LAS MEMORIAS PERDIDAS DE ONODERA

Parte 7#: # ¡una pequeña y gran sorpresa!

-¡buenas noches! ¡buen trabajo!- salgó por la puerta con mi abrigo y bufanda, hoy tengo que llegar por mí mismo a casa, ya que siempre shin-san viene a recogerme pero esta vez tenia trabajo que hacer.

Que día tan más extraño, ese hombre pelinegro de tierna apariencia se me acercó muy confiado, no cualquier persona japonesa hace eso. En verdad me tomó por sorpresa. Pero dijo que conocía a Takano-san y que éramos compañeros de trabajo...¿cómo dijo que se llamaba?

¿Ki...Kisa shirota?¿ki...kia shouta?, creo que si Kisa shouta. En ese momento vuelvo a sentir un tipo de pulso y algunas imágenes vuelven a mi mente

"Richaan"
"Richaan es muy lindo"
"¿Richaan podrías sacar copia de esto?"
"Richaan ¿quieres una galleta? esta rica"

"Richaan", "Richaan", "Richaan", "Richaan", "Richaan" resonaban hasta acumularse en mi mente lleno de imágenes de una editorial y varios tipos que no conozco, a ese pelinegro y ¿Takano-san?, ¿qué está pasándome?-

entré en un callejón sin salida para respirar un poco y dejar aclarar mis ideas. Pero cada segundo hay más recuerdos de ese sujeto....de Takano-san

"¿Kisa-san está bien?"
"aquí tiene Kisa-san"
"espere, Kisa-san"
"¡Kisa-san no ha entregado su manuscrito así que no muera aun!"

Podría verme con ese chico en varias imágenes ya no tan borrosas, junto con otro hombre castaño y uno que tiene una sonrisa en sus labios.

Escuche un movimiento entre los botes de basura, que me desconcertaron de mi crisis y me asustaron.

-¿qui...quien está allí?- exclamé al aire con miedo.
Nadie respondió y vi una sombra no muy bien definida pero atemorizante entre los botes que solo hacían más ruidos con las bolsas de basura. Temeroso y nerviosos me acerque cuando vi por completo lo que producía esa tenebrosa sombra pude relajarme un poco, solo un poco.

-¡haaaaaaaaaaaaaag!- gritamos el pequeño que estaba entre la basura y yo, cayendo de espaldas
.
-no, no, no te asuste no te haré daño- trate de callarlo- shssss tran...tranquilo- ¿Cómo podría estarlo si yo igual estoy asustado?. Ahora que lo recuerdo no soy bueno con los niños, valla de eso si me acuerdo ¡ha! Al igual que no cocinar me dije para mí mismo de manera mordaz mientras por fuera trataba de calmar al niño.

-tranquilo, tranquilo... ¿co...cómo te llamas?- pregunté estando a su altura, mientras le limpiaba sus lágrimas en ese pequeño sucio rostro que tenía.

-yo...yo no lo sé- contestó abrumado por mi pregunta tan indiscreta. ¿Igual que yo?, me dije. Sus ojos estaban perdidos como en un shock como si recordará un suceso traumante tenia una pequeña herida en la frente y un rasguño debajo del ojo izquierdo

-no...no te preocupes- le traté de sonreír, algo que de igual manera no hago muy bien – ¿hay alguien que te cuide?- que pregunta tan estúpida. Solo negó con la cabeza agachando la cabeza.

-¿quieres venir conmigo?, yo...yo podría cuidarte- ¿Qué estoy haciendo?, extendí mi mano esperando su respuesta. El tardaba en contestar el silencio incomodo que se formuló fue interrumpido por el sonido de su estómago, tenía hambre.

-si...si quieres te puedo dar de comer, tengo comida en mi casa- sonreí nuevamente, al parecer sus ojos se iluminaron cuando dije "comida", parecía que era lo que más deseaba con su corazón, comer.

Él solo asintió con la cabeza con unos enormes ojos brillantes y cristalinos con lágrimas en los ojos, una mirada tan linda y tan pura, que no podía resistirme. Sé que si yo estuviera en la misma situación quisiera que alguien me ayudara. Y al parecer no estábamos tan lejos de ser parecidos, de igual manera no tenía recuerdos. Me levanté y agarre su pequeña manita temblorosa de frió, sucia con unas cuantas cortadas Al igual que unos moretones en varias partes de su cuerpo, .tenía alrededor de 9 años. Temblaba de frió solo tenía una camisa que le cubría un poco por encima de las rodillas. Le ofrecí una sonrisa, una sonrisa sincera que le aspirara confianza el solo se sonrojo y apretó más mi mano, era demasiado lindo todo en ese momento, no había sentido algo así.