C. 15: Con los tontos sirve la psicología inversa

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#Nota de autor: Estoy enamorada de mis lectores. ¿Amor? ¿Eso se come? está en el puesto #17 de Humor y en el #19 de Adolescentes. Muero de amor por ustedes. GRACIAS. 

- ¡He vuelto a ganar! -Grito enseñándole la lengua.- Con esta van... Mmm... ¿Cuántas? ¿Dieciséis veces? -Pregunto inocentemente llevándome la mano a la barbilla.- Y tú... ¡Ah sí! ¡¡Ninguna!! -Río a carcajadas al caer en la cuenta de la fulminante mirada procedente de sus ojos. 

- Te odio. -Gruñe.

- Uy, sí. Es verdad, ''te voy a ganar'', decías. ''Esta vez no, la siguiente'', decías. ''Se me da muy bien el volley'', decías. Decías, decías. -Sonrío de lado triunfante. 

Él me coge por sorpresa y me tira al suelo, haciendo que un ataque de cosquillas se apodere de mi cuerpo. 

- ¡¡Basta Josh!! -Chillo.- ¡¡Ya sabes que lo odio!! 

- ¿Quieres que siga? ¿Otra vez? ¡A sus órdenes principessa!

- ¡Josh! ¡¡Ya!! 

Él para y me mira sonriendo. 

- Vuelve a llamarme princesa, sea en el idioma que sea y te prometo que de aquí no sales con tu querida amiga la ''bestia'' en buenas condiciones. -Respondo irritada, recordando el nombre que le puso a su masculinidad.- No soporto las cursiladas, me dan asquito. 

- ¿Quieres que te lo diga siempre? Eso está hecho nena. -Luego, me guiña un ojo.

- A ver, con los tontos sirve la psicología inversa. -Pienso en voz alta.- Joshy, llámame todas las cursiladas que quieras, realmente me encantan. -Pronuncio imitando la voz de pito de Abigail. 

- ¿Y qué acabo de decir? -Me recuerda alzando una ceja.

Yo me limito a gritar, exasperada. 

- ¡Haz lo que te venga en gana, Josh!

- Eso está hecho... -Me pone contra la pared, inmovilizándome. 

Yo solo miro a sus ojos asustada por su juguetona expresión, y estiro el cuello intentando librarme de él.

- Jo-Josh... ¿Qué h-hac... -No llego a terminar la frase al ver que una de sus manos se posa en mis labios y los acaricia con delicadeza. Acerca los suyos a mi cuello, pero lo empujo hacia atrás con una fuerza desconocida para ambos.- Eh, no soy ninguna de tus putitas a las que consigues llevarte a la cama con un juego de lenguas y caricias en los pechos. Creo que no te ha quedado bien claro que no soy Rosy Scarlett. ¿No te acuerdas? 

- ¡¡Que sé que no eres Scarlett, joder!! -Se pasa las manos nervioso y enfadado por el cabello mientras aprieta fuertemente la mandíbula.- Rebeca, tú eres mucho más...

- No. Para. Cállate. 

- Vamos nena, si yo sé que estás loca por mí... -Dice relamiéndose los labios. 

- Josh, deberías meterte en una cuna, o colocar una de esas barritas de hierro en la cama, como la de los niños pequeños, porque al parecer por la noche te caes y te golpeas fuertemente la cabeza. -Respondo con los brazos cruzados, irónica.

- ¿Ah sí? ¿Realmente piensas eso? 

- Ajá. -Afirmo desafiante.

- Está bien.

Con un ágil movimiento, él me atrapa entre sus brazos y me carga como si de un saco se tratase, al igual que tantas veces había hecho antes. Yo grito, maldigo y pataleo, pero por supuesto, hace caso omiso de mí y de mis acciones. Me lleva hasta el muelle del lago, y allí, sin vacilar o pensar en las consecuencias, me tira al agua. 

- ¡Josh! ¡Maldito hijo de perra! -Grito intentando sacar la cabeza con dificultad.- ¡Da gracias a que no llevaba mi teléfono encima, porque si no...

Mi discurso es interrumpido por su culpa, ya que se  tira al lago.

- Me encanta verte mojada, con la ropa pegada al cuerpo y marcando tus sensuales curvas. -Dice mordiéndose los labios mientras nada sonriente.

Cada vez noto que me cuesta más respirar y mantenerme a flote, y sobre todo, lo agotada que me siento por el esfuerzo. Así que sin más remedio, me acerco al tonificado cuerpo de Josh y me abrazo a él. 

- ¿Qué dijiste?

- Que me encanta tu cuerpo. -Repite, haciendo énfasis en cada palabra.

- Muérete Josh Amadeus Gypsy. Muérete. 

- Dame las gracias nena, de no ser por mí, ahora estarías ahogándote. -Me guiña un ojo triunfante.

- No Josh, estás muy equivocado. -Respondo tajantemente.- De no ser por ti, no estaría empapada en este lago y no estaría histérica cada minuto por tu culpa.

- De no ser por mí, Rebeca, ahora seguirías en aquella esquina de la clase de Matemáticas, sentada en tu fría silla mientras pasas las horas planeando como suicidarte. -Me rectifica, cortante y serio.

Durante un minuto, todo se para. Ya no hay nadie a mi alrededor, solo yo y mis pensamientos. Me paro a pensar en todo lo que he cambiado. Rebeca Marie Stevens ya no es esa chica antisocial, introvertida y antipática. Me he convertido en otra marioneta de este teatro al que llamamos mundo. Y todo gracias a la aparición de Josh. Amadeus. Gypsy. 

- Josh. -Lo miro.- Te odio. Con todas mis fuerzas.

- ¿Por qu...

No puede terminar de hablar, porque mi boca impacta contra la suya. Después de unos pequeños besos, lame mi labio inferior, pidiendo permiso para entrar en mi boca. Yo sin rechistar, la abro, dejandome llevar por la pasión del momento. 

Y he ahí el comienzo de mi primera guerra de lenguas. 

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SORPRESA: les dije que publicaría mañana, pero como soy una rebelde y me salto mis propias normas, publico hoy e_e

Gracias a @Giseuu por servirme de inspiración para escribir este capítulo asdfaf. *-*

Gracias a mis lectores por todo. 

Gracias a las personas que votan y comentan, los amo, mucho, ¿oyeron? MUCHO. <3 

Esta semana he estado muy liada, intentaré organizar mejor mi tiempo y no demorarme mucho en escribir, pero tengo un par de examenes y así es la vida del estudiante u.u

¡AH! Pregunta, SUPERMEGAHIPERIMPORTANTE:

· ¿Cómo llegaron a leer esta novela? O sea, ¿cómo la encontraron? 

Impaciente por leer sus respuestas, 

Anabel.

PD: Capítulo dedicado a @PaoLovesPotatoes with lovelovelove. 

¿Amor? ¿Eso se come? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora