Fuera de lugar

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Me desperté de un salto cuando un extraño frío me recorrió toda la espalda, la cual me dolia como si una manada de elefantes me hubiera aplastado.

Todo estaba muy oscuro. Me incorporé para estirar mi cuerpo cuando una oleada de recuerdo se me vino de repente. Me cubrí el rostro por vergüenza de mi misma pero por alguna razón estaba muy feliz. Tenía una sonrisa en el rostro.

Tome mi bolso para buscar alguna luz en ese asqueroso lugar donde había perdido eso que llama “virginidad”

Muy extraño.

Encendí la luz la cual me hizo llorar de repente. Me dolía todo. Mire hacía nuestra cama improvisaba de ropas y sonreí por el recuerdo. Eithan estaba desnudo junto al lugar donde yo estaba hace algunos segundos. Se veía relajado y lleno de luz, como un niño. Sus musculosos brazos estaban del lado donde yo estaba. Su piel ligeramente bronceada estaba algo brillosa, por lo que supuse que debía tener calor. Yo moría de calor ahí dentro, y me pregunte qué hora debía ser.

Mi celular empezó a sonar a todo estruendo haciéndome sobre saltar y Eithan se levanto de golpe abriendo sus lindos ojos. Me quede ahí de pie, únicamente cubierta por su saco negro.

-       Creo que te están buscando – dijo tendiéndome mi teléfono.

Mire la pantalla de mi teléfono encontrando una imagen de Diego y yo besándonos. El imbécil se había acordado de mi.

-       Parece que el famoso Diego decidió hacer su aparición. – dije sarcásticamente.

-       ¡¿Dónde demonios estas?! – parecía aturdido - ¿Sabes cuánto te he buscado?

-       No lo sé. Después de dejarme sola en el baile supongo que me buscaste unas dos horas y te rendiste para irte a acostar con la rubia.  

-       Te dije que iría a bailar un rato.

-       Todo el baile no es un rato. A las diez me aburrí y me fui a casa. – su voz quedo en silencio al pronunciar esto ultimo. – Pero te apuesto a que me buscaste tanto en todos los lugares que se te olvido ir a mi casa.

-       Vaya, Sky… Lo siento todo paso muy rápido.

-       Bah, ahorrate las excusas. – mire a Eithan de reojo. Aun seguía desnudo observándome detenidamente. – Espero que lo hayas pasado de maravilla.

-       ¿Estas enojada?

-       No, creo que nosotros apestamos juntos.

Colgué el teléfono en ese momento y mis emociones se vinieron debajo de una forma poco explicable. Quería a Diego de muchas formas. Llevabamos mucho tiempo y eramos lo felices que queríamos ser. Pero estando desnuda frente a un tipo que le había hablado alrededor de muy pocas veces me hacía ver como una chica demasiado fácil.

-       Siento mucho lo de anoche – dijo Eithan encogiéndose de hombros. – Ambos estábamos algo ebrios y no debí aprovecharme.

-       Debes verme como una chica fácil – solté una risa exhausta.

-       No. Estábamos en una situación que no pensábamos nada – subió la mirada hacia mi – No eres fácil. No estabas en tu mejor momento eso es todo.

-       ¿Mencionaras algo de esto?

-       Si no quieres que diga algo tu solo lo dices. No soy de la clase de chicos que le cuentan a todo el mundo lo que hace.

-       Estoy avergonzada. – lleve mis manos a mi cara para contener unas lagrimas.

-       Vamos, Sky. Fue un error. – sostuvo mi mano de forma delicada. – Va a ser fácil de olvidar. Yo no me meteré en tu camino a menos que tu quieras.

Terriblemente embarazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora