Cuando las cosas avanzan

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Un dulce amargo

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Capítulo # 15

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Cuando las cosas avanzan

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ACTUALIZACIONES LOS SÁBADOS

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–Va a odiarme... Lo hará, sin duda –Murmuraba el japonés con pesimismo.

–Te aprecia, no digas eso.

El omega dio un suspiro lastimero ante las palabras de su alfa. 

Su mente racional le decía que era cierto, que Yurio no podría de ninguna manera estar molesto con él, pero su ansiedad, como muchas veces en el pasado, gustaba de llevarle la contraria y hacerle sentir miserable.

No podía siquiera entender cómo, después de un año de recesión, su estado de ánimo de nuevo estaba decayendo. 

Definitivamente odiaba estar deprimido, y ahora que había formado un lazo era todavía peor al sentirse sumamente culpable por la preocupación de Viktor.

–Espero que esté mejor... –Soltó Minami unos pasos delante de ellos, llamando su atención.

 Se la había pasado los últimos días lloriqueando por su compañero y teniendo atracones de té verde, así que su aspecto no era el más prolijo aunque intentara verse tan alegre como siempre.

Una vez más Yuuri se removió inquieto en su lugar, jugando con sus manos, respirando agitado. Si no veía al rubio rápido se arrepentiría y se pondría a llorar.

Por suerte el Universo escuchó sus plegarias y apenas unos segundos después Yuri ingresó al lobby del hospital en silla de ruedas, como indicaba el protocolo, escoltado por su madre y dos hombres mayores.

–Yurio –Se adelantó el pelinegro con pena. Viktor y Minami se pusieron a resguardo tras su espalda, concediéndole el honor de saludar primero.

El ruso menor sonrió quedamente y se levantó con delicadeza, avanzando hasta Yuuri y tocando con su frente el pecho del mismo, oyendo sus latidos. Dejaron que un par de minutos se les escaparan así.

– ¿Por qué no viniste a verme antes? –Regañó en tono bajo.

–Lo siento, yo también tuve... complicaciones–Dijo, palmeando la espalda del chico.

Y, ciertamente, Yurio lo notaba. El aspecto ligeramente demacrado del japonés lo delataba, pero se sorprendía en que su alfa se mantuviera tan apacible.

–Comprendo, pero espero que estés en condiciones rápido para enseñarme mis rutinas como se debe. Voy a aplastarlos en el Grand Prix. A ambos –Afirmó, dirigiendo una mirada significativa a Minami, quien respondió con los ojos anegados en lágrimas y una sonrisa entusiasmada.

–Ya lo veremos –Animó, y la risa de Viktor se escuchó de fondo.

 Qué competitiva había resultado ser su pequeña familia.

Ekaterina se adelantó de repente al lado de su hijo y le dirigió son su sola presencia una señal de advertencia.

–Mi gatito se queda un tiempo. Exígele hasta que no pueda más. Cumple con sus terapias y su dieta, de lo contrario... –Dejó la amenaza al aire para el omega entendiera su mensaje en un rústico inglés.

–Me aseguraré de ello. Gracias por confiar en mí –Sonrió, gesto que le ganó la confianza de la estoica madre. 

Más le valía cumplir con esa promesa.

Un dulce amargo... (Yuri!!! On Ice)Where stories live. Discover now