Capítulo Doce

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Katherina


No podía creer que había terminado nuevamente en los brazos de Rocco, bueno, si lo podía creer, él sabía exactamente lo que tenía que hacer o en donde tocar para volverme loca, y era algo que odiaba. Había sido la primera vez que hablamos de la perdida de nuestro bebé y se había sentido bien, el dolor me había estado ahogando, era como una roca atravesada en mi garganta pero ahora todo el peso se había ido.

Cuando me había levantado Rocco no se encontraba. La casa no era nada de lo que había imaginado, era incluso mejor, me gustaba todo el alrededor, la construcción rustica moderna era hermosa, sobre todo al estar construida de aquella manera que dejaba las habitaciones en la parte inferior mientras la entrada quedaba en la parte superior.

—¿Qué tal este?— Em había llegado minutos atrás, justo en el momento que planeaba llamar a Merly para que me buscara.

—Muy lindo— dije al ver el vestido que Em me mostraba, ella parecía muy emocionada y aquello me dio mala espina. —Pero ese color es muy sugerente— le advertí.

—Kath, debes de dejarles claro a todas esas putas que Rocco es tuyo— me dijo.

Mordisqueé mi labio inferior al escucharla. —Em...

—Si vuelves a decir que no tienes nada con Rocco voy a golpear tu trasero, Kath— me advirtió y sonreí. —Es el momento perfecto para que todas te conozcan como la vieja dama del presidente de los Lobos.

Em había insistido en que la acompañara a la fiesta desde el momento que había pisado la entrada luego de saludar a Cam.

—¿Por qué la fiesta?

—Unos de los chicos saldrá de la cárcel— me dijo y la observé con interés, escuchar que aquellos hombres podrían ir a la cárcel era como que un recuerdo de la vida en la cual se encontraban. —¿Qué tal este?

—¿Rocco ha estado en la cárcel?— de repente, la idea de Rocco encerrado golpeó mis pensamientos.

—No, bueno, solamente visitando a algún hermano— dijo con una sonrisa.

—¿No es eso arriesgado?— tomé el vestido que me había ofrecido y empezando a desnudar, me vestí.

—No siempre lo hace, no te preocupes. Es un presidente de unas de las regiones del club, lleva casi un año encerrado— dijo. —También podrás conocer a Digger.

—¿Digger? ¿Qué clase de nombre es ese?

—Es unos de los abogados del club, el mejor. Es muy guapo.

—¿Cuántos años tiene ese abogado como para que esté muy guapo?

—Treinta— dijo mientras terminaba de vestirse.

—¿Un abogado en un club de moteros?

—Así lo eligió Bruno, el club necesita personas que estén como civiles y créeme, tener a alguien en la ley que pueda defender a los nuestros es una necesidad. Las cosas a veces se pueden poner muy feas.

—Entiendo— tomé el segundo vestido de primavera que me ofreció. —No, no me pondré ese vestido rojo, Em— ella sonrió y no pude evitar no hacerlo.

—Vamos, me he encargado todo el día de esa fiesta.

—¿No es un poco peligroso?— no estaba dispuesta a tomar ningún riesgo, no con aquel psicópata detrás de mí.

Blood and Ties (D.W #2)Место, где живут истории. Откройте их для себя