seas tan dura con tu madre, solo quiere lo mejor para ti, aunque sea dificil de creer...

-Si no estuvieras creo que estaría ahora mismo drogada y debajo de un puente...

-Y yo si no estuvieras no tendría que aguantarte- dijo sonriendo y levantándose para marcharse- Te esperamos en 15 minutos en el coche.

-Estaré allí en 20- dije riendo y empaquetando las fotos que tenía encima de la mesa.

El trayecto en coche era aburridísimo. Subí el volumen de "Psicosocial" de Slipknot en mi móvil y miré hacia la ventana.

Faltaban unas horas para llegar a Melbourne en Victoria y a encontrarme otra vez a chicas superficiales maquilladas como puertas con sus minifaldas y su escote y a chicos que piensan con el paquete, los cuales se pasan la vida sobando a las anteriores para conseguir sexo.
Y al fin la estridente voz de mi madre me avisó de que habíamos llegado.

-Bajar las cajas y meterlas en el salón, vamos, es tarde y me tengo que ir en 1 hora- dijo mi madre corriendo hacia la puerta de una enorme casa amarilla.

-Venga Anna quería hacer una barbacoa para celebrar la mudanza- dijo Sam riendo.

-Ni se te ocurra mancharme la casa tan pronto, lleva a Isa a dar una vuelta y a comprar ropa, necesita conocer mejor la ciudad y ropa para el instituto- dijo mi madre, con su tono de: dejarme en paz mientras coloco la casa.

-De acuerdo jefa- dijo Sam- Vamos Isa, antes de que tu madre nos haga colocar.

-No lo hubiera pensado mejor- Dije mientras ambos nos metemos en el coche y mi madre entraba en la nueva casa de un portazo, con su cara amargada de todos los días.