Capítulo 9: Viento y fuego.

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{Jack}

Entré en silencio a la habitación de Mérida, ella ni siquiera se había movido y tenía las mejillas enrojecidas. Me acerqué y la moví un poco, ella se reacomodó, pero siguió dormida.

- ¡Vamos!- le dije- eres más difícil de despertar que el oso polar

De nuevo la moví de forma brusca y la sacudí

- ¿Hay alguien allí?- dije flotando sobre su cama, justo sobre ella.

Tiré de su cabello un poco, pero tampoco pasó nada, luego sin querer con mi cayado rocé su ala. Abrió los ojos en par en par, los tenía rojos, se levantó de jalón y abrió sus alas de forma amenazante, tensó su arco que jamás vi que tomará y de nuevo me apuntó. Al abrir las alas me tiró.

- ¡Jack!- dijo ella destensándose- no me asustes así
- Tú me asustaste más- ella sonrió, cerró los ojos y sacudió la cabeza
- Nunca le toques las alas a nadie, ¿no lo sabías?- volvió a abrir los ojos y eran de nuevo azules
- ¿Por qué?- jamás había escuchado cosa similar, era cierto que jamás había tocado un ala, pero no creí que fuera malo.
- Al ser sin el consentimiento, haces que la persona en cuestión sea básicamente como su otra parte. Por ejemplo Hada actuaría por unos segundos como un verdadero colibrí, y yo como solo el fuego. ¿Qué ocurre?
- Conejo, creo que Silence ataca su guarida.
- No hay que perder el tiempo- dijo lo anterior sin muchas ganas.

Bajamos hasta donde estaban ellos y un gran túnel abierto.

- Las damas primero- le dije a Mérida.

Ella me dio una sonrisa irónica y saltó.

Cuando todos estuvimos abajo un viento rugió de tal forma que nos puso boca abajo, las luces se apagaron y todo fue oscuridad. El viento cesó, pero la oscuridad no se fue. Noté el frío que emanaba de la daga que Norte tenía en el cinturón, todos lo sentimos. Mérida incendió su mano de tal forma que volvió a ser una antorcha.

- Conejo no lo soportará mucho tiempo- dijo ella de una forma muy fría que asustaba.

Sin que nadie pudiera decir nada, ella se transformó en una bola de fuego que levitó unos instantes ante el asombro de todos y luego desapareció a toda velocidad por uno de los túneles hasta perderse de vista, al final de todo vimos que unas llamas comenzaban a surgir. La transfiguración no ayudó para nada. Parecía que el pergamino decía la verdad, pero no quería creer eso.

{Mérida}

Cuando volví a transformarme en mi misma vi a Conejo entre la oscuridad mirando a todas partes buscando algo que atacar pero no lo veía, yo sí. Estaba acostumbrada a verlo deslizarse por su elemento y lance una flecha incendiada antes de que pudiera acercarse a Conejo, el fuego se levantó, conejo se sobresaltó, pero pudo ver lo que traté de hacer y atacó a Silence.

Sin que nadie viera Pitch surgió de atrás y golpeó a Conejo dejándolo inconsciente.

- Mér- me llamó Silence. Por toda contestación yo arrisqué la nariz como gruñendo- ¿A qué crees que juegas?
- Esto no es un juego. Aléjate de aquí

Silence se acercaba a mí. Pitch siguió de lado, sin siquiera moverse eso era entre a Silence y yo. De un movimiento Silence me arrojó con su viento contra una pared, pero pude aterrizar gracias a la agilidad de mis alas. Vi que los guardianes venían, sobretodo vi que Jack se acercaba pero moví el fuego de la barrera hasta bloquearle El Paso, lo único que podían hacer era ver. Pitch se desvaneció y no podía verlo, pero eso no importaba.

- Aún recuerdo la última vez que te vi- me dijo mientras me rodeaba- no has cambiado nada.
- Tú sigues igual de podrido- le respondí.

Vi que comenzaba a girar la mano, no quería que hiciera un tornado a mi alrededor así que le disparé una flecha directo al corazón, el la desvío y me volvió arrojar aire, vi como el fuego a mi alrededor comenzaba a moverse de forma peligrosa cercando a los guardianes. Me topé con la mirada de Jack que estaba preocupado y trataba de congelar mis llamas, pero era imposible.

- Pobre de ti, estás confundida. Tuviste la oportunidad de remediar tus errores, pero decidiste hacer las cosas más difíciles Lara todos. Tú me retaste, aquí está mi respuesta.

Me lanzó otra ráfaga de aire que esquivé sobrevolándola, pero dio de lleno en mi barrera de llamas, el fuego se salió de control, comenzó a encerrar a los guardianes y a quemar lo verde. Me concentré y solté mi arco, tenía que salvarlos. Clave mis pies al suelo y comencé a tratar de absorber todo mi fuego. El fuego se destruía lentamente.

- Mira que situación- decía él a mis espaldas - tu don destruye todo, incluso a aquellos que crees que son tus amigos. Mira sus rostros, ellos te temen.

Sabía que él tenía razón, el podía saber los más oscuros pensamientos de cada uno, y no podía mentir respecto a eso, era su don. Ser oscuro. Ellos estaban aterrorizados, Norte cargó a Conejo y comenzaban a retroceder, el fuego en sus pupilas, tenían miedo.

- Conejo no cree en ti, porque... tú sabes por qué. Hada cree que te harás malvada en algún momento, o que ya lo eres. Norte cree que la decisión de Hombre de la Luna fue incorrecta, Meme no quiere trabajar contigo, él sabe más de lo que crees, el casi puede sentir lo qué hay entre tú y todo esto y por último Jack cree que ni siquiera tú sabes de qué lado estás.

Era difícil concentrarse en absorber el fuego cuando tus sentimientos eran destructivos, me costaba controlarlos. Mi fuego dependía de mi estado de ánimo, como estaba enojada mi fuego tampoco era controlable.

- Pobre de ti. La Niña que hace que todos se amen, pero que jamás ha podido amar. Por eso es que te pasa todo lo que te pasa. Porque tú no aprecias nada, porque tú eres igual que yo.
- Tú y yo no somos iguales- le dije, mi fuego era incontrolable, así que lo que hice fue descargarlo contra el. Un dragón apareció de entre las llamas, claro, hecho de fuego, y se abalanzó contra el. La luz del dragón era tal que se acabo la oscuridad. Silence tuvo que huir. Y yo por el esfuerzo no pude sostenerme de pie. El dragón se deshizo, y el fuego me rodeo. Las llamas me abrasaban, parecía que toda yo era fuego, quería fundirme con él y perderme para siempre. Sentí calor, producto de mi misma, una debilidad tremenda, me sentía derrotada, pero sobretodo me sentía mal conmigo misma ¿A quien quería engañar? Yo sabía quién era, no era buena, había hecho muchas cosas, y no me enorgullecía de ninguna, pero tenía que cambiar eso. Lucharía aunque solo quedara una gota de sangre en mi cuerpo, lucharía hasta morir de nuevo, lucharía sin importar que y los protegería, protegería a los guardianes porque ellos lo harían conmigo, no me importó lo que pensaran de mi.

Poco a poco me sentí tranquila, el fuego comenzó a meterse dentro de mi, hasta llegar a mi corazón y a mis venas, por primera vez quería hacer algo, quería seguir un objetivo, tenía una misión. Ya no había fuego a mi alrededor.

{Jack}

Después del impresionante espectáculo en el cual ninguno de nosotros pudo hacer nada el fuego se extinguió. Ella temblaba, un hilo de sangre salía de su mejilla cortada, seguramente por la fuerza del viento y tenía unos moretones. Me acerqué cuidadoso. Lo cierto es que me daba miedo que ella me atacara. Recordé lo de sus alas y simplemente me arrodillé a su lado.

- ¿Estás bien?- le pregunté
- Mejor que nunca- dijo con una sonrisa
- ¿Segura?
- Claro, por fin tengo algo por qué luchar
- Estás sangrando- le dije mientras le tocaba ese hilo de sangre. Ella imitó mi gesto
- Lamento lo qué pasó.
- Niños- nos llamó Norte- volvimos a la guarida. Conejo no ha despertado aún y tú, Mérida debes curarte esa herida.

La ayudé a incorporarse, seguimos caminando a los guardianes, estábamos hasta atrás del túnel, nadie nos escuchaba y ella de repente me dijo.

- Sé que me temen, sé que no me quieren en el equipo, sé que no confían en mi, pero al menos prométeme que no me juzgaras antes de tiempo. Tú no lo hagas- me pidió con sinceridad
- Lo prometo- le dije yo mientras le ponía una mano en el hombro.

Fuego, Hielo y oscuridad (Jarida)Where stories live. Discover now