La Triste Realidad - Sebastián Driussi

¿Venganza o más Humillación?

Capitulo 6

Sebastián 

La llamo pero viene otra mesera.

- Eh podrías llamar a tu compañera Zhamira? es que siempre nos atiende ella - Digo con la sonrisa más fingida de mi vida.

- No se preocupe soy la gerente del local, puedo atenderlos mejor  - habla de la misma manera que yo.

-Perfecto -digo esta vez con una sonrisa de verdad- Zhamira nos trajo unos biscochos pero... no me gusta decírselo porque es nuestra amiga, pero le echó salsa picante a mi pedido, no me gustaría que eso pase con otros clientes y que el lugar tenga una mala reputación, usted enterá..

- No se preocupe señor ya solucionamos esto, permitame traerle un nuevo pedido y llevarme este - yo solo asiento, la veo irse con la bandeja a donde estaba Zhamira.

Zhamira

Veo a Patricia acercarse a mi con la bandeja que le lleve a Driussi, ya la probó, no me preocupa en nada lo que me llegue a decir, ya tengo todo planeado.

- Zhamira podemos hablar un momento? - yo solo asiento y me acerco más- el chico de la mesa cinco dijo que le pusiste salsa picante a sus criollitos, me lo podes explicar?

- Los rellenos? - ella asiente- ni idea Patri yo los agarre del mostrador, sabes que mi trabajo solo es repartir los pedidos, no cocinar, por eso ni entro a la cocina, pero el chico esta bien?

- Si el esta bien pero dijo que vos los rellenaste con eso, como puede el culparte por nada?

- No se patri, a lo mejor como le sirvo pensó que yo cocino,... Ya se! ay que boba soy, seguro agarre los biscochos nuevos, esos que hiciste de prueba los de estilo mexicano.

- Lo mas probable, Zhamira tenes que tener cuidado a la hora de servir, mira si el chico era alérgico, la próxima más cuidado ok?

- Si patri -agacho la cabeza- no va a volver a pasar, encerio..

- Esta bien, por ahora tomate el día si? y anda a pedirle disculpas - yo solo asiento y me saco el delantal para acercarme a la mesa.

- Te quedaste sin trabajo, no bonita? - Pregunta Driussi con una sonrisa burlona.

-Primero Disculpas por la salsa picante que te eché por accidente en el café y dos ya quisieras, me dieron el día libre en modo de disculpas por haberme culpado sin pruebas, ahora con permiso - digo para salir del lugar con una gran sonrisa.