XIII

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El día que Apolo partiría junto a Leo y Calipso fue un verdadero desastre.

Habíamos mantenido en secreto su partía de los oídos de Karissa, por obvias razones, se tiraría a patalear en cuanto lo supiera. Por tanto, todo el mundo tenía prohibido mencionarlo. Aunque todos sabíamos que la tormenta llegaría tarde que temprano el día que Apolo se despidiera de ella.

Apolo, Leo y Calipso decidieron marcharse solo unos cuantos días después de haber llegado. De nueva cuenta, el mundo estaba en peligro gracias a ciertos malvaos, lo típico.

Lleve a Karissa hacia el lugar donde estaban subiendo las provisiones, es decir, en el nuevo y mejorado Festo.

— ¿Seguro que llevas todo? —le pregunté a Apolo nada más llegar. Conocía que tenía memoria de pez ahora en su estado mortal.

Él hizo una cara.

—Lo llevo todo, sunshine —murmuró rodando los ojos.

Tomó a Karissa y la levando por los aires haciéndola reír y patalear. Por mi parte tenía un leve sinsabor en la boca.

Leo y Calipso se reunieron poco después de eso con nosotros, ya estaban listos para partir en la nueva misión. Otros cuantos campistas se habían reunido para despedirlos, yo no sabía cómo sucederían las cosas a continuación.

Me acerqué a Leo quién tenía unas herramientas en las manos y se disponía a guardarlas.

—Trata de comunicarte con nosotros, tal vez las líneas se reestablezcan —murmuré—. No dudes en contactarme si algo va mal. Sobre todo cuida de Apolo, necesito que siga vivo.

Leo me miró con una sonrisa de suficiencia.

—Realmente ustedes dos me dan nauseas siempre pululando uno alrededor del otro —rió—. Claro que cuidaré de él May, no necesito ser descuartizado por ti.

—Que gracioso —siseé—. No te olvides que no conocemos las fuerzas que ahora son nuestros enemigos, puede que combatiéramos dioses, monstruos y titanes pero el Triunvirato debe tener su propio poder —le recordé a Leo.

—Lo sé, madre —volvió a carcajear. Pero a continuación me dio su espalda mientras fingía revisar el cuello de Festo—. Gracias por preocuparte por nosotros May —pero agregó con nerviosismo—. Sé que te preocupa la seguridad del mundo y Apolo, en cuanto a Calipso y yo solo eres responsable por ser la protectora de los héroes —rio nerviosamente al final.

—No, no es así —dije seriamente—. Esto... bueno... Calipso y yo no iniciamos con el pie correcto pero realmente ella parece ser muy importante para ti, por lo tanto lo es para mí, y tú eres sumamente importante para todos... —dije con algo de rubor colocando al lado de Leo—. Cuando desapareciste realmente la pasamos muy mal, todos esos golpes son nuestra muestra de amor —agregué con una risa.

—Es cierto lo que decían —dijo irónico—, el amor duele.

—No seas melodramático, buen viaje —pronuncié dándole un golpecito en la espalda.

—Todo listo —interrumpió Calipso de repente desde arriba montada sobre Festo.

—Eh... buena suerte, Calipso —le dije con un poco de hipocresía, siendo sincera.

—Sí, gracias —respondió ella también con incomodidad.

Realmente necesitaba mejorar mi relación con ella, al menos por Leo.

Mientras Leo acomodaba las últimas cosas, yo busque a Apolo para despedirme. Él charlaba con sus hijos y Nico, que estaba junto a Will. Realmente me encantaba la relación de esos dos, cada que lo veía juntos no podía evitar lanzar una sonrisa al aire cual Afrodita emocionada.

Madre De HéroesWhere stories live. Discover now