14. Por ello no lo quería

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Otro cap n.n Espero lo disfruten y comenten!!!!!


Una mujer vestida con un vestido color crema nos llevó a mí y a Rellian hasta una habitación, donde solo una mujer se encontraba dentro. Todas Delphis.

Miré de reojo a Rellian mientras él tenía la mirada clavada hacia el frente, como si se encontrara completamente absorto, pensando en algo.

–Creí que sería solo el Príncipe –comentó la Delphis algo extrañada y me miró.

–La Superiora ha dicho que tambien tendrá que hacer el Ritual –le contestó Rellian sin expresión alguna en su rostro.

La mujer pareció algo molesta y me miró con cara de pocos amigos, antes de volver su mirada a Rellian.

–Entonces traeré sus prendas tambien –dijo haciendo una leve reverencia y se fue, dejándonos solos en aquella habitación, que contaba con una cama en medio de toda la habitación, literalmente, con doseles y un tul claro, haciendo contraste con el color madera de los mismos, las paredes de un color pastel claro, adornada con un borde bordo a mitad de la misma. Dos puertas se encontraban a los costados de la puerta por la que entramos, mientras que frente a esta, había un gran ventanal con una vista distinguida. Sobre la cama había unas prendas de color beige.

Rellian se giró a mirarme y llevó uno de sus brazos por debajo de la pechera, sacando así un pequeño frasco con un contenido algo violáceo. Lo tendió hacia mí.

–Es para el dolor –me dijo y yo lo tomé con cierta duda –Era para mí, pero supongo que tú lo necesitarás más –terminó antes de suspirar e irse a sentar en el borde de la cama a un lado de las prendas.

Una de mis cejas se levantó.

–¿Dolor?

–No es un paseo por el prado este Ritual por si tenías alguna duda. Por eso era que no quería que lo hicieras. Además, a pesar de que lo hagas no significa que funcione en ti.

–¿En ti lo hace? –le pregunté algo petulante.

–Lo hace –me contestó algo cansado y llevó su cabeza hacia atrás, parecía tener calor, por las gotas de sudor que recorrían su rostro y tambien cuello expuesto –Si estoy completamente dispuesto a llevar nuestra relación.

–¿Eso quiere decir que crees que no quiero llevar esta relación? –le pregunté con cierto enojo.

–No estoy diciendo eso Lu –me dijo, la primera vez que se dirigía hacia mí con un diminutivo, me miró –Solo que todo hubiese sido diferente si no hubieses sido obligado a venir aquí y más aún si no hubieses sido violado. ¿Sabes por qué los Shirks que son enviados a llevar a los hijos de los Reyes siempre se necesita que sean vírgenes?

Negué con la cabeza.

–Porque muy pocos son los que logran sobrevivir al Ritual. Los Delphis somos diferentes, nuestro cuerpo son más fuertes y soportan más, incluso nuestra Magia ayuda a que no sintamos tanto dolor. Mientras más relaciones hayamos tenido en nuestras vidas, más dolor será. Mientras más placer haya habido en ese momento menos dolor tambien. Si pasas por esto, no puedo asegurarte de que salgas con vida –me miró con cierta tristeza –Por eso he intentado evitar que te hicieran esto, pero –dejó caer la cabeza –Como siempre fallé.

Parecía agotado, exhausto de tener que estar pendiente de cada movimiento, de cada movida que hacía en su vida, de estar alerta sin darse un descanso.

Me acerqué a él, y me colocó de cuclillas frente a él. Él por su parte me miró algo sorprendido y yo le sonreí levemente.

–No has fallado. No cuando a pesar de que tenga que pasar por esto, tú me has dado algo que puede evitar que muera –le dije levantando la botellita que llevaba en mi mano y se la enseñé, una sensación de calidez y emoción se instauró en mi pecho cuando vi en sus ojos que el brillo le volvía lentamente –Daré lo mejor de mí al igual que tu –le dije, sintiendo el miedo comenzando a recorrer por mi cuerpo.

¿Era verdad que podía morir? ¿Sobreviviría? ¿Moriría?

Rellian llevó una de sus manos a mi mejilla y nos miramos a los ojos hasta que él acercó su rostro al mío y besó castamente mis labios, pero no fue aquello lo que me sorprendió, sino que sentí algo cálido y frío a la vez, como cuando el sol acaricia la piel al salir de un lugar frío.

Sus ojos no dejaron de mirarme hasta que la puerta se abrió y entró la misma mujer que nos estaba esperando dentro y otra más.

–Joven Vingradist ¿puede acompañarme a la habitación de al lado? –me preguntó la nueva y yo asentí levemente con la cabeza, para luego levantarme, dado que seguía aculillado en el suelo y la seguí, entrando por una de las puertas de costado, mirando de reojo antes de irme de allí, a Rellian, quien ya atendía a la mujer que lo había estado esperando, pero que dirigió sus ojos, por unos segundos hacia mí, cuando yo lo hice.

Sentí como mis mejillas tomaban temperatura.

¿Qué había sido aquel beso? ¿Por qué sentía que algo circulaba por mi cuerpo? Un poder... algo extraño y ajeno.

La mujer se acercó a las prendas que descansaban en la cama, era una habitación igual a la que había estado segundos atrás con Rellian. Ella tomó las prendas y las extendió frente a mí. Una túnica completamente beige, con un lazo del mismo color, largo hasta los pies.

–Creo que le irá bien –dijo y la volvió a dejar –Debe quitarse la ropa que lleva –me dijo y señaló un biombo no muy lejos de nosotros, de madera con tres láminas, y tenía pequeños dibujos que no lograba distinguir desde donde me encontraba –Si quiere puede quitárselas allí sino quiere que se las quite yo, pero aun así tendré que ponerle la ropa aquella –dijo señalando la que había dejado en la cama.

Miré el biombo y luego a la joven. No había mucho que decidir.

Suspiré, antes de decirle que me quitaría la ropa yo porque desde que había llegado allí no había tenido siquiera la oportunidad de tocar la ropa que me habían puesto y que luego ella me pondría la túnica, un poco transparente para mi ver.

Cuando estuve listo, la mujer se retiró, informándome que alguien más vendría a buscarme en cuestión de minutos, que hiciera lo que quisiera mientras tanto, por lo que me tiré en la cama boca arriba, a esperar pacientemente.

La puerta se abrió y me senté en la cama, esperando que fuera alguna otra mujer, pero me sorprendí al ver al padre de Rellian frente a mí, con la puerta ya cerrada detrás de él.

La sonrisa que parecía siempre adornar su rostro se encontraba allí. Un miedo invadió mi cuerpo cuando lo vi acercarse a mí.

–Me han dicho que te pareces mucho a tu madre y en verdad que lo haces –susurró en una forma de ronroneo que no fue para nada agradable y menos aun sabiendo que él era el culpable de que me encontrara allí, en vistas de no saber siquiera si saldría de allí con vida –Si hubiese sabido que tendría un hijo como tú, la hubiese traído aquí sin que tu rey supiera de tu existencia –se subió a la cama, sobre mí y yo caí contra el colchón de la misma, sin siquiera mover un músculo.

Él tomó mis muñecas y levantó mis brazos por encima de mi cabeza, tomándolos con una sola mano, mientras que con la otra, comenzó a tocar mi cuerpo por encima de la túnica.

En verdad que quería moverme. En verdad que quería salir de allí pitando, pero no podía. Algo me lo impedía. El terror de su poder... su Magia.

Intenté que algo saliera de mis labios, pero tambien fue en vano.

Sus ojos me contemplaron, parecidos a los de Rellian, pero con un brillo salvaje, poderoso, lujurioso, ambicioso, que solo daba escalofríos a mi cuerpo.

–¿Te quitarás de encima de él o tendré que hacerlo yo? –le preguntó la voz de Rellian y yo dirigí mi mirada hacia él, quien llevaba las mismas prendas que yo, parado, apoyado en el umbral de la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho.

El Rey tambien lo miró, con cara de pocos amigos.

–Pero si nos estábamos divirtiendo ¿no es así? –me preguntó volviendo su mirada hacia mí.

El pánico me invadió. Quería salir de allí. Quería dejar de sentir su mano sobre mi cuerpo y la otra impidiéndome moverme. No podía responder, no podía siquiera mover mi cuerpo, por lo que volví mi mirada a Rellian, pero este no parecía inmutarse por mi mirada. Él la tenía clavada sobre su padre, no movió un solo músculo, pero en cuestión de segundos, el Rey terminó volando hacia la pared frente a Rellian.

Una lágrima entre fuego y ceniza [TERMINADA] Primera parte de una BilogíaWhere stories live. Discover now