No me obligues a castrarte

5.1K 319 8
                                    

Desperté porque la maldita luz del día me dio directo en los ojos y lo primero que descubrí fue que no podía moverme porque mi amado Christian se había quedado dormido en la posición más rara de la vida, digamos que podía sentir su aliento en mi cuello y tenía una de sus piernas enrollada en mi cintura y un brazo abajo de mi almohada, ósea el infeliz me tiene inmovilizada.

A ver, plan A: Despertarlo.

-Christian, geeky despierta-dije lo más tranquila posible y lo único que conseguí fue un maldito ronquido de su parte-Infeliz duermes como un jodido oso-gruñí al ver que el no se movería así que pase al plan Z-H, si se que debería ser el plan b pero Z-H suena mucho más genial.

Plan Z-H: Botarlo de la cama.

De alguna forma misteriosa e impresionante logre ponerme en cuatro patas y aún así el imbecil no se movió así que cuando logre mi posición me deslice hacia afuera de la cama y caí con todo contra el suelo y escuche una risa desde arriba de la cama.

-Mierda mi trasero-dije quejándome por el dolor que empezaba a extenderse por mi trasero-Infeliz-dije mirándolo con odio mientras el se reía de mi.

-Amor esa fue lejos una de las mejores caídas-dijo y volvió a reír.

-Si sigue riéndote de mi, verás como mi venganza caerá sobre ti-dije amenazandolo con mi dedo.

-Mira como tiemblo-dijo sarcástico.

-¿Cuánto llevas despierto?-pregunté mientras me subía de nuevo a la cama.

-Hace como una hora-dijo sin darle mucha importancia.

-Y ¿me hiciste una llave solamente para ver como me liberaba de ti?-pregunté incrédula.

-Algo así-dijo riendo y me dio un corto beso en los labios.

-Desgraciado-dije sonriendo-¿Vamos a desayunar?-pregunté, moría de hambre.

-Ya llame a la recepción, el mesero debe estar por llegar con nuestro desayuno-dijo y un segundo después de dicho esto sonó el timbre de la habitación.

-Yo voy-dije e intente levantarme pero el brazo de Christian me detuvo.

-No, yo voy, no dejare que un extraño te vea vestida sólo con mi camisa-dijo y fue a abrir la puerta, maldito celoso.

Después de un minuto Christian volvió con una bandeja que traía 2 capuchinos, tostadas, muffins, jugo de naranja y unas fresas.

-Dame mi café, lo necesito con urgencia sabes que no funciono sin mi dosis diaria de hermosa y deliciosa cafeína-dije y el me lo entrego.

-Las adicciones no son sanas y la cafeína menos, ¿sabías que ...-empezó a decir pero lo interrumpí antes.

-Guárdate el diálogo médico para tus futuros pacientes, ahora deberías estar abrazandome en lugar de estar dándome sermones geeky-dije y el negó riendo para acostarse atrás mío y rodearme con uno de sus brazos-Mucho mejor-dije riendo y el me dejo un pequeño beso en el cuello.

-Te amo, demasiado-dijo mirando mis ojos.

-También te amo-dije y nos besamos, no fue un beso apasionado ni nada, fue un beso con amor.

Nos separamos luego de unos minutos por falta de aire, yo realmente moría de hambre así que tome el muffin de chocolate y me metí un pedazo a la boca para luego beber un sorbo de mi café.

-Hey tienes leche en el labio-dijo Christian riendo.

-¿Qué?-pregunté confundida.

El me miró divertido por unos segundos para luego delinear una parte de mi labio con su lengua y luego separarse por completo.

Loving a Bad GirlWhere stories live. Discover now