Capítulo 2

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Viernes 13 de enero de 2017
Actualidad
Kalverius

Pequeños rayos de luz se asomaban por la ventana del joven, uno que otro canto de ave se lograba escuchar. Para Adrián, era un perfecto despertar.

El joven estiro su pequeño y delgado cuerpo en su cómoda cama, con un gran bostezo, se levantó hacía el baño.

Se dió un tranquilizador baño y se vistió con sus prendas más finas que tenía. Hoy saldría con su novia a un restaurante muy elegante a almorzar, y cómo condición, ella ordenó ir formal. Además de almorzar con su bella novia, conocería a sus futuros suegros.

El muchacho planeaba pedirle matrimonio ese mismo día.

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Por otro lado, el Rey demonio estaba pisando aquella tierra virgen para él. Era asombroso.

—Wow.— Exclamó, no se esperaba que Kalverius fuera así, se la imaginaba más desértica.

Comenzó a caminar, primero debía enterarse en qué lugar de aquel mundo había llegado.

Arrastro su larga capa roja, con bordes blancos y diamantes incrustados en el cuello, digno de un Rey. Y se acercó a una pequeña niña de coletas comiendo helado sentada.

—¿Hola?

Hola— Le dedico una sonrisa al mayor. —¿Cómo te llamas?

—Saaaa...— corto, claramente no podía decir que se llama Satán.—Samuel.

—Un gusto Samuel jiji, soy Luciana, pero dime Luci.

—Ah.. Claro. Oye, disculpa, ¿En dónde estamos?

—Pues en Alemania ¿Dónde más?

—Ajá, gracias.— Intento sonreír.— Es solo que me perdí.

—¡Oh! ¿Tienes casa?

—Pues... No.

—¡Ven conmigo!

Por primera vez en la vida de Satán, interactuo de manera amable.

—Que desagradable.— Pensó.

La pequeña niña lo llevo a una casa de color celeste, con un jardín floreado, y unas rejas blancas.

Le entraron unas ganas de vomitar.

—¡Llegamos!—Grito. —¡Abuela! ¡Abuela!

Una anciana de cabello canoso, con la cara arrugada y unos pequeños lentes se asomó a la puerta. Luciana corrió a abrazarla.

—Tenemos a un invitado abuela.— Hablo la pequeña.

—Umhh, pasa cariño, te sirvo una taza de té enseguida.— Le hablo la abuela a Satán.

—Muchas gracias Señora.

Al entrar, vio las paredes llenas de fotos antiguas y de su nieta. Los muebles se reconocían que eran antiguos, y había una escalera que rechinaba sin siquiera tocarla. ¡Era una verdadera casa de abuela!

—Ven, ven, hijo, sientate.— Hablo la canosa.— ¿Qué te trae por aquí?

—Mhh, bueno, quería empezar una vida nueva.— Dijo nervioso el demonio mientras la anciana le servía una taza de té.

Tomó la taza dando largos sorbos a aquel té de sabor extraño, olía raro y tenía un oscuro color amarillento.

—¿De qué es el té?—Preguntó extrañado.

—Sorpresa.— Dijo la abuela con una voz extrañamente grave.

Era una especie de tranquilizante, como cloroformo pero para beber.

Se dió cuenta tarde, ya todo a su al rededor se había puesto negro. Lo único que podía agradecer en ese momento, es que aún tenía sus poderes y fuerza anormal. Y ya era hora de ocuparlos.

I'm Satán «Gay/BL»Where stories live. Discover now