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      Si alguien me viera ahora mismo, se reiría de mi postura. Estaba de cuclillas, con una pierna doblada y la otra estirada. Debía tener una mirada filosófica, porque estaba decidiendo entre unas revistas, ya que estaba planeando las vacaciones de verano. Si, era invierno pero cuanto antes se reserve, más barato.

      Sonó el timbre y de un salto me levanté. Supuse que sería NamJoon pero me sorprendí al ver a JungKook delante mía.

- Buenos días.- me sonrió tímidamente.

- Hola, ¿qué pasa?- intenté decir lo más tranquilo posible aunque la curiosidad era grande.

- Solo quería avisarte de que los autobuses no estarán disponibles unos días, comenzando por mañana.

- Oh, gracias por avisarme.- esbocé una sonrisa y JungKook negó con la cabeza.

- No es nada. Bueno, me tengo que ir. Adios.- se dispidió con la mano. Yo hice una reverencia y lo vi marchar.

       Pensé seriamente en lo que me había dicho. ¿Y si me ocurría algo y no podía irme? Este pueblo estaba ubicado en medio de la nada y no habrá otro a más de 20km. Tenía la estación pero eso está a 15 min...en bus. Dejé de pensar en ello antes de comerme la cabeza con estúpidas teorías e intenté aprovechar que hoy aún había transporte público.

      Recordé que al venir hacia aquí vi una playa. Abrí las cortinas y hacía buen tiempo: soleado con nubosidad. Por lo que decidí ir de excursión a la parte "exótica" de este lugar. Preparé una mochila con dos botellas de agua y comida -mucha- y agarré mi cámara.

       Mientras me dirigía a la parada, vi caminar al chico de pelo negro-azul. Llevaba un gorro de lana y sus famosos cascos. Pensé en saludarlo pero al final sería en vano. Al segundo, ya había desaparecido.

     Esperé al autobus durante unos 10 minutos hasta que llegó; otra vez sin nadie dentro. Me senté al final junto a la ventana. En poco tiempo, ya estaba con los pies en tierra de nuevo. Una brisa marina llegó a mi cara e inspiré el aire fresco. Se sentía bien respirar algo carente de contaminación.

        El lugar tan "exótico" era tan solo una playa desértica con el mar revoltoso. Pero me pareció perfecto para mi trabajo, aunque sería mejor tener a un modelo para que pose.

     Comencé a caminar por el paseo antes de meterme en la arena. Contemplaba todo con tranquilidad, incluso con nostalgia. Por un momento, me sentía triste, como si aquel fuera un lugar especial y hubiera recordado momentos de felicidad. Por fin decidí quitarme mis zapatos blancos y adentrarme en la húmeda arena. Los dejé ahí, sin preocupación de que los robara alguien. Lo más probable es que un animal se los llevara.

      Suponía que el agua estaba fría, pero aún así decidí dejar que las olas mojaran mis pies. Me arrepentí enseguida y grité como princesa que era. Después de moverme un rato, comencé a hacer unas cuantas fotos a distintas cosas de aquel lugar.

      Ví un chico sentado en la orilla mirando a la nada -pensando en todo-. Aproveché y le hice un par de fotos sin que me viera. Ese pelo rosado y el paisaje hacían una combinación perfecta. Comprobé que las fotos habían salido como esperaba y, al alzar la vista de nuevo, el chico ya no se encontraba ahí. Alguien apareció por detrás mía e hizo que diera un respingo.

- ¿Sabes? Es ilegal fotografíar a desconocidos.

- Lo siento.- dije tenso. Ni siquiera me giré para verle- las borraré enseguida...

Puso una mano para impedirmelo: - No. No debes borrar una obra maestra.- se puso delante mía, mirando hacia delante.

     Se giró, con las manos en los bolsillos y una sonrisa divertida que hacía desaparecer sus ojos.

- ¿Quién eres?- inquirí con una mueca.

Se llevó una mano al pecho, como indignado, pero enseguida volvió a sonreír: - Llamamé JiMin.

      No sé si era por su expresión o actos, pero me recordaba al tal HoSeok del otro día. Aunque este parecía más tranquilo.

- Encantando so-

- Jin.- me interrumpió.

   Abrí los ojos e inconscientemente me tiré hacia atrás.

- ¿Có-cómo lo s-sabes?- era un poco espeluzante pero recordé donde me encontraba.

- Pueblo pequeño, noticias que vuelan.- se encongió de hombros con otra sonrisa divertida.

- Claro...como no.- me levanté. Ni siquiera recordaba haberme sentado.

       Busqué con la mirada mis zapatos y los encontré en la orilla del mar. Miré por un momento a JiMin, pero este solo miraba al cielo sin ninguna expresión. Corrí a por mis zapatillas antes de que una ola se las tragase.

      Esperaba al autobús con JiMin a mi lado. Justo vino y me sentí más aliviado. Llegamos y bajamos a la vez, sin cruzar ninguna palabra. Pisé un pie fuera y sentí que me derrumbaba. Un gran mareo vino y caí al suelo.

Spring Day🌸 봄날. btsOnde histórias criam vida. Descubra agora