Madre De Héroes

XII

Nico comenzaba a abrir lentamente los ojos y a escanear a su alrededor. Aún estaba muy adormilado pero se veía descansado.

— ¿Qué pasó? —preguntó.

—Te desmayaste después de utilizar tanto tus poderes —le respondió Will que estaba casi dormido en su silla.

— ¿Cómo resulto todo? —preguntó después.

—Mejor de lo creíamos, la estatua gigante no resulto ser muy resistente y Apolo y los otros lograron detenerlo —le informe brevemente.

Él solo asintió tratando de levantarse.

—Deberían ir a cenar algo, chicos —les dije también levantándome de mi silla.

Solo esperábamos a que Nico despertara para que ni Will ni yo estuviéramos con la preocupación más mínima, pero parece que todo estaba bien con Nico así que podíamos irnos.

—Sí, ¿vienes? —preguntó Will.

—No, Percy me guardo la cena en la cabaña, así que iré con él y Karissa.

—Bien, nos vemos mañana, May —respondió Will.

—Claro, los quiero chicos, adiós —dije en modo de despedida.

Me dio un poco de risa ver que Will asentía felizmente mientras Nico escondía su sonrojo hasta las orejas.

De camino, me percaté de que la estatua gigantesca, alias "Bola demoledora", no nos había dejado tan de florecitas, pues había destruido la cabaña de Deméter. Las dos únicas hijas de Deméter en el campamento estaban allí paradas frente a las ruinas de su cabaña, mirando fijamente todo el escombro. Yo nunca estoy segura de nada de lo que he hecho en la vida, pero en esta ocasión marche segura hacia ellas.

—Billie, Miranda... —las llamé.

Ambas se giraron a verme mientras me les acercaba.

— ¿Qué pasa, May? ¿Necesitas que ayudemos con algo? —preguntó Miranda.

—No, en realidad, quería preguntar por Meg, no le he visto —respondí a media verdad.

Ambas chicas se miraron entre sí y se dieron una mirada fantasmal.

—Deberías preguntarle a Apolo directamente, no sabemos toda la historia —respondió Miranda.

Me parecido un poco raro todo, no creía que Meg estuviera muerta pero por alguna razón no estaba aquí.

—Bien —dije—. Chicas, ¿saben dónde van a pasar la noche?

—Quirón nos asignó dos camas en la cabaña de Hermes —comentó Billie Ng.

—Oh deberían ir a descansar, la cabaña de Deméter será reparada pronto, no se preocupen —dije tratando de transmitir sentimientos cálidos.

Ellas asintieron sin ninguna otra opción y se alejaron rumbo a la cabaña de Hermes. Siempre había admirado al señor Hermes por dejar que todos esos semidioses sin reclamar pudieran quedarse en su cabaña con sus hijos.

En otro tema, hubiera querido preguntar a Apolo por Meg, pero ya debía de estar dormido por todo el jaleo de hoy, según él yo ya debía también de estar dormida en mi cabaña, pues me había enviado a dormir desde hacía un rato, pero yo me había entretenido hablando con los niños pequeños de todas las cabañas.

Así que sin más remedio me retiré a la cabaña de Poseidón. Percy probablemente estaría con un ojo cerrado por el cansancio pero con otro bien abierto vigilando a Karissa que tendría aún mucha pila.