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Tome y exhale aire.

- ¿Que es ese alboroto Cameron? - vi a Matthew salir de su habitación caminando con dificultad, no lo pensé dos veces y me acerqué.

- No es nada - refunfuñó Cameron.

- Nada - repetí sus palabras tratando de sonar neutral , Cameron se acercó a mi y me susurró en el oido.

"Tú y yo hablaremos después "... claro lo suficientemente bajo como para que Matthew no escuchase, no me quedo de otra que asentir.

El, segundos después se dio media vuelta y se fue, no iba a seguirlo si eso era lo que estaba pensando.

- Voy a hacer, como que te creo - dijo Matthew a mi lado, me tense.

- ¿Sabes? Estaba pensando que podríamos salir... - dije rápidamente cambiando de tema.

- ¿Es enserio? - preguntó el incrédulo, yo asentí.

Joder, después al ver que no me respondía, me acorde de que no podía verme, ¿ Acaso puedo ser más estúpida?

- Digo, si ¿Por qué no? - solté, el metió sus manos en los bolsillos de su pantalón estaba incomodo o algo tenso.

- No quiero - respondió.

- ¿Por que?

- Es obvio ¿Que haría yo?... no puedo ver, no podría hacer ni un carajo, tendrías que pasártela ayudándome.

- No me importa, estaré ahí contigo - dije demandante.

- Si, claro - no me había creído.

- Aparte que no vamos a ir a la ciudad...- dije después de pensarlo.

- ¿Y a donde se supone que iremos? - susurró, sonreí por que de cierta manera sin darse cuenta había admitido que si iría conmigo.

- Es una sorpresa.

- ¿Enserio no me vas a decir? Si no lo haces no iré contigo - si que era terco, muy terco.

- ¡Vamos!... no seas así, no puedes quedarte todo el tiempo aquí encerrado - espete con algo de enojo.

- Tienes razón pero la cuestión de si quiero o no, depende de mi...- dijo seguro de sí mismo.

- ¡Por favor! - de cierta manera le suplique.

- Está bien - al fin cedió.

- Bueno, pero primero tienes que cambiarte - dije poniendo mis manos en sus hombros y dándole la vuelta, el río.

- Vamos a tu cuarto - el alzo las cejas, empecé a reír.

- ¿A mi cuarto? - preguntó mientras caminaba detrás mío, jalando de mi mano.

- Si - afirme normal - ¿O donde te cambias tu? - pregunté con gracia.

- En mi cuarto - admitió, abrí la puerta de este y entramos, lo hice sentarse en la cama.

- Quédate ahí, buscare tú ropa.

- Cuidado te pierdas en mi armario - reí por su comentario y abrí la puerta, casi se me va el aire, nunca antes había visto tanta ropa en un solo lugar.

Concentrándome busque una playera y unos pantalones cortos, iríamos a una playa lo bueno era que esta no estaba tan cerca de la cuidad y casi no iba gente. Cuando encontré lo que quería, salí triunfante de ahí y le di la ropa, el tenía el ceño fruncido.


- Espero que tengas un buen gusto - dijo mientras se sacaba su polo, pensaba darme la vuelta pero cuando vi su abdomen olvide por completo lo que iba a hacer.

DAÑARTE |C.D|™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora