Epílogo.

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Querido primer amor:

Verte aún duele.

Pensar en ti aún duele.

Incluso cuando no quiero, ahí estás.

Incluso cuando me dejaste hecha pedazos y te fuiste sin más.

Te extraño, eso creo, a pesar de que hablamos todos los días. No debería, no debería tener estos sentimientos por ti todavía.

Aun así, no te escribo esto para echarte en cara todo el dolor que me causaste, ni cómo olvidarte de mí y remplazarme te tomó menos de un mes.

Es muy difícil separarte de alguien cuando le has dado todo de ti.

Sabes que desde que éramos más jóvenes e inexpertos de lo que lo somos ahora, nos encontramos. ¿Recuerdas todas las risas que compartíamos en esos tiempos? Desde esos momentos empezaba a sentir cosas por ti, y no entendía esos sentimientos que movían mi corazón y me hacían sentir cosquillas desde las puntas de los dedos hasta mis pies, que por cierto temblaban cada que te acercabas a mí.

Y llegó ese día, ese campamento, en que alrededor de fuego e historias de terror de nuestros amigos, te acercaste a mí lleno de valor y susurraste:

-Me gustas.

-¿Qué?

-Me gustas, creo que me gustas mucho.

El problema, Jackson, es que siempre "crees" las cosas... "Creo que me gustas" "Creo que te extraño"

Eso sería adelantarme unos años, ¿verdad?

En ese tiempo creía que no podía amar alguien como lo hacía contigo, supongo era tan ingenua como para creer que estaríamos toda la vida, hasta llegar a casarnos y vivir con nuestros dos hijos en nuestra casa en la playa de la que tanto me hablaste, hasta que al final terminé aceptando.

Pero, nuestro amor fue el amor más grande e inocente que existe, sí, después de todo. Es esa la razón por la cual no te odio ahora, aunque debería hacerlo, y la razón por la cual te recuerdo aún con nostalgia.

Conservo dentro de los libros que me diste, todas tus cartas que me dabas desde los diez años. Conservo los papelitos que lanzabas a mi cabeza, y se enredaban en mi cabello.

"Eres hermosa."

"Que bonitos ojos tienes"

Qué cursi eras.

Siempre creíste que jamás los había leído, pero en realidad los escondía y los leía después.

Tengo una flor hecha polvo entre las hojas, que jamás me animé a tirar. Debería haberlo hecho, al igual que tu hiciste con todas mis cartas.

¿Qué me dices de tu abrigo? ¿Lo recuerdas? No sé cómo, de alguna manera, se las ingenia para cada que lo tengo puesto, desprender tu olor. Impresiones mías han de ser. Cada vez que me lo pongo, recuerdo esas noches contigo, esas noches frías en las que andábamos de la mano y de reojo podía ver como no dejabas de mirarme.

Vaya que me hacías sentir hermosa siempre, eso te lo reconozco.

Aun cuando eran unos de mis peores días y mi cabello despeinado y mis ojeras me hacían sentir horrible, siempre las besabas, seguías oliendo mi cabello, y seguías siendo tú.

Quiero volver a cuando aún seguíamos siendo unos niños y montábamos trenes de bebés, quiero volver a bailar contigo en medio de la calle, quiero volver a jugar esos juegos que juntos inventamos.

No te preocupes, no mencionaré como competíamos al escupitajo más largo, o cómo fingíamos sonidos de animales para asustar a las personas.

Todo lo que yo te propusiera estaba bien para ti. Todos mis chistes malos se convertían en carcajadas tuyas, y me hacías sentir que eran los mejores del mundo. Todos mis escritos te hacían llorar, y todos mis dibujos los conservabas como si fuera un gran tesoro.

Es ese el por qué no puedo dejar de aferrarme a ti.

Cada vez que veo una serpiente en fotos, me acuerdo de tu gran desprecio hacia ellas. Cada que el sol se alza en un bonito color naranja recuerdo tu color favorito.

Hasta cada vez que veo una lagartija azul, me acuerdo de la mascota que adoptamos cuando éramos unos chiquillos. Tenías razón, era una lagartija, no un camaleón.

¿Tú recuerdas? ¿Nuestro último beso? ¿O ya no piensas en mí de esa forma?

¿Al menos el primero? Por lo menos quiero pensar que fue tu primer beso, así como lo fue el mío. Déjame pensar que fui tu primer beso, a pesar de todos los que ahora te deben de haber dado.

Siempre tenías esa manía de robármelos. De abrazarme de improviso y hacerme volar por los aires, literal.

Pero, también tenías esa manía de solo hablarme cuando estabas discutiendo con tu novia, o con alguna de las chicas a las que les hablas bonito y les regalas besos. Creo que he perdido la cuenta. Y creo que yo he sido una de ellas también.

¿Cómo es que no te cuesta ni dos meses cambiar la anterior por una nueva?

No soy tan bonita como las chicas que te rodeas, no suelo hablar como ellas, ni mucho menos vestir así. Ya no somos "compatibles" ni tenemos esa conexión de la que tanto solías decir que teníamos.

Por supuesto que tampoco serías ese chico dulce y fiel que solías ser, bueno, que creía yo que solías ser.

Mi punto, Jackson, es sólo despedirme de todas las palabras que hacías salir de mí.

Incluso si ya lo había hecho mandándote un mensaje en la madrugada que fue suficiente para dejar todo ahí.

Te quiero por sobre todas las cosas y eso no cambiará, Jack. Fuiste mi primer amor, mi primer beso, mi mejor amigo, mi primer te amo, fuiste el personaje principal de todas mis historias y eso también seguirá así.

Recuerdo que hace algunos años, me prometiste que nunca ibas a lastimar mi corazón, fue esa la razón por la que confié, por la que hasta hace poco seguí confiando en ti, pero, ya que no pudiste cumplir esa promesa, yo te ayudé a cumplirla alejándome de ti.

Esta no es otra de mis historias de amor que solía publicar en internet. Esta es nuestra propia historia de amor, que aunque yo hasta ahora le pongo fin, tú ya le habías puesto mucho antes.

No tiene un final feliz, ni un beso en la última escena. Pero tuvo todos nuestros momentos, y nuestras palabras tal y como las dijimos, tuvo un poco de tu amor y un montón del mío.

Quiero que el mundo conozca nuestra historia incluso si el final no es de cuentos de hadas, porque nuestro amor y nuestros días parecen sacados de libro. No dejaré de escribir de ti, eso tenlo por seguro Jackson.

Hay tantas clases de amores, pero el tuyo es del que siempre me escucharán hablar. Y del que siempre me verán escribir.

Mis días contigo fueron los mejores, incluso en los que no estabas pero seguías allí.

Mis días con Jackson, suena un bonito nombre para nuestra historia, que es más bien tuya.

Mis días con Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora