•The Poor Man•

Capítulo 2: El Arte de la Supervivencia.

3 de setiembre, 1995

Amaneció oscuro, con el cielo totalmente nublado. Dando paso a lo que parecía ser un día lluvioso sin señal del sol.
Aproximadamente son las ocho de la mañana y como todos los días no hay rastro de que mi padre se encuentre en la casa, yo sinceramente ya estoy acostumbrado a estar sin él ya que desde que tengo memoria ha sido un alcohólico empedernido, gracias a su vicio tenemos tan mala condición de vida... Si se le puede llamar vida a esto de alguna manera. Estamos completamente hundidos en deudas, tan grande es el problema que el gobierno ya ha amenazado con quitarnos nuestra casa ya que prácticamente sólo eso nos queda; no tenemos luz ni agua, y alimento nos queda poco. Pero ya todo esto es normal para mí, así que simplemente es un día tan corriente como cualquier otro. Me levanté y decidí desayunar el poco de cereal que quedaba para luego dar comienzo a mi día, me cambié la ropa y salí a la calle, directamente a la plaza que había cerca, siempre me gustaba ir allí y sentarme bajo un árbol ya que el aire del lugar me brindaba una agradable calma y el silencio del ambiente conseguía hacerme olvidar mis problemas familiares. Podía decirse que pasaba el día entero allí con mis amigos, los cuales no eran muchos, sólo tenía dos; Ryan y Finn. A los otros niños del vecindario sus madres no los dejaban estar conmigo pues decían que yo era una mala influencia. Pero las madre de mis dos amigos sí me entendían... O eso es lo que creía. Así que pasaba con ellos la tarde, jugando al fútbol o riéndonos de cualquier cosa. Entonces el cielo se tornó aún más oscuro y comenzó a llover, miré mi reloj y me enteré de que ya era bastante tarde, por ahí de las 9:30pm.
"Mi padre va a matarme" Me dije a sí mismo y una oleada de terror me recorrió por completo, me despedí rápidamente de mis amigos para después caminar hacia mi casa con velocidad. No era bueno estar en la calle a tan alta hora de la noche, y menos para un niño de ocho años. Al llegar me detuve al frente y observé la casa con temor durante unos minutos, sin saber qué diría si encontraba allí a su padre. Caminé lentamente hacia la puerta y la abrí con la misma lentitud, al notar que la cerradura no estaba puesta la confusión creció en mí, sabía que mi padre era descuidado pero siempre cerraba la puerta. Aún así no me di mucha importancia, tal vez ese día había sido la excepción. Caminé con precaución por toda la casa, desde la sala hasta la cocina, al ver que no estaba allí subí las escaleras en rumbo a las habitaciones. Fui directamente a la habitación de mi padre y al abrir la puerta mi expresión de terror aumentó  aún más. Un completo desastre abundaba la habitación;  todo estaba en el suelo y un gran lago color rojo vivo inundaba el lugar. Me adentré más en el cuarto completamente asustado, podía sentir cómo bajaba el sudor frío por mi cuerpo. Entonces miré a mi padre tendido en la cama con lo que parecía ser varias heridas de cuchillo en el pecho, aquello bastó para aumentar mi adrenalina combinada con el terror y salí corriendo con toda la velocidad que pude. Lo primero que pensé fue en ir donde mi amigo, al llegar de expliqué a su madre lo que había ocurrido con palabras entrecortadas y poco aliento. Ella logró entender lo que decía y rápidamente llamó a la ambulancia, sin embargo todo aquello fue en vano. Los médicos no pudieron hacer nada, mi padre se había desangrado y estaba completamente muerto.
Aquello explicaba todo; la puerta abierta y el desorden. Mi padre tenía bastantes problemas con distintas personas por que probablemente habían forzado la cerradura y mi padre habría forcejeado para intentar vivir.
Pero, en cambio de lamentarme por no haber estado allí para ayudarle, me alegro de no haber estado allí porque seguramente me habrían asesinado también.
Era un pensamiento egoísta y tal vez frío, pero... ¿Qué esperaban? Mi padre nunca fue cariñoso conmigo y nunca pude desarrollar alguna especie de afecto hacia él. Lo que verdaderamente me preocupaba era...

¿Cómo voy a sobrevivir?