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Desperté babeando sobre la mesa y sentía que alguien me daba leves soplidos en la oreja. Me refregué los ojos para poder abrirlos bien y vi a Maribel que venía con desayuno para tres. Anais ya andaba dando vueltas, ordenando, sí ordenando, siendo que ella siempre desordena todo jaja. Se sentó a la mesa con nosotros y comenzamos... 

''Hola soy Cian Morrin tengo 22 años, tú eres.. - me interrumpió continuando con su nombre, edad y nuestra relación. 

- Descuida, mamá ya me lo dijo, ya sé todo...

- Oh que bien, gracias por eso Maribel...

- ¿Qué haremos hoy? ¿De qué tienen ganas? - pregunté mientras devoraba el desayuno-. 

- Chicos, salgan ustedes, yo me quedaré en casa, estoy un poco agotada - dijo Maribel-.

- Mh, el día se ve bonito como para salir al aire libre pero tengo ganas de no lo sé, ver películas que se yo... - sonriendo-.

- Podemos ir al cine... Y no lo sé, después pasamos a comer, ¿que te parece?

Nos alistamos para salir y me perfumé con mi y su fragancia favorita. Llegamos allá y habían muy pocas películas en cartelera esta vez pero ella eligió 'la bella y la bestia'. Compramos unas cabrita y bebidas y disfrutamos de la película. Estábamos en mitad de la función y vi cómo le cayó una lágrima a lo que me reí tiernamente para merecer un buen golpe en el estómago. Acabó y cuando estábamos fuera me pidió que fuéramos por comida pero para ir a la playa. No teníamos nada para ir por lo tanto, compré una manta de mandala muy bonita para ella, comida, refrescos y nos fuimos. 

Llegamos allá y nos pusimos jugar a mojarnos los pies y terminamos salpicándonos agua. Entre risa y risa, ella terminó entre mis brazos y recuerdo tenerla tan cerca que nuestras respiraciones se mezclaban. No sabía si distanciarme para que no se sintiera acosada o algo por el estilo o quedarme ahí hasta que ella reaccionara de buena o mala manera. Y así fue, me quedé ahí hasta que ella solo apegó su cabeza en mi cuello y unas cuantas lágrimas más le cayeron por sus mejillas. 

- Hey, todo estará bien, confía y ten fé. Estas conmigo, no te dejaré por nada del mundo - la abracé lo más fuerte que pude por la cintura y la besé en la frente-. 

- Ayúdame a recordar por favor. Aun que sea tu nombre, necesito recordar siempre tu nombre - sentí que olía mi cuello perfumado-. 

- Cian, Cian, Cian - le repetí mi nombre al oído tres veces no sé porque jaja pero lo hice y ella bajó su mirada y sonrió-. 

Volvimos a casa y ni ella ni yo queríamos dormir así que volvimos a la playa a esperar el amanecer. Fue todo muy bonito y ya era de volver a casa nuevamente...

- Cian, espera. 

- Espera, ¡dijiste mi nombre! ¡Ha pasado un día, y no olvidaste mi nombre!

- ¡Cian! No sé cuando pierdo la memoria pero...

- ¡Sii! ¡No lo puedo creer! - grité corriendo por la arena y la abracé muy fuerte hasta que ella me besó. Tiene esa manía sin saberlo, sus besos me matan, los extraño tanto y no me queda más que esperar a que ella quiera besarme-.

- Shhhh, solo bésame - sujetándose de mi cuello para alcanzarme mientras yo me agachaba para juntar nuestros labios-. 

Estuvimos alrededor de 2 minutos así. Solo pedía que fueran eternos, que esos besos no acabaron nunca. 

- Cian, prométeme no ayudarme a dormir para no olvidarte y poder recordar cosas de ayer. Quiero que esto no acabe, no quiero olvidarte, quiero recordarte y así - me besó nuevamente-.

- Anais, entonces no dormiremos en todo el día, vamos por unos cafés y algo para comer. Después veremos que hacer - la besé apasionadamente y ella saltó sobre mí como aquella vez cuando llegó al aeropuerto-. 

Estuvimos todo el día muy pegados, eramos una pareja ''normal''. Me recordó todo ese día y lo que habíamos hecho el día anterior por lo que asumí que mientras ella dormía se le borraba la memoria y lo confirmé cuando íbamos de vuelta a casa a eso de las 2am y ella se quedó dormida en el carro. La tomé en brazos para subirla por el ascensor y cuando llegamos arriba, ella despertó, comenzó a gritarme que quién era, por qué la tenía en brazos a lo que reaccionó saltando bruscamente para alejarse de mí. Salieron todos los vecinos del piso y no sabía que hacer intentaba calmarla pero no podía. Maribel también salió y logró calmarla. No sabía que hacer así que me fui a encerrar a mi pieza y lloré, lloré como una nena, porque me dolió ver que 2 horas antes o menos nos estábamos besando. 

Ya me iba a dar un colapso mental así que preferí dormir. 

50 first dates [Cian Morrin]Where stories live. Discover now