C. 13: Calle 13

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Plan tramado.

No hemos tardado más de quince minutos en planearlo, pero si sale mal, puede ser nuestra sentencia de muerte.

Básicamente, cuando Ashley y Amber entren a darnos de comer, intentaremos parecer muy debilitadas (aunque no lo estamos. Amy se sabe muchos trucos para engañar al cerebro), y cuando se despisten, les meteremos los dedos en los ojos o les tiraremos algo, lo más rápido que podamos hacer, y saldremos corriendo. ¿Adónde? No lo sabemos. No sabemos dónde estamos, pero Amy dice que ella vio que estamos en la ciudad, aunque no sabe en qué parte.

Nos arriesgamos a perdernos, pero haría lo que fuera por salir de aquí.

Más o menos, sobre las 6 p.m. pondremos en marcha nuestro plan.

- Y bueno, ¿tienes a alguien especial esperándote ahí fuera? -pregunta, rompiendo el maravilloso silencio.

Me río sarcásticamente hacia mis adentros y respondo.

- No.

Yo no le pregunto, pero su respuesta llega a mis oídos en seguida:

- Yo sí. Como echo de menos a Colin... Sus besos, sus caricias, sus abrazos... -suspira.- Lo necesito aquí conmigo. Joder.

Resoplo. No sé si con el tiempo que llevo aquí metida, Josh, Jase o Emerick se habrán molestado en buscarme o se habrán buscado otra chica con la que complacer sus necesidades de machos.

- Me mientes. Sé cuando alguien miente. -dice mirándome fijamente, sumergida en mis pensamientos.- Tienes a alguien. O algunos, al parecer.

Abro mucho los ojos. ¿Cómo va a adivinar eso con solo mirarme a la cara? Amy me asusta.

- Sí, bueno. Se podría decir que sí pero...

- ¡¡AJÁM!! ¡¡LO SABÍA!! Soy la mejor. Oh sí. Ohh sí, mamita Amy es la mejor.

Río y seguidamente nos callamos, la puerta se abre.

***

Corremos. Estamos sudando y seguimos corriendo, como si no hubiera mañana. Me duele la cabeza y tengo un ojo morado. Los labios de Amy están magullados y rotos.

Cuando las chicas entraron en la habitación llevamos a cabo nuestro plan. Las golpeamos con lo primero que encontramos e intentamos huir. Pero nuestros golpes fueron no fueron demasiado fuertes, ya que se giraron con rapidez y nos arañaron, nos pegaron un puñetazo, a mí en el ojo y a Amy en los labios. Les tiramos del cabello y les quitamos algunas extensiones. Se agobiaron tanto que se pusieron a pegar grititos, así que conseguimos escapar.

Y seguimos corriendo por la calle donde estaba el almacén en el que llevo cinco días encerrada. La calle 13.

Me tropiezo y me golpeo en la sien. Me desmayo.

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La semana pasada no tuve inspiración y este es muy corto JAJAJAJJAJAJA sorry.
Os quiero,

Anabel, xx

¿Amor? ¿Eso se come? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora