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Decidí esa mañana bajar a desayunar, había dejado de hacerlo hacia tres días, por cuestiones de no querer ver a Sarah, de no querer sentir su rechazo, pero esa mañana era diferente, el último día del año tendría que serlo.

llevaba puesto un vestido corto azul oscuro, que Henry me había comprado el día anterior, y unas sandalias a juego, recogí mi pelo en una coleta alta y me encamine hacia el ascensor, al bajar al primer piso note que me encontraba sola, ya eran pasadas las diez y tenía la certeza de que los agentes habían desayunado ahí antes. Me senté en una de las mesas redondas esperando ser atendida, llevaba conmigo el iPhone así que lo mire, ninguna noticia de Erwin por el momento, comenzaba a ponerme nerviosa al no saber absolutamente nada del chico.

Cuando levante la vista note, que un joven guapo, al que no había visto antes, se encontraba sonriente con una libreta en su mano

—¿qué le sirvo? — pregunto, su cabello era negro, sus ojos grises, su barba, que parecía de hacia dos días, también era del color de su cabello. Me miraba fijamente ahora sin sonreír

—¿un late con tostadas? — dude, el asintio

—estaría bien — sonrio nuevamente y se fue, lo segui con la mirada para luego volver a comprobar si no tenía ningún mensaje de Erwin.

El mesero volvió a acercarse a mi mesa sin que me diera cuenta, esta vez sin nada en sus manos

—¿cómo te llamas? — pregunto para mi sorpresa, tarde en reaccionar

—Lis — contesté bloqueando el móvil y dejándolo en la mesa

—me gusta ese nombre — dijo — como la reina Elizabeth — continuo, sonreí negando con mi cabeza

—sólo que yo soy Lis, nada más — se sentó frente a mi, ¿que les pasaba a los chicos con mi espacio personal? Mejor dicho ¿por que se sentaban junto a mi en las cafeterías?

—diminuta, ¿una princesa entonces ? — volví a negar sonriendo

—¿ qué te hace pensar en la realeza? — el mesero, que ahora parecía un cliente más, se encogió de hombros

—tu presencia quizás — reí

—y... ¿tu como te llamas? — el chico hizo una reverencia

—Felipe — anunció

—tienes problemas con eso — dije mientras reia y señalaba mi cabeza garabateando una corona imaginaria.

—no, yo no, mis padres lo tienen — negó y luego se levantó — iré por tu pedido — asenti

—ya era hora Rey de España — el me miro con una sonrisa plasmada en su boca antes de salir corriendo hacia la cocina, negué con la cabeza y volví a agarrar mi celular, este, extrañadamente, tenía un mensaje. Esperanzada de que se tratara de Erwin lo abrí, pero no era de su parte, sino que de Henry

'Lis, no se con certeza si llegaré por la noche, creo que darán una fiesta por año nuevo en el hall del hotel, procura pasarla bien, intentaré llegar con los muchachos a tiempo'

Me había acostumbrado a pasar las fiestas sola, no era de lo que preocuparse, lo que si me preocupaba era no saber que estaba pasando con ellos, no recibir nada de información me estaba volviendo loca, pero lo entendía, eran agentes del FBI y debían ser discretos.

'Está bien Henry, ten cuidado' envíe antes de que mi pedido llegará

El muchacho de ojos grises volvió a sentarse frente a mi

—¿esta noche habrá una fiesta? — me encontré preguntando

—si, una muy buena, aunque yo estaré sirviendo los tragos — murmuró — puedes venir a hacerme compañía, voy a estar sólo en una de las barras después del conteo — revolvi mi late, asombrada por la repentina invitación

Life Under Lies ©Where stories live. Discover now