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Capítulo 3: vecino.

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Después de un tedioso y poco peculiar día de clases por fin Flo es capaz de llegar a casa. Sube a su habitación cómo es de costumbre y una vez allí, no vacila para meterse a la ducha y darse un buen baño. Se coloca algo de ropa, unos shorts y una camiseta. Luego recoge su mochila de la cama y saca la cámara. Busca su portátil que ha dejado en su escritorio de estudio y luego se lanza sobre el segundo lugar más cómodo de su habitación después de su cama: un puff en color turquesa que se había autorregalado para Navidad con algunos ahorros.

Ella enciende la computadora y luego se encarga de sacar la tarjeta de memoria de su cámara en dónde almacena la gran mayoría de sus imágenes. La introduce en el portátil y en un par de clics ya tiene frente a sus ojos ambas imágenes para una comparación. Se sentía en uno de esos juegos se encuentra la diferencia. La imagen del bosque se encuentra del lado izquierdo de la pantalla y la imagen del pasillo en el derecho. Entonces Flo se encarga de analizar cada mínimo detalle de aquel rostro.

El cabello de ambas imágenes era de una misma tonalidad rubio oscuro, solo que en la foto de hoy lo tiene un poco más corto. La nariz perfilada se mantenía igual y no hay diferencia entre esos inescrutables labios delgados. No había duda que aquellos eran los mismos ojos verdes, pero aún había algo en esa mirada que no encajaba del todo. Sin embargo, nunca pudo diferirlo. Repasa ambas fotos un par de veces más hasta llegar a la conclusión de que es el mismo chico y no había porque dudarlo. El asesino del bosque es su nuevo compañero de instituto. Por todos los cielos, eso suena cómo una mala película de terror.

Flo cierra la pantalla del portátil de un golpe, lo deja a un lado para luego levantarse del puff y dejarse caer sobre su cama. Mira hacia su armario fijamente, sin embargo, su mente se traslada a otro punto. Se sumerge entre sus recónditos y perturbadores pensamientos que la abruman provocando que se estremezca a medida que recuerda todo lo sucedido durante el día. Ella se abraza a su almohada y cierra los ojos queriendo olvidarse de todo solo por unos segundos. De pronto un cansancio repentino se apodera de su cuerpo, sus músculos se relajan, la brisa que entra por su ventana la refresca y sus parpados parecen volverse cada vez más pesados. Ella se deja llevar por todas aquellas sensaciones hasta que pierde la noción de todo lo que sucede a su alrededor.

°°°

Unos ladridos se cuelan entre los plácidos sueños de Flo interrumpiendo su descanso. Ella entreabre sus ojos, se queda unos minutos en esa misma posición esperando a que el perro cierre el hocico y pueda regresar a dormir, pero el animal hace todo lo contrario y los ladridos aumentan de tono. Con desgana se levanta de su cama y se acerca hasta la ventana para observar por qué rayos el perro ladra, pero se percata que aún es de día. Se estrecha los ojos con el lomo de su mano y aparta los mechones de cabello que caen sobre su rostro. Al parecer el bulldog de los vecinos de al frente ha logrado escapar de la casa y ahora corre con frenesí por la acera del vecindario. Va dirección hacia un chico...

Oh, Dios.

Flo vuelve a estrujarse los ojos y luego parpadea seguidas veces, comprobando que no ha visto mal. Se apoya del alfeizar de la ventana sintiéndose la persona más desafortunada del universo. A tres casas de la de ella, el asesino sale con dos bolsas de basuras a cada lado, lleva un atuendo casual, unos pantalones a media pierna caqui y una camiseta blanca. Él se acerca al basurero de la casa y lanza las dos bolsas, pero para entonces el perro ya está a sus pies ladrando de manera violenta cómo si fuera a matarlo. Ojalá una mordida esa bestia sea suficiente como para que desaparezca.

Flo observa la escena con atención, el chico no parece intimidado en lo absoluto si no, todo lo contrario. Sonríe con gracia y se coloca de cuclillas frente al animal, poco a poco se aproxima hasta terminar acariciándole la coronilla de la cabeza. El perro se sienta y disfruta de las caricias lo que deja a Flo un tanto impresionada. Ha logrado domar a la bestia. Las pocas veces que ha visitado la casa de sus vecinos de al frente, el agresivo perro ha intentado matarla y, por lo tanto, ella siempre debe huir lejos. Le parece impresionante que él lo esté acariciando con tanta tranquilidad y que el animal sea su sumiso. Quizás entre asesinos se entienden.

Los Planes De Flo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora