Capítulo 30

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3 meses después.

Taconeo impaciente en la sala de espera del hospital donde trabaja mi hermano.

Estoy esperando mi turno en Nutrición, había llegado el momento de ver cuanto había evolucionado en mi alimentación durante estos tres meses. Gigi pudo haber venido a mi casa pero por cosas de arduo trabajo la que tenía que ir soy yo.

Ella se había graduado y ahora se encuentra trabajando en el mismo hospital donde conoció a Zayn.

— ¡Attaway!

Suelto una carcajada silenciosa. Es gracioso que me llame por mi apellido cuando fuera de los consultorios hasta bromeamos entre nosotras.

Sí. Gigi, Jill y yo nos habíamos vuelto en grandes amigas.

Ya dentro del consultorio tomo asiento mientras ella teclea algo en su computadora.

Se le ve más seria que de costumbre como si algo le preocupara. Cosa que es raro en ella porque suele estar de buen humor gran parte del tiempo. Ya le preguntaré que es lo que pasa con ella.

—Bien, las enfermeras tomaron tu peso y talla —hace una mueca— Lo que me preocupa es tu peso.

— ¿Baje?

—Sí. Nos has llegado a la meta de peso normal que nos hemos propuesto hace tres meses ¿Has estado siguiendo la dieta?

No puedo mentirle. Lo había seguido, sí, pero no como debía ser. He estado muy estresada todo este tiempo, me estresaba por todo, hasta por lo más mínimo. Tenía insomnio durante las noches y solo tomaba un jugo al desayunar. A Zayn sí le mentía diciéndole que desayunaría en el instituto cuando claramente Gigi me aconsejó que no lo haga. A pesar de los regaños de Zayn, yo no obedecía.

Comía, pero no en buenas cantidades. A los chicos no les parecía bien lo que hacía y yo me excusaba diciendo que no me sentía bien del estómago. Aunque en parte era cierto, tenía molestias y la comida no era mi prioridad.

Los chicos me daban una atención mínima. A pesar de que era terca estaban seguros que podía cuidarme bien. Tal vez mi salud estaría mejor si él me hubiera dado la mejor atención.

No me gusta depender de alguien, pero ya lo veía exigiéndome a ponerme las pilas y andar de chismoso con su prima.

Él era el único que se preocupaba de verdad. No digo que los demás no lo hagan, pero con la insistencia que tiene él, donde nadie puede negarse, hubiera funcionado. Además que él me daba un gran apoyo.

Su ausencia y su total alejamiento fue una de las causas por la cual no me sentía nada bien, y eso afectaba mi apetito.

Todo este tiempo estaba sola en casa. A Zayn solo lo veía durante las noches, a veces no, porque llegaba tarde por las cirugías. Elliot ya no vive con nosotros porque se mudó al departamento que había rentado desde un principio con su mamá y ahora está terminando sus estudios.

—Sí —digo finalmente.

—Pero no veo mejoría.

—No al pie de la letra —cierro y aprieto los párpados al cerrar los ojos. Ella suspira.

Los abro y la veo escribir algo y sellar en una pequeña hoja, más o menos tengo una idea de lo que está haciendo, así que no puedo evitar maldecir mentalmente.

Es justo lo que estaba pensando. Lloriqueo mientras me recuesto en la silla y leo la hoja.

Análisis de sangre para verificar hemoglobina y colesterol.

Hidden Feelings [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora