☆Blanca☆
La muerte de Zelena desencadenó una serie de pequeñas catástrofes. Si hubiese sido otro quien la hubiera asesinado no habría pasado nada, pero murió a manos del Ser Oscuro, y ella ya tenía planeado que eso pudiera pasar.
Regina estuvo atareada tratando de devolver a la gente a su forma humana. Aquellos que habían bebido del agua del río se habían convertido en monos voladores. Emma le estuvo echando una mano, y yo me sentí un poco inútil al tener que quedarme en casa para cuidar de nuestro hijo.
Pero eso no fue nada comparado con lo que ocurrió en la torre del reloj. Una maldición, una maldición horrible se gestaba en las entrañas de la torre. Regina averiguó de qué se trataba. Esa cosa iba a separarnos de lo que más amabamos una vez más, pero esta vez para siempre. Todos aquellos quienes compartieran amor verdadero se verían afectados. Uno de los dos moriría, y el otro iría a parar a un lugar desconocido.
Teníamos la posibilidad de escoger. Según Regina, podíamos estrujar el corazón de la persona que elegía morir para que la otra se salvara. No pudimos. Nadie pudo. Solo pensarlo me ponía enferma. Lo dejamos en manos del azar.♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
●Regina●
-¡Estúpida!- Gritó la sheriff, presionando su brazo contra mi cuello y dejándome sin aire. -¡Estate quieta, Regina! Por lo que más quieras...-
Sentí las lágrimas abrasando mi piel. Su cuerpo estaba muy caliente y me transmitía ese calor, que contrastaba con el frío del suelo. No quería soltarlo, pero sabía que no tenía ninguna oportunidad. No tenía nada que hacer. No podía escapar. Lo solté lentamente, dando la sensación de que podría haber seguido luchando.
Me rendí. Me rendí demasiado pronto.
Apoyó su cabeza rubia en mi pecho, justo en el escote. Estaba agotada. Soltó mi cuello y posó delicadamente su mano en mi mejilla. Respiró.
-Regina...- Susurró sin fuerzas para levantar la cabeza. -¿Por qué..?-
-No quiero vivir sin ti.- Sollocé fuertemente.
Entonces la sheriff me introdujo el corazón de vuelta en el pecho, y cogí aire con fuerza. Sujetó mi cara con ambas manos, sin poder mirarme a los ojos, y besó mi frente.
No podía dejarme hacerlo, pero casi le dolía más verme así. Si yo moría, nada cambiaría. Si Emma moría, se quedarían sin la Salvadora, la gente la echaría en falta y llorarian su muerte, y sus padres se hundirían...bueno, uno de los dos, el que sobreviviera. La decisión era fácil, pero no me dejó tomarla.-Tienes que vivir tú...- Pedí al borde del ahogamiento por las lágrimas. -Necesito que seas tú...-
-Y yo necesito que seas tú.- Pronunció con la respiración acelerada. -Necesito que cuides de Henry y de lo que quede de esta ciudad, y de ti misma... Necesito que me prometas que estarás bien si soy yo la que...-
Negué con la cabeza. No podía articular palabra en esos momentos. Sentí como se rompían los cristales, y supe que ya estaba aquí.
Pánico. Fue un momento de pánico total y absoluto. Lo único que sentí fue miedo; miedo a estar sola, miedo a tener que enfrentarme al mundo sola, a que se acabara todo, a que se acabara Emma, a la oscuridad... Cabía la posibilidad de que no volviera a sentir nada nunca más ni pudiese estar ahí para consolar a Henry y a Emma, y este sería nuestro último instante juntas.
La vida estaba a punto de colisionar contra mi pecho, a dejarlo sin aire... Nada volvería a ser lo mismo, y yo prefería no estar aquí para ver como sería un mundo sin Emma Swan en él.Y me besó. Sentí sus labios de canela entre los míos, fundiendose con mis lágrimas y llevándose mi aliento. Después de tantos años escondiendome en la oscuridad, por fin quería quedarme en la luz. Pero era demasiado tarde.
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The Lonely Curse
FanfictionUna última maldición acabará con los finales felices de todos, y tal vez sacará a la luz el amor que Emma y Regina se profesan...